Cinexcusas

- Luis Tovar @luistovars - Sunday, 19 Sep 2021 07:58 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
El desprestigio y sus remedios

 

El pasado lunes 13 de septiembre, en el portal RegeneraciónMx (en Twitter basta añadir la @ y en internet teclear https://regeneracion.mx), el escritor, periodista e investigador Ricardo Sevilla @sevillacritico publicó un reportaje titulado “El PRIAN dio más de 160 millones de pesos a Gael García y Diego Luna”, mismo que inmediatamente suscitó una escalada virtual de reacciones variopintas, la abrumadora mayoría teñidas del sarcasmo, la indignación y la ironía que suele campear cuando se ventilan asuntos como éste, sobre todo en la tuitósfera.

El reportaje incluye datos precisos y pormenorizados, obtenidos de fuentes oficiales como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de los millonarios montos que desde 2005 ha obtenido la asociación civil Ambulante cuyos fundadores, como es de dominio general, son los actores, productores y directores cinematográficos Diego Luna y Gael García Bernal, quienes se asociaron con los productores Pablo Cruz y Elena Fortes; esta última ejerció como directora y representante legal de Ambulante desde su fundación hasta 2016, cuando fue sustituida por Paulina Suárez, si bien una de las fuentes directas de información consultadas por Sevilla sostiene que, tras bambalinas, es Fortes quien sigue al mando de la asociación civil; dicha persona trabajó bajo las órdenes de ambas hasta que, recientemente, fue despedida junto con un grupo cercano a las veinte personas, hoy asociadas como colectivo con el nombre de El Otro Crew, exempleados por Ambulante bajo un contrato anual que dicha AC rompió con el argumento de que “la organización había sufrido un recorte de subsidios y fondos públicos”.

Entre lo legal y lo ético

De los cientos o quizá miles de reacciones tuiteras convocadas por el hashtag #chayolastras hay una que apunta a lo esencial: @letichelius pregunta: “¿Fue ilegal o se mintió para obtener dicho recurso? ¿Se desvió para otros fines?” y añade que “si hay compromisos entregados contrastados con los recursos anuales destinados”, nada recusable se desprendería del actuar de Ambulante. Desde una perspectiva formal, o quizá mejor dicho legalista, no le falta razón; de hecho, es obvio que esos 160 millones de pesos no fueron robados ni forman parte de ningún fraude (legal), como obvio es que el reportaje de Ricardo Sevilla no cuestiona la legalidad de los recursos sino el trasfondo, el contexto y las consecuencias concretas de contar o no contar con ellos.

En cuanto a lo primero y lo segundo destaca la condición, autoproclamada por Ambulante, de ser una asociación sin fines de lucro, cosa difícil de digerir al ver esa danza de los millones, no sólo los 160 provenientes de donaciones y –ojo– de fideicomisos hoy extinguidos, sino de lo que Luna, García Bernal, Fortes y compañía se han embolsado durante más de tres lustros con la venta –hay que llamarle así, puesto que cobran– de la presencia de su gira de documentales en diversos estados de la República. La pregunta es inevitable: ¿es ético que una AC sin fines de lucro que ya obtuvo recursos para producir lo que produce, cobre por difundirlo? ¿Lo es que hayan mentido sistemáticamente, durante años, al afirmar que la mayor parte de sus recursos provenían de donaciones extranjeras y no de fideicomisos nacionales y, tocante a lo tercero –las consecuencias–, que al menos una veintena de personas fueran despedidas por un autoconfeso “recorte de subsidios y fondos públicos”?

Una consecuencia más, igualmente inocultable salvo por ceguera voluntaria: cuando el gobierno federal anunció el fin de los opacos barriles sin fondo llamados fideicomisos, entre los primeros en saltar alarmados estuvieron Luna y García Bernal, con el aire de quien defiende ardorosamente “al cine mexicano”; el punto es que, con 160 millones menos en su porvenir, su cruzada es dudosa, por decirlo cortésmente.

Eso sí, el remedio contra el nuevo desprestigio que hoy los tizna es sencillísimo: que salgan a transparentar sus cuentas, con similar enjundia que cuando se confiesan “decepcionados” de todo lo que huela a 4T.

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