Canto a México (fragmento)

- Ernesto Cardenal - Saturday, 18 Jan 2020 20:04 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Fragmento de "Canto a México", poemario de Ernesto Cardenal sobre los orígenes del pueblo mesoamericano.
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Prefacio

No soy mexicano, pero soy de los muchos no mexicanos que aman mucho a México. Conocí a México desde mi temprana juventud y he vivido mucho en México y como muchos otros no mexicanos de México he sentido a México como mi patria.

 

Cantares mexicanos

I

Las plumas de quetzal se secan

los mosaicos de plumas de colibrí se descoloran

como las flores

los mosaicos de turquesa, de jade, de obsidiana y de nácar

caen como flores.

Los collares de caracoles y de jades se desgranan

como sartas de flores de cacao…

 

Las vasijas blancas como hojas de códice

con las figuras en rojo claro y rojo oscuro

amarillo

y verde turquesa

las vasijas de barro rojo color de chile rojo

y las de barro rojo de Oaxaca como frutas maduras

o anaranjadas como fuego

se marchitan y se quiebran.

Si es pirámide se desmorona.

 

Las plumas de quetzal empalidecen

¡y están llenas de polvo!

¡Oíd las lamentaciones que hago yo, el Rey Netzahualcóyotl!

El universo es un juego de pelota

en él jugamos con dos pelotas: el Sol y la Luna

contra los poderes infernales

y no sabemos quién ganará (el que pierda morirá).

 

Y ved el signo del Sol en el centro del Calendario

—el signo del Sol está en el centro—

por la mañana es Tonatiuh (“el Águila que asciende”)

porque es como un águila que sube al nopal por la mañana

estrujando las rojas tunas de los corazones humanos

y es Cuauhtémoc a la tarde

(“el Águila que baja”)

La pelota de caucho sube y baja, y va y viene

y los hombres debemos jugar con esta pelota.

La muerte y la vida: la tinta negra y roja

la doble tinta con que pintan sus códices los poetas.

 

El lago de Texcoco y de Tenochtitlan

(“el lago de la Luna”)

que es como un espejo de obsidiana a la luz de la luna

y a la luz del sol, azul-verdoso

de tranquila turquesa

esmeralda y oro

lago de aguas de flores, donde nada el ánade

y va y viene nadando

y vuela graznando y moviendo la cola llena de sol

se secará también un día como se secan las flores.

 

El lago de Texcoco y de Tenochtitlan (“el lago de la Luna”)

será como un sueño que tuvimos una noche de luna.

Y que en el día se evapora.

Y en su lugar se levantarán polvaredas.

Por eso mi canción es triste

y la acompaña con un son triste el teponaztli

¡No preguntéis por qué el teponaztli tiene tan triste son!

 

Sólo venimos a soñar aquí en la tierra

y dejar unos manuscritos iluminados

como sueños.

La cerámica de los toltecas está bajo la tierra

esparcida como pétalos de flores.

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