Pierre Soulages: tinta negra sobre páginas blancas

- Vilma Fuentes - Sunday, 17 Nov 2019 11:34 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
El próximo 24 de diciembre, Pierre Soulages cumplirá cien años. Para festejar el centenario de este alquimista del color negro, se han organizado diversas exposiciones de su obra en varias ciudades de Francia.

El próximo 24 de diciembre, Pierre Soulages cumplirá cien años. Para festejar el centenario de este alquimista del color negro, se han organizado diversas exposiciones de su obra en varias ciudades de Francia. Desde luego, tuvo lugar en Rodez, su lugar de nacimiento, una muestra de su pintura desde hace algunos meses. Pero la exhibición más esperada es la que se abrirá el 11 de diciembre en el prestigioso Salon Carré del antiguo palacio y hoy Museo del Louvre. La selección de esta sala se debe a la predilección del pintor de “lo negro y de la luz” por ella, pues ahí se exponen los Primitivos italianos “cuyas obras ilustran (para él) la evolución de la pintura occidental y el paso a una representación del espacio tridimensional”. Tres dimensiones que emanan de las telas de Soulages y se proyectan en el espacio gracias la textura y pigmentos de su famoso outrenoir, palabra que puede traducirse como “ultranegro”, no en el sentido de exceso sino como concepto del otro lado, un más allá semejante al ultramar, al otro lado del mar, lo “antifánico”, como señala Jacques Bellefroid.

El Museo del Louvre se enorgullece de presentar, este fin de año y principios del próximo, dos exposiciones fuera de lo común: la ya inaugurada de Leonardo da Vinci y la que se dedicará a Pierre Soulages. “Una por los quinientos años de Leonardo, otra por tus cien años”, le digo a Pierre, quien ríe de buena gana y me responde: “Yo soy más joven que él, para Leonardo soy un jovencito.”

Hace diez años, Bellefroid publicó algunas notas sobre la pintura de Soulages en la Nouvelle Revue Française (Gallimard), las cuales fueron particularmente apreciadas por el atento lector que es este artista. Las Editions du Canoë solicitaron a Bellefroid la autorización para publicar en forma de libro estos textos, aumentados por él con nuevas reflexiones sobre el arte de la pintura y la obra de este creador bajo el título “Soulages Encre noire sur pages blanches” (Soulages Tinta Negra sobre páginas blancas).

A lo largo de su obra, el pintor del outrenoir ha buscado hacer irradiar en sus telas la luz de las cavernas donde nace la pintura. “¿Quién soy? ¿Dónde estoy?”, pregunta Bellefroid, “¿Qué significa estar presente, qué quiere decir estar sobre tierra, estar en vida? El primer trazo hecho por un hombre en la pared de una caverna, Lascaux, Altamira (y Soulages me recuerda de paso que los hombres que vivían en las cavernas se hallaban hundidos en lo negro), el primer trazo, anterior a la escritura, esbozaba el signo de una interrogación dejada desde entonces en suspenso y repetida sin cesar, en voz baja o aullada en los gritos, pero condenada a no hallar respuesta nunca. No tenemos el derecho de plantear cuestiones. Las respuestas no pertenecen, quizás, a los humanos.”

Hacer brotar la luz, ¿no es el deseo luciferino de todo gran pintor? “Fiat lux. Palabra inaugural, parto verbal, dos palabras que decide de una vez por toda que el ser de las cosas, iluminadas de golpe, comenzó por la emisión de la luz.”

Soulages interroga la luz. Bellefroid interroga su aparición, la aparición. Sabe que una pregunta sólo lleva a otra cuestión y un enigma a otro misterio. Pero en esa rendija de la interrogación ve aparecer la palabra, escucha la voz del oráculo. “Anti-fanía podría querer decir: aparecer y al mismo tiempo velarse como contrario de lo que aparece… Gérard de Nerval hablaba del soleil noir (sol negro). Había visto la cosa y pensó el pensamiento de la cosa en la sobria ebriedad mental de su genio atormentado. Son sus últimas palabras, antes de pasar, para siempre, al otro lado. Varias veces las he dicho a Pierre Soulages. Nerval escribió: …la nuit será noire et blanche (la noche será negra y blanca). Me parece, y el trabajo de Pierre Soulages me incita a ello, tener el derecho de escuchar estas palabras, trazadas por un hombre, un verdadero poeta, quien no se equivocó mucho durante su vida, y no podía extraviarse en el momento de su muerte, que Gérard de Nerval nos murmura: la noche será blanca y, esta vez, alcanzará la cumbre insuperable de la blancura pues la llevaré hasta el último extremo de su naturaleza: lo negro.”

Soulages Encre noire sur pages blanches es un pequeño volumen de apenas una cincuentena de hojas. Sin duda, la inteligencia y la profundidad de una obra no se miden en número de páginas. Este libro de Bellefroid es, sin duda, el mejor acercamiento a la obra de Soulages pues la inscribe en el pensamiento filosófico primigenio, la cuestión de Parménides, la del ser. Con una prosa nítida, de enorme claridad, lejos de estereotipos y de senderos trillados, el autor da una nueva luz a la negritud de la pintura de este inmenso artista.

“Una tela de Soulages no es otra cosa que pintura. Y silencio. Ni figurativo, ni abstracto. Si evoca de buena gana el término que forjó y que él prefiere para designar su obra, outrenoir, es sin duda que existe algo más allá del color negro como hay un más allá de las palabras que, a veces, el silencio permite escuchar”.

 

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