Bemol sostenido

- - Sunday, 17 Nov 2019 11:32 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Nos había buscado desde hacía tiempo. Es un conocido de la parte de nuestra familia que vive en Xalapa. Se llama Ik’Balam. Tiene veinticinco años.

Ik’Balam, Erosión de la memoria

Nos había buscado desde hacía tiempo. Es un conocido de la parte de nuestra familia que vive en Xalapa. Se llama Ik’Balam. Tiene veinticinco años. Egresó de la licenciatura en Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana, en donde obtuvo mención honorífica. Allí cursó cuatro años de carrera más dos de propedéutico inicial. Siendo sinceros, imaginábamos a otro joven entusiasta –probablemente con talento, eso es lo de menos–, intentando dar a conocer su primer paso como solista desde cierta soledad. Lo que sucedió, empero, fue algo harto distinto. Conocimos a un artista de personalidad pulida, con una obra en extremo madura, elegante y fresca; un conjunto de siete temas trabajados obsesivamente y en los que se combina de manera original la tímbrica de la instrumentación jarocha con el contenido no sólo del jazz, sino del blues y hasta del rock progresivo.

Repetimos para ser más claros: Ik’Balam utiliza la tímbrica de la instrumentación jarocha en contextos prioritariamente jazzistas. Fue el primero en terminar su licenciatura teniendo como instrumento principal un requinto veracruzano de cinco cuerdas, modificado para ser electroacústico, en lugar de una guitarra, teclado, batería, bajo o contrabajo. Hablamos de un objeto fabricado por él mismo bajo la tutela de Norberto Cuevas y del conocidísimo experimentador en laudería jarocha Ramón Gutiérrez, líder de Son de Madera.

Allí una cosa importante que fortalece a Ik: la influencia de grandes músicos que lo antecedieron, algunos de los cuales han comenzado a escucharlo con atención. Así es, trátese de Andrés Vega, Esteban Utrera o Liche Oseguera, Ik tiene clara su relevancia en una tradición que lleva veinte años modernizando formas y repertorios desde hace décadas estacionados. Visto el fenómeno a la distancia, forma parte de una tercera oleada que será signada por el experimento, el cambio de rumbo en un género bien apreciado en contextos urbanos y campiranos, pero que aún puede expandir sus posibilidades combinatorias con otros géneros para cruzar fronteras variopintas.

Titulado Erosión de la memoria (por la particular afectación que Ik realiza al estilo jarocho), su álbum contiene composiciones que ha venido tocando en vivo desde hace dos o tres años, así como otras completamente nuevas, todas de su autoría. En orden: “Allá viene ya”, “Expectativas”, “Ilusiones”, “Jaguar”, “Colibrí”, “Obstinación” y “Solsticio”. En ellas suena con viveza su mentado requinto de cinco cuerdas, así como la leona modificada de Vico Díaz y la jarana tercera de Pablo Emiliano, cómplices con quienes forma un trío irreductible y dinámico que exhibe gran interacción.

Motivos melódicos de gran belleza, compases y acentuaciones compuestas; improvisaciones, ostinatos, obligados o reducciones en que uno o dos guardan silencio… muchas son las sorpresas que saltan de la imaginación de Ik para darnos el placer de algo que es nuevo desde la naturalidad, pues entiende los abismos de la materia con que trabaja. Es así como este disco debut se emparenta a catálogos como el de ECM, patria de ecos como los de Pat Metheny, John Abercrombie, Egberto Gismonti o Ben Monder; contracara y complemento de su clarísima mexicanidad.

Ahora bien, lamentamos que los años de salud en la industria discográfica hayan terminado. Si esa maquinaria existiera todavía Ik’Balam podría vivir, crecer y desarrollarse con tranquilidad. Ahora deberá moverse más, luchar más, esforzarse en exceso para que sus melómanos potenciales lo conozcan. En tal amplificación deseamos participar, lectora, lector. Esta reseña dominical es un llamado para que lo busque y, aun más, haga contacto con él para dialogar y enterarse de sus próximas presentaciones en vivo. Confíe, él se abrirá camino de cualquier forma y usted se sentirá bien por haber atestiguado el ascenso. Puede escucharlo en todas las plataformas online, allí donde su huella ya se erosiona en la memoria colectiva y desenfrenada. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

 

 

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