Bemol sostenido

- Alonso Arreola | t: @LabAlonso / ig: @AlonsoArreolaEscribajista - Sunday, 13 Jun 2021 07:53 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Patricia Brennan, mucho más que 'sidewoman'

 

Michael Formanek es un gran contrabajista. Más aún: es un gran compositor. Mejor todavía: es un artista que cuenta con el respeto y el apoyo de grandes instrumentistas, siempre entusiastas al sonar en alguno de sus ensambles, como el nutrido Kolossus, casi una orquesta que cuenta con la ayuda de conductor en vivo. Y no. Ya no recordamos cuándo fue que lo escuchamos por vez primera. Lo que sí tenemos claro es el nombre del disco que nos comprometió a tenerlo en órbita, poniendo atención a su trayectoria. Extended Animation se llama. En él podemos escuchar un lenguaje fantástico que viaja del jazz tradicional a la música clásica enalteciendo los principios de la improvisación más arriesgada. Lo acompañan personajes como Tim Berne (sax), Mark Feldman (violín) y Wayne Krantz (guitarra), otros que hipnotizan con su talento.

¿Por qué hablamos de él si el título de hoy señala a otra persona? En un momento lo entenderá nuestra lectora, nuestro lector. Mientras tanto, permítanos decirle que si lo de Formanek es notable, el conjunto de John Hollenbeck no se queda atrás. Hablamos de una big band de diecinueve músicos –cantante incluido– que coquetea con el rock, el folk y otros sonidos del mundo poniendo especial cuidado en el entramado rítmico. Ello se debe a que su líder, fundador y principal compositor es, precisamente, el encargado de la batería. En su música hallamos menos especulación pero una apuesta mayor por las dinámicas extremas y los cambios de densidad. Se trata, otra vez, de un combo que requiere la asistencia de un director.

Ahora bien, ¿quién es Wadada Leo Smith? ¿Quién Reggie Workman? En la escena del jazz y la experimentación estadunidense son leyendas. El primero toca la trompeta. No olvidamos cuando el colega Michael Manring nos dio el disco de Yo Miles!, grupo dedicado a homenajear al gran Miles Davis. Allí, Leo Smith y el guitarrista Henry Kaiser consiguen una provocadora elocuencia que continúa el legado de álbumes eléctricos como el Bitches Brew. Además, Smith ha grabado y girado con gente como el baterista Jack Dejohnnete y el aclamado guitarrista Derek Bailey, cuyos nombres esperamos le signifiquen algo pues hablamos de “la pura crema”, como dirían los enterados.

Reginald Workman, por su lado, tiene una trayectoria que deja frío. Tocó y participó en grabaciones de John Coltrane, Art Blakey, Wayne Shorter, Max Roach y Thelonious Monk, entre cientos más. Luego de este breve listado no hay nada más que decir, pues son pocos los músicos vivos que pueden contar semejantes alianzas. Esto además de sus propios álbumes en solitario, allí donde pisa el acelerador explorando el contrabajo de maneras atípicas. Un auténtico crack. Y aquí nos detenemos. ¿Qué tienen que ver estos individuos con Patricia Brennan?

No. Usted no conoce a Patricia Brennan. Nosotros tampoco la conocíamos, hasta hace menos de un mes. “Por alguna razón, no he podido conectar con la escena en México y poder compartir mi música y carrera por allá”, dice hacia el final del correo que recientemente nos mandó. Radicada en Nueva York hace trece años, ha colaborado con todos los gigantes de quienes hemos hablado aquí. ¡Así es! ¿Qué instrumento toca? Lea con cuidado: la marimba y el vibráfono. Y sienta orgullo, pues tiene a una paisana en las más interesantes ligas de la música contemporánea. No sólo eso.

Patricia acaba de sacar un disco, Makishti, en el que aborda esos dientes de madera o metal con técnicas extendidas, arcos, efectos y, sobre todo, con gran naturalidad. Así, al placer de escucharla con tan magníficos músicos sumamos la posibilidad de reconocer su voz en solitario sobre temas e improvisaciones propias que la impulsan a interpretaciones paisajísticas de hermosa y sensible factura, de claroscuros y valiosa espontaneidad. Búsquela ya mismo. Es extraordinaria. Desde aquí la felicitamos y recomendamos mucho, en espera de que pronto suene en estos lares y consiga un eco merecido. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

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