Vicente Rojo: elogio del papel y celebración de la luz

- Alejandro García Abreu - Sunday, 09 Aug 2020 07:40 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Nacido en Barcelona en 1932, Vicente Rojo, escultor y pintor ampliamente reconocido, también es famoso por su trabajo en el diseño de grandes publicaciones, entre otras ‘Artes de México’, ‘México en la Cultura’, ‘Revista de la Universidad de México’, ‘La Cultura en México’ y, por su puesto, es autor del diseño original de nuestro diario, ‘La Jornada’.

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Simbolismos

El simbolismo del papel está ligado a la escritura, dibujo y pintura que recibe, recuerda el egiptólogo Georges Posener. La esencia de ese material detonó Apología del papel, libro realizado por Vicente Rojo con el médico escritor Arnoldo Kraus, publicado por Sexto Piso en 2019. Del griego pápyros, que dio la palabra “papel”, asevera Posener, el papiro es un equivalente del libro.

La apología de ese material primigenio coincide con la celebración de la luz artificial –uno de los símbolos de la modernidad– que implica la pieza de Rojo titulada Versión celeste. Se trata de “la obra luminosa de Vicente Rojo en el Monte de Piedad”, como se lee en el subtítulo del catálogo realizado por el sello El Viso en 2019.

Al encenderse, el vitral cobra vida. Al observar la pieza luminosa de Rojo pienso en una máxima del autor francés André Virel: “Dejándonos atraer por ella entramos en un camino que parece poder conducir más allá de la luz, es decir, más allá de toda forma, pero también más allá de toda sensación y noción.” El pasaje ofrece una luz que se relaciona directamente con la evolución de la obra de Rojo.

En 2019 demostró su pasión por los dos métodos creativos y se expresó a través de ambos: el papel antiquísimo y un vitral iluminado con tecnología novedosa.

 

El vitral lumínico

La obra Versión celeste de Vicente Rojo ocupa el plafón del patio central de la casa matriz de Nacional Monte de Piedad. Los bocetos de Rojo se transformaron en una estructura programada con tecnología de punta. Pedro Romero de Terreros Gómez Morín –patrono secretario de esa institución de asistencia privada y descendiente del fundador–, acompañado por los arquitectos Armando Chávez y Gustavo Avilés, propuso a Rojo la creación del vitral.

“Las luces debían ser tenues. Las transiciones, sutiles. La tarea era crear un cielo en movimiento, una bóveda celeste pero geométrica, hecha de aluminio, luz y cristal”, aseveró la periodista e historiadora Claudia Itzkowich. Vicente Rojo Cama –diseñador y músico–, Karla León –“artista de la luz dinámica”–, Avilés –“artífice de la luz”– y Chávez trabajaron con el genio catalán nacido en Barcelona en 1932.

Itzkowich admira el vitral: es una autoría de Rojo con “una tecnología súper avanzada en control y en sistemas de iluminación”. Ella destaca las habilidades de Rojo y de su equipo “para utilizar las más finas técnicas contemporáneas con el fin de transformar la atmósfera mediante nuevas configuraciones de los mismos elementos básicos: luz, cristal y color”. Versión celeste fusiona el arte con métodos técnicos d’avant-garde.

Bárbara Jacobs y yo conversamos sobre su extraordinario libro Rumbo al exilio final y, al concluir la charla, me entregó su bello texto sobre Versión celeste, incluido en el libro de El Viso. Jacobs escribió: “Estaba de pie a la derecha de Vicente la primera vez que fuimos a ver el techo del patio principal del Nacional Monte de Piedad en donde habría de estar colocado su vitral, cuando Vicente, en voz clara y con tono pausado, dijo que él quería que su vitral hiciera las veces de una compañía amable, serena, agradable, a la gente que recurría a esa institución financiera de préstamo sólo como último recurso para poder satisfacer sus necesidades primarias, sólo como último recurso al verse obligados a tener que empeñar sus pertenencias más preciadas para poder subsistir. ‘Que echen la cabeza hacia atrás, miren el vitral y se sientan reconfortados’, pronunció Vicente. Lo oímos quienes lo rodeábamos. A mí sus palabras me conmovieron profundamente. Que precisamente esa reflexión suya fuera la base del vitral en movimiento que Vicente ideó me pareció que lo definía a él como un hombre bueno.”.

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