Artes visuales

- Germaine Gómez Haro | [email protected] - Sunday, 22 Nov 2020 07:56 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Demián Flores: estandartes, lienzos para la memoria

 

El arte de dar las gracias a las divinidades por los favores recibidos se ha manifestado en todas las culturas desde épocas inmemoriales. En nuestra tradición judeocristiana, los exvotos son los ejemplos pictóricos más conocidos desde el período colonial y, en la actualidad, prevalece en el Istmo de Tehuantepec la costumbre de ofrecer a los santos patronos estandartes pintados con referencias a las promesas y agradecimientos. Demián Flores, (Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, 1971) artista multidisciplinario cuyo trabajo aborda conceptos que tienen que ver con la memoria y la identidad, toma como fuente de inspiración esta entrañable tradición popular que se mantiene viva en su región natal y rinde homenaje a los pintores de estandartes anónimos o conocidos, como Cándido Carrasco, Pedro Pedrada o Mariano Toledo. En su XIII exhibición individual en la Casa Lamm, el artista presenta hasta enero de 2021 la muestra Estandartes, lienzos para la memoria, integrada por veinticinco pinturas realizadas este año durante la pandemia. A través del ejercicio de la pintura-pintura y privilegiando una paleta desbordada de color como protagonista principal, el artista nos habla de su “proceso de sanación” a partir de la experimentación técnica. El uso de una policromía mesurada y la presencia de los trazos dibujísticos precisos que provienen de su formación en el medio gráfico han sido características de su cocina plástica a lo largo de su trayectoria. En esta nueva serie, Demián desconstruye las imágenes y da rienda suelta al empleo de una pintura gestual expresada a base de chorreados, escurrimientos, emborronados y manchones, como si se tratase de palimpsestos que cubren y develan las figuras apenas esbozadas. El colorido vibrante de estos lienzos hace eco a las artes populares y a los suntuosos bordados de las vestimentas de las tehuanas que conforman el lenguaje fresco y desenfadado de los estandartes que son la fuente de inspiración. El lenguaje pictórico de Demián se nutre de imágenes simbólicas emblemáticas del pasado y el presente, con un sentido de hibridación cultural y una búsqueda de preservar la historia y las tradiciones en el mundo globalizado actual.

Otro proyecto llevado a cabo durante el confinamiento es la carpeta con obra gráfica titulada La nueva normalidad, realizada al alimón con Gabriel Macotela con el fin de apoyar, con los recursos generados por su venta, iniciativas sociales y culturales en dificultades por la pandemia. La edición consta de treinta ejemplares y cada carpeta está integrada por diversas estampas gráficas inspiradas en referencias al tema del Covid-19. Hasta ahora, con la venta se ha logrado comprar 10 mil cubrebocas que se han distribuido en Ciudad de México y Oaxaca y se ha dado apoyo a la imprescindible revista Generación de Carlos Martínez Rentería y al colectivo La Pocha Nostra. Siguiendo el ejemplo del maestro Francisco Toledo, Demián Flores ha tenido la iniciativa de desarrollar proyectos culturales en Oaxaca, como La Curtiduría, el Taller de Gráfica Actual y el CEACO (Clínicas para la Especialización en Arte Contemporáneo), donde se han formado muchos de los jóvenes artistas activos hoy en día en esa región.

El confinamiento no ha limitado a Demián Flores en sus actividades. En Los Ángeles, California, participa en una muestra colectiva titulada Ser todo es ser parte/To Be Whole is to Be Part en el LACE (Los Angeles Contemporary Exhibition), espacio experimental en el corazón de Hollywood para la promoción de creadores contemporáneos comprometidos socialmente. Demián presenta la pieza titulada America tropikal en alusión al controvertido mural realizado por Siqueiros en 1932 en la calle Olvera de esa ciudad; la propuesta original era realizar la obra in situ como un mural efímero, pero debido a las restricciones por el Covid-19, el diseño se envió digitalmente y se hicieron recortes de viniles adheridos al muro para reproducir una escena de gran escala (360cm x 700cm) que representa una crítica al neoliberalismo y nuestro mundo actual. El arte producido en el confinamiento seguirá dando mucho de qué hablar…

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