Tomar la palabra

- Agustín Ramos - Sunday, 16 Feb 2020 11:41 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp

¿Se acaba el mundo?

 

¿Se acaba el mundo, la posibilidad de crítica, la libertad de expresión, los contrapesos? Preguntan los cómplices de la destrucción de un país vivible para las generaciones nuevas, quienes acallaron toda crítica con su sincronizado y podrido aparato de propaganda e ideologización, quienes apapachan tratados y pactos de entrega de riqueza pública, cesión de soberanía y conversión de los tres poderes de la Unión en papel higiénico marca Kimberly. Lo preguntan quienes monopolizan la última verdad, los dueños de la palabra con más teleaudiencia, los ventrílocuos de la hora pico que firmaron las sentencias de victoria rotunda, clara e inobjetable del pri y luego, en la democracia del prian, revelaron que se puede ganar o perder por un solo voto. Lo preguntan los levantacejas, los truenadedos, actores cocos, pelos verdes, nariz café, que disfrazan de pregunta imposiciones, “¿usted se compromete, señor Pérez, a respetar las elecciones, sean cuales sean los resultados que nosotros daremos como nota principal?”, los orgullosos herederos de la nota principal de día soleado que “pasó hace mucho” –y hasta en eso mienten porque el 2 de octubre llovió algo más que balas “de goma”–, quienes colaboran metódicamente para terminar de convertir el territorio nacional en minas y fosas comunes, en un campo de concentración y exterminio que no existe –según el borrón y la cuenta nueva de la postverdad– como tampoco existió Dachau ni Auschwitz ni el fraude electoral de 2006 con sus daños colaterales y su verdad histórica del caso más famoso aunque no único de desaparición forzada.

Tal vez ese mundo acabe debido en parte, sólo en parte, a las conferencias de López Obrador, nada mortales para la democracia como rezan las denuncias, tampoco “sumamente preocupantes ni apocalípticamente polarizantes por venir desde la más alta tribuna donde cada bla bla bla”, que profunden arteros quienes a todo pulmón y a toda pluma, con insensibilidad e ignorancia adrede, polarizan a una población que trae muchos motivos aunque poca organización. También puede acabar porque ese pueblo, ni bueno ni sabio, pero en todos sentidos muchísimo más presentable que las señoras y señores del terror gesticular, capataces y capatazas de la extorsión y la mentira fraguada, no es un pueblo que “linche” (decirlo es tener muy poca madre o no tener idea de los linchamientos o mirarse los vicios propios en un espejo), y si ataca no es porque los verdaderamente poderosos y sus vocingleros critiquen al gobierno de López Obrador, sino porque ha sufrido la ruindad moral, la saña falsificadora, los documentados nexos de cuello blanco con la delincuencia organizada, rápida y furiosa, genocida, halconesca, y también porque ya no cree la desvergonzada difusión de falacias ni la adicción a los hábitos de guerra sucia y golpes blandos.

Y pues sí, ese pueblo parece sabio y hasta bondadoso cuando se le compara con la aristocracia cultural, política y económica, arbitraria y arbitral, antidemocrática, que confunde lo justo con sus intereses y ambiciona todo o mucho más de lo indispensable y que, nomás por boca de la servidumbre, el chofer, los amigos y parientes pobres, se entera de las torturas de viajar, emplearse, estudiar, crear, sobrevivir, luchar… La segunda predicción de 2020 es la siguiente: si ese pueblo, que es más o menos generoso y que más o menos sabe, se contenta con tener en jaque a los lavadores del reino de Salinas; en fuga pero libres a los cabecillas más notorios del narcoprianismo; tras las rejas a sólo unas cuantas almas ultra corrompidas; si permite, en fin, la producción y reproducción, hasta en Morena, de las defensorías oficiosas de la impunidad y la corrupción, las granjas de bots del comandante Borolas y los centinelas de la democracia grata en manos de un ine indefendible defendido por quienes se dicen izquierdistas tolerantes o críticos independientes: si eso pasa –digo, es un decir–, entonces sí se acaba el mundo.

 

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