Bemol sostenido

- Alonso Arreola | t: @LabAlonso / ig: @AlonsoArreolaEscribajista - Sunday, 09 Aug 2020 07:56 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp

Real Concertgebouw. Música aumentada

 

Visitamos el Real Concertgebouw de Ámsterdam, en Holanda, a inicios de los dosmiles. Teatro pequeño, hermosamente decorado, es uno de los mayores símbolos musicales de los Países Bajos y uno de los más estudiados del planeta, arquitectónicamente, por su acústica inigualable (tiene tres segundos de reverberación natural cuando está vacío). Su sala recibe a los más notables exponentes de la música clásica al tiempo que impulsa la diversidad cultural, racial y de género en una cartelera honrosa de su historia, inaugurada en 1888 junto a la orquesta que la habita.

Dicho esto, el Concertgebouw es de las instituciones que mejor ha superado los límites de la cuarentena. Debido a ella, sus productores y curadores desarrollaron las Sesiones Vacías, un ejercicio de enorme creatividad que aprovecha la ausencia de público para impulsar nuevas formas de presentar el contenido musical. Así, los intérpretes olvidan la Cuarta Pared para explorar un escenario de 360 grados que, incluso, pueden abandonar en favor de aprovechar diferentes espacios visuales y sonoros.

Así, lo primero que hizo el teatro fue buscar en sus valiosos archivos fílmicos, claro, para sacar a relucir actuaciones memorables que van de Leonard Bernstein dirigiendo la Missa solemnis, de Beethoven en 1978, al Buena Vista Social Club liderado por Omara Portuondo y Eliades Ochoa en el año 2013. (Todas las presentaciones de las que hablaremos hoy, lectora, lector, pueden verse en su canal de Youtube o perfil de Facebook.) Al verlas notará un ambiente electrizante, pues su audiencia no responde desde la superioridad entrenada; se entrega de pie con sonrisas y expresiones de calidez excepcional. Y es que la constancia de un foro apoyado por autoridades, iniciativa privada y sociedad, propicia complicidad, comunidad, confianza, tolerancia y generosidad. (¿Aprenderemos algún día?)

Por otro lado, y como decíamos, con sus nuevas sesiones supieron brincar del tinglado a las butacas y de allí a corredores, galerías, balcones y jardines para variar locaciones dotándolas de encanto y vitalidad. Prueba de ello son las actuaciones de tres mujeres notables, una en solitario y las otras a dueto. Hablamos de la hermosa chelista y cantante de color Ayanna Witter-Johnson, así como de la violinista Noa Wildschut y la pianista Elizabeth Braun. Una abordando “Roxanne” de The Police desde la zona de luneta, las otras a Beethoven desde la cafetería, las tres encumbran el oído y la vista.

Por si fuera poco, el teatro hizo alianzas con instituciones como el Museo Van Gogh para que salas de exposición dedicadas a la contemplación –también cerradas al público durante la cuarentena–, aceptaran la vibrante compañía de artistas que tiñeran el aire. Entonces, justo donde descansan los rostros del nacido en Zundert suenan músicos dialogando, superponiendo color sobre color. Verbigracia, escuchar al virtuoso violinista Joshua Bell mientras un Vincent multiplicado lo observa seriamente, resulta en una semiótica especialmente compleja (justo a sus espaldas y como “en primera fila” se halla el famosísimo autorretrato donde el pintor tapa con tela blanca el sitio de su oreja dañada, ahora traspasada por un nocturno de Chopin).

Finalmente, el Real Concertgebouw también ha comisionado grabaciones –con música original o arreglos– a compositores y ejecutantes que desde el confinamiento casero producen contenidos de altísima calidad y mayor intimidad. Tal es el caso del contrabajista Dominic Seldis, quien filmándose múltiples veces presenta un tributo al West Side Story del citado Leonard Bernstein, arreglado para cuatro contrabajos, en lo que termina siendo un manjar auditivo entre reflejos clonados.

En conclusión, celebramos lo hecho en este lugar del mundo pues no se trata de forzar la comunión sonora desde la soledad vía la tecnología (múltiples músicos editados a distancia y que no pueden registrarse a un mismo tiempo), sino de exorcizar y aumentar la realidad física en favor de música que puede apoyarse en lo virtual, pero sin debilitarse durante el proceso. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

Versión PDF