Biblioteca fantasma

- Eve Gil - Sunday, 24 May 2020 07:46 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp

El esposo extraterreste

 

Es posible que el lector haya escuchado comentarios sobre alguna pareja que, tras muchos años de convivencia, han empezado a parecerse físicamente. Este es un hecho real y existe una investigación científica que sustenta este fenómeno: no se trata de que los miembros de esa pareja hayan empezado a mimetizarse… la verdad es que lo que los atrajo desde el principio es una similitud detectada por sus genes. Hay una necesidad biológica de perpetuar “la herencia genética” (en lo personal, me gustaría que me explicaran el otro extremo, aquello de que “los opuestos se atraen”… en fin, lo dejaremos para otra ocasión).

El caso es que en su primera novela traducida al español, titulada Mi marido es de otra especie (Alianza Lit, Madrid, traductor Jordi Fibla Feito, 2019), la dramaturga japonesa, Yukiko Motoya (prefectura de Ishikawa, 1979), le otorga un sesgo fantástico y terrorífico a este hecho… aunque también es muy válido, como han sugerido otros reseñistas y críticos, leerla como una parodia de la convención conocida como “matrimonio”. La protagonista, llamada San, y a quien todos se refieren afectuosamente como Sanchan (“san” se emplea como signo de respeto, digamos, como “señora”, mientras que “chan” significa literalmente “niño” o “niña” y se usa para referirse a alguien muy joven y estimado), lleva algunos años casada con un burócrata cada vez más aburrido, al grado que la propia Sanchan no recuerda cómo y por qué se enamoró de él. Lo cierto es que llegó en el instante en que ella estaba aburrida de trabajar, y una de las cosas que su entonces novio le ofreció fue mantenerla. Sanchan se repite, una y otra vez, que es una mujer afortunada, que no todas gozan de una serie de aparatos robóticos que prácticamente realizan los quehaceres en su lugar, “a veces me pregunto quién se ocupa realmente de las tareas domésticas”. Por si no bastara, su marido raras veces pide cena cuando regresa de la oficina. Le gusta prepararse él mismo sus botanas (que ella encuentra repugnantes, aunque se las comparta) y se sienta en un sofá a ver la televisión, concretamente un programa de concursos que actúa sobre él como si todo a su alrededor se desvaneciera. ¿Mejor marido que ése? ¡Imposible!, se trata de convencer Sanchan.

La aburrida serenidad de su existencia de casada sufre un vuelco inesperado a partir del instante en que advierte que ha empezado a parecerse a su esposo, y viceversa. No se trata de similitud en los rasgos, es algo que ella todavía no alcanza a ubicar. Serán los gestos, la forma de sonreír o de pestañear. Cuando se atreve a consultar sus temores con su hermano y con una vecina de su absoluta confianza, ambos niegan que exista tal parecido… pero conforme pasa el tiempo, Sanchan tiene la sensación de que aquella semejanza se incrementa… de que ya es imposible determinar qué rasgos se han homogeneizado. Se lo comenta a su esposo y él responde con una carcajada y un gesto soez que la deja prácticamente inmóvil, “antes de que me engullese mi marido, ya hacía largo tiempo que había perdido mi ser original…” Tras llevar a cabo este extraño coito que se describe en términos poco sensuales, la paranoia de Sanchan –que sin embargo nunca termina de perder la compostura– se incrementa: ése no es su marido, aunque lleve a cabo las mismas rutinas, se siga riendo como bobo y sea altamente eficaz en su trabajo… ¿Quién es ese hombre que se le parece tanto y ha comenzado a impregnarla de sus modales bruscos y su nula sutileza al hablar y observar a otras personas, al grado de hacerlas sentir sumamente ofendidas?

Con Mi marido es de otra especie, una breve novela que exige ser devorada como los bocadillos del esposo o el cuerpo cada vez más deformado de Sanchan, Yukiko Motoya, que además de dramaturga tiene su propia compañía de teatro que lleva su nombre, obtuvo el prestigiado Premio Akutahawa, al que había sido cuatro veces nominada. Estudió actuación y en algún momento hizo voces para personajes de anime .

 

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