Bemol sostenido

- Alonso Arreola | t: @LabAlonso / ig: @AlonsoArreolaEscribajista - Sunday, 22 Nov 2020 08:04 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Vuelve Tower Records: No Music, No Life

 

Nos dimos de alta por la pura nostalgia. Nostalgia de sus pasillos, de sus anaqueles. Nostalgia de sus pósters, de la gente cruzándose con gente. Nostalgia del encuentro con objetos que de manera inmediata ejercían su poder de atracción cambiándonos la vida. Discos que nos llamaban con los ojos pero también con el tacto, con la conversación suscitada espontáneamente cuando un encargado se acercaba y añadía datos interesándose genuinamente, confesando su gusto por lo ocurrido en esa obra que hacía grieta en el espacio compartido.

Sí, nos dimos de alta por la pura añoranza. Melancolía por nuestro primer trabajo relacionado con el periodismo musical. Por la revista que allí editamos. Por la gente que conocimos gracias a su relevancia en la industria. Porque las tiendas que tuvo en México fueron nuestra casa por casi un lustro. Porque su origen en una farmacia fue de los más formidables, allá en Sacramento, California, en los años sesenta. Porque el documental que se hizo sobre su historia es magnífico (All Things Must Pass). Porque representa una parte del consumo sonoro que nunca volverá pero que sin duda era mucho mejor que el actual. ¿De qué hablamos?

Nos dimos de alta en la nueva tienda en línea de Tower Records. Efectivamente: el gigante amarillo ha vuelto de manera virtual, catorce años después de que se fuera a la quiebra. No sabemos aún si compraremos algo. Probablemente no. Ya veremos si la nostalgia nos da para agregar discos a una colección que se ha mantenido con movimientos mínimos desde hace varios años, cuando sucumbimos a la practicidad digital. Obstáculo es el precio de la mensajería mundial, hay que decirlo. Aun así, hay un montón de vinilos notables que salen mucho más baratos que si se consiguieran aquí. Hay también discos compactos y casetes, por supuesto. Pero lo que nos lleva a dedicarle esta columna dominguera es otra cosa. Tiene que ver con su contenido editorial, ese que siempre rezara “No Music, No Life”.

Tower Records fue famosa por su ambiente. Por un staff experto que hizo historia en Estado Unidos y que hacía intentos encomiables en México y Latinoamérica. Por el inmenso tamaño de sucursales como las de Sunset Boulevard en Los Ángeles y en Broadway en Nueva York. Por su horario extremo de apertura y cierre, apto para quienes vivían de noche. Por la visita continua de músicos y celebridades que departían con otros melómanos en un territorio de igualdad. Por la increíble variedad de géneros musicales y cinematográficos que ofrecía en todo tipo de formatos; por su sección dedicada al jazz y la música clásica; por la barra con reproductores donde podías escuchar los discos antes de comprarlos (¡qué loco se lee eso el día de hoy!). Por su librería y zona de revistas importadas. Por todo ello, pero también por Pulse!

Hablamos de la publicación gratuita que mensualmente llegaba a los racks de las tiendas alrededor del mundo, en múltiples idiomas, y que hoy reaparece en su página web con entrevistas escritas, reseñas, videoclips, encuentros en vivo por Instagram a cargo de su carismática anfitriona Whitney Moore y, además, con presentaciones virtuales de bandas que de manera instantánea se sumaron al renacimiento de una marca cuyo peso se debe, exclusivamente, al paso del tiempo, a la congruencia que da la cuna del esfuerzo familiar. Lo sabemos porque conocimos a su visionario fundador, el señor Russ Solomon, quien muriera en 2018, a los noventa y dos años, viendo la entrega del Oscar y con un whiskey en la mano.

Dicho esto, lectora, lector, visite la página de www.towerrecords.com y, de la manera más sencilla y eficiente, entérese de qué está sucediendo con el pulso de la música mundial al tiempo que escucha nuevos lanzamientos y mira las portadas de discos viejos o recientes, listos para entrar a su carrito de compras. Ojalá que, pasada la pandemia, su renacimiento alcance para una resurrección completa, lo que sería un hito en la historia de las tiendas físicas. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

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