La otra escena

- Miguel Ángel Quemain - Saturday, 23 Jan 2021 22:46 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Radioteatros, patrimonio sonoro de Radio UNAM

 

La ficción teatral en la radio ha recorrido el siglo XX y ha llegado hasta nosotros enriquecida por la tecnología y las posibilidades de difusión que no sólo le dan salida a los productos del pasado, sino que permiten la creación y divulgación de trabajos actuales o producidos en el siglo XXI. La Fonoteca Nacional se fundó –Lidia Camacho fue el motor– con la ilusión de una convergencia de esfuerzos que garantizara no sólo la conservación, sino el flujo constante de nuestro patrimonio.

Sin embargo, formar parte del Gobierno Federal siempre pone a sus devotos a cruzar los dedos, ya no sólo en busca de apoyos, sino también de preservar los logros vinculados con los recursos humanos que no se arredraron frente a curvas de aprendizaje muy altas y han hecho que el resguardo tenga mucho de calidad personal y compromiso individual para cuidar y proteger los acervos. Hoy, prácticamente ochenta por ciento del personal ha quedado sin contratación (ese eufemismo del despido y el recorte arbitrario) en medio de la pandemia y ha dejado a la Fonoteca en estado de coma.

Todo lo contrario pasa, por fortuna, en la radio de la Universidad Nacional que, hasta ahora, ha entendido mayormente la austeridad como racionalidad y no como recorte. Lo evidencia ahora la transmisión de sus radioteatros más significativos, así como nuevas producciones que le dan a lo escénico la vitalidad que le ha quitado la pandemia, con sus restricciones oficiales para evitar la propagación del virus, a pesar de la enjundia de sus protagonistas –la danza y lo operístico están involucrados.

Para el conjunto que se puede identificar reunido en la Asociación Nacional de Teatros Independientes, es muy difícil aceptar una situación donde la vida doméstica e imaginaria han sido confinadas. Siempre hay una veta de la vida real, de la rutina, que nos condena a una especie de encierro del que nos liberan las artes y la cultura. Por eso es tan comprensible la bravura que va desde Gabriel Pascal y Mauricio Davison, hasta las Marionetas de la esquina, con Lourdes Pérez Gay y Teatro de la Capilla, que se niegan a parar.

La necesidad de regresar a las pantallas es un imperativo para evitar el incremento de defunciones provocado por la desigualdad económica (la necesidad de salir a trabajar) y las enfermedades crónicas, sumadas a la imposibilidad de algunos de detener la cercanía, los festejos y la vida “como si nada pasara”. Como parte de esas restricciones aparece un viejo amigo de la oscuridad, la noche y la vida en común, un acompañante de la movilidad: el radioteatro.

Radio UNAM inició este 2021 una serie de transmisiones que devuelven la posibilidad de contactar con esas poéticas primordiales de la voz y la enorme cantidad de matices que cargan consigo los conflictos humanos, los cuales serían más difíciles de entender si no tuvieran todos esos clarososcuros que les da la actuación y la dirección de escena, esa periferia luminosa que es la vibración audible de la vida.

En 2015, México y Argentina fueron las sedes del Tercer Congreso Internacional de Radioteatro y Ficción Sonora, que se planteó como un encuentro de creación y experimentación. En el caso de México la sede fue Radio UNAM, donde se transmitieron las piezas programadas los sábados de enero en la estación.

Los tres más recientes, que forman parte del acervo, fueron Largo viaje, de Leonardo Sciascia, con la producción de Red Radio Universidad de Guadalajara; Otelo, de William Shakespeare, en versión tepiteña, producida por IMER; El viaje de los cantores, de Hugo Salcedo, y La mudanza, de Vicente Leñero. La producción es de Radio UNAM.

Para cerrar enero, el próximo sábado 30 se transmitirá, a las 20 horas, Adiós Robinson, de Julio Cortázar. La grabación original en español se realizó en los estudios de la Radio Deutsche Welle en Colonia, Alemania, en 1977, dirigida por César Salsamendi, con música de Daniel Viglietti. Pero esto apenas empieza; el detalle de febrero y su múltiples sentidos, en la próxima entrega.

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