Karl Marx Vive

- Anitzel Díaz - Sunday, 12 Apr 2020 07:06 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Karl Marx vive en la pared fuera de una preparatoria pública en Ciudad de México. Marx vive en el Malecón de la Habana. “Marx Vive”, debe haber una pinta con esta leyenda en cada capital del mundo. ¿Se habrá imaginado aquel filósofo que doscientos años después de su muerte la gente seguiría pintando su nombre en las paredes? ¿Se imaginaría cuántos movimientos sociales suscitaría, cuántos cambios? ¿Cuántos se esconden todavía tras su bandera? ¿Cuántos rostros pintados con sus colores?

El marxismo se convirtió en una manera de interpretar el mundo, muchos buscan inspiración en él para sus propias luchas. Se siguen pintando paredes como moda, como reivindicación, como disidencia, como añoranza. Se sigue grafiteando el rostro de Marx, la leyenda vive en el arte del proletariado. Por más que se haya estigmatizado, no se pueden vender las paredes pintadas, así que lo que se exprese en ellas queda grabado.

El graffiti como arma de expresión, donde jóvenes, pobres, todo aquel con una lata de pintura que apunta hacia la pared, como lienzo, atina y deja huella. Es un arte que no se explota. La escritura que se convierte en el último vestigio de arte libre, cualquiera puede participar, independientemente de la clase, raza, preferencia religiosa u orientación sexual. Incluso, al principio no se tenía que comprar material ya que, de acuerdo con la ética de la vieja escuela, la pintura debía ser robada como un acto de liberación. Un acto de creación que ha sido mal interpretado como un acto de destrucción. Edulcorado como el marxismo.

Hay un graffiti en el Muro de Berlín; es un retrato de cuerpo entero de Marx vestido con ropa moderna, él mete la mano a un buzón. Tiene un globo de diálogo que dice “The word socialism was used by totalitarian systems to decieve people.” (La palabra socialismo ha sido utilizada por los sistemas totalitarios para engañar a las personas.) Sostiene una bolsa de compra en la mano izquierda. Junto se lee grande y en rojo ok, seguro fue alguien más que lo puso.

En Mérida, Venezuela, ha aparecido por la ciudad una pequeña caricatura de Marx, en Brooklyn orgullosamente luce una camiseta con la leyenda: “Black Lives Matter.” En Santiago de Chile ocupa toda una pared, joven lleno de ideales. Aparece incluso vestido de Santa Claus.

Workers of the world unite es uno de los más famosos graffitis de Bansky, con su estilo tan reconocible (plantillas) y sus declaraciones políticas agudas, se refiere al marxismo. Un trabajador pintando las letras del eslogan mientras que otro trabajador espera con cubeta en mano para limpiarlas. En India apareció uno donde está Marx sentado en posición de loto vestido a la usanza india, con todas las características de un Bansky. Hoy el nombre del artista callejero es uno de los más asociados con la cultura del Reino Unido junto con William Shakespeare, The Beatles y la Reina Isabel ii.

El matrimonio Marx vivió y murió en la pobreza. No sólo sacrificaron una vida de lujos sino que cuatro de sus sietes hijos fallecieron en su infancia como consecuencia indirecta de la pobreza. Tanta fama. Tanta pinta. Tanto grafitti. Tanta sangre que ha corrido a lo largo de dos siglos. Ella era una rica heredera que dejó todo por él. Jenny von Westphalen, baronesa prusiana. Los unía una enorme pasión por la lectura. Ella comprendió plenamente a uno de los hombres más importantes de la historia.

Marx vive, sí, en la utopía de un mundo justo.

 

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