Odio a los muertos

- Hermann Bellinghausen - Sunday, 01 Dec 2019 07:40 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Odio a los muertos / porque no queda / sino recordarlos / o peor, olvidarse de ellos.

Odio a los muertos

porque no queda

sino recordarlos

o peor, olvidarse de ellos

 

No puedo reprocharles

nada,

ni siquiera que tuvieran

toda la culpa

 

Si los llamo no responden

Si me llaman no los oigo

Si están no los veo

Pero nunca están

 

Nunca los veo

 

Odio a los muertos

los detesto

por esa costumbre suya

de dejar agujeros en el aire

 

De poner los ojos en blanco

De oler a viejo

a roto

a enfermo

 

O ni eso

Por no olerme a nada

Por dejarme plantado

horas y horas

 

en calles donde

parece que nunca estuvieron

en la ropa que dejaron vacante

en la cama que desocuparon de pronto

 

Odio a los muertos porque callan

de una manera terrible

con un silencio sucio y triste

insoportable

 

Odio a los muertos

por recordarme que voy a morir

que tú vas a morir

que nada quedará en segundos

 

ni estas palabras

ni estas putas lágrimas

 

Odio Detesto Abomino

a la muerte y a los muertos

por todo lo que se llevaron

por todo lo que no hicieron a tiempo

 

Odio a la muerte que me ignora

La odio por buscarme

Por largarse sin mí

y dejarme hueco y con las manos despobladas

 

Odio a los muertos

cuando quiero hablar bien o mal de ellos

y no hallo sino una taza a medias

con el hongo del tiempo

 

y el polvo de los sueños

 

o me confiesan que Dios

quiso existir y no pudo

y con él aquellos que ya no existen

y quizás nunca lo hicieron

 

Odio a los muertos que tanto quise

a los que no conocí pero quiero

a los que odio porque existieron

y más a los que siendo yo mismo se fueron

 

Odio en los muertos esa costumbre que tienen

de desaparecer cuando más los requiero

la burla burda que repiten

cada que caigo y ruedo y pienso en ellos

 

Los odian mi corazón abandonado

mis ojos buscándolos

esta boca que los escupe y grita sin besos

estas manos que se soltaron súbitamente

 

Los odio porque están despiertos

vivos sin mi permiso y en otra parte

secos como los árboles talados

húmedos como la lluvia que les escurre los huesos

 

Pero más los odio por el amor

que abandonaron entre mis dedos

inútil, aburrido y seco

por los siglos de los siglos viejo

 

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