Bemol sostenido

- Alonso Arreola | t: @LabAlonso / ig: @AlonsoArreolaEscribajista - Sunday, 03 Jan 2021 07:53 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Reyes Magos. Peticiones y advertencias

 

Primero, que no nos dé la Covid, o como sea que le llamen ustedes. Segundo, que en algún momento del año alcancemos una dosis de la vacuna contra el Covid, o como sea que le llamen ustedes. Tercero, que conquistemos una segunda dosis de la vacuna contra el Sars Cov 2, o como sea que le llamen ustedes. Cuarto, que por estar pensando en las mutaciones del Covid-19 –o como sea que le llamen ustedes– no se nos olviden asuntos como lo de conseguir más trabajo, componer más música, escribir más textos raros y planear más vacaciones imaginarias. Les pido eso y que no soslayemos el sonido de las balas; de los gritos de quienes viven los abusos de un encierro entre parietales de necio y antiguo adobe; de las mujeres que reclaman.

Nos hemos hecho expertos en huir de un estornudo que se produce a la distancia; en augurar el gruñido de las ambulancias; en identificar si un aviso del celular proviene de mensaje o de llamada; en reconocer la soberbia de quien habla por las mañanas y en abominar la mala leche de quienes dan la nota amarga; en el silencio de los motores que no despegan ni en la tómbola más torpe... Pero dejamos de hablar de la metralla; del secuestro activo en este instante cuando un quejido se amordaza; del trueno de los huesos en la fosa clandestina, cuando los quiebra el amoroso golpe de una pala.

Santos Reyes. Hace poco volvió su estrella de Belén. ¿Cierto? Júpiter, Marte y Saturno se vieron frente a frente en el espacio y les dieron un generoso guiño. No hay pretextos. Podemos ir más allá de los deseos. Volverlos advertencia, incluso. Porque nuestra gente no se tapa ni la boca ni la cara. Porque sigue en la pachanga. Porque aligera el reto hacia la muerte y menosprecia el trabajo de quienes llevan meses sumergidos en el sofoco de un traje que se mueve duramente, allí, en las entrañas de hospitales paralizados por trenes, plantas petroleras y aeropuertos en tierra de mamuts que volviendo del olvido hoy miran otra clase de amenazas.

Dicho eso, vamos a lo puntual. Melchor, te encargamos que hables con nuestra secretaria de Cultura para que le hagas ver la importancia de reunirse directamente con quienes dan vida a las artes escénicas. Hay mucho que se puede hacer para apoyar su trabajo en el encierro, pero sobre todo para desarrollar nuevas ideas luego de la cuarentena y antes de la “normalización” de foros a puerta cerrada. Será momento de tomar espacios públicos para hacer música, danza y teatro en barrios y plazas; en lugares alejados de las urbes articulando instituciones, asociaciones civiles e iniciativas privadas, pues ya sabemos que no toda la cultura se ejerce desde las mismas paredes. No se trata de pulverizar esfuerzos sino de urdir alientos largos con transparencia. Porque la corrupción tiene muchas caras. No sólo es robar bienes o hacer mal uso del poder y las finanzas.

Gaspar, te pedimos que hables con la gente de Spotify y Tik Tok. Mira, los primeros no pagan regalías a los compositores sino hasta pasados varios segundos de reproducción y, los otros, como sólo utilizan quince segundos de música, pues las pagan proporcionalmente. O sea que, en otras palabras, ambas plataformas aprovechan su condición tecnológica para establecer pactos leoninos con tal de que los sacrosantos usuarios sigan sin desarrollar éticas de consumo, conformándose cada vez más con la absurda reducción de canciones recortadas. Cuéntales de Bandcamp. Inténtalo.

Baltazar, a ti te toca lo más complicado. Habla con los padres de los niños. Recuérdales que videojuego no es guitarra. Que recámara no es parque. Que escuela no es pantalla. Cuéntales de lo entretenido que es apagar las luces, encender las velas, poner música nueva y leer dos cuentos después de la cena. Explícales que si apuestan distinto, entonces, a la mañana siguiente, cuando sus hijos tengan que decidir las cosas del futuro,entenderán que pueden cuidar a los demás; que el ruido de las balas es algo fuera de lo normal; que no deben existir mujeres violentadas; que la cultura es esencial; que toda compra ha de sopesarse en balanzas diferenciadas; que la convivencia puede cambiar y sacar sonrisas francas. Haz el esfuerzo. Haremos el nuestro. Y buen domingo. Buenos sonidos. Buen 2021.


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