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Inés Arredondo entre la inocencia y la malicia

'La sunamita', Inés Arredondo, Fondo de Cultura Económica, México, 2019.
Carlos Torres Tinajero

“La sunamita” es un cuento de La señal (1967), el primer libro de Inés Arredondo. Su publicación –como pieza independiente– en la colección editorial Vientos del Pueblo, del Fondo de Cultura Económica, quizá reivindique la vitalidad de este género literario. La importancia de su existencia en las librerías, en el peculiar formato de la colección editorial, es dar un enfoque claro sobre la escritura de una de las representantes de la Generación de Medio Siglo y sobre una de las tramas más originales en la narrativa mexicana del siglo xx por la composición de la historia,
las decisiones de los personajes, el lenguaje directo, la precisión de las imágenes.

Al centro del conflicto está Luisa, la protagonista. Gracias a un telegrama, desde provincia, visita a su tío Apolonio, de setenta y tantos años, a punto de morir, quien la llamó para verla por última vez. Por la estrecha relación de los dos, años atrás,
la estancia de Luisa es natural. Para ella, sin embargo, es un cambio rotundo por la complejidad de la interacción social. Conforme las intenciones emocionales e íntimas del tío Apolonio evolucionan, se entabla una dinámica importante: el tío Apolonio se convierte en una figura de respeto y de autoridad; con un afán de cuidado, Luisa la acepta, la interioriza y se pone a su disposición.

Tierna, inocente, orgullosa de su castidad y con total conciencia de su cuerpo y del lugar a ocupar en su familia lejana, al cuidar a su tío Apolonio, Luisa es, a su llegada, una llama encendida, el origen del deseo –para anunciar la transgresión sexual–, la cura repentina del tío Apolonio y el detonador de la tensión psicológica y dramática. Después, al regresar a su casa, la enfermedad del tío Apolonio empeora. Cuando, una vez más, va al pueblo, mejora. Sólo como hipótesis, con ese mecanismo narrativo –un auténtico vaivén– se plantea una lucha entre la vida –Luisa la refleja– y la muerte –el tío Apolonio la representa– a partir de la cual funciona una parte del cuento.

En medio de esa transgresión, el deseo perverso y los encuentros sexuales –irruptores por el vínculo familiar lejano del tío Apolonio con Luisa– son imprescindibles en el desarrollo y en la toma de decisiones, hasta tener un valor simbólico con un peso irrenunciable y llevarlos a contraer matrimonio in articulo mortis, sólo por voluntad del tío Apolonio, para heredarle sus bienes a Luisa. A ella le sirve para reafirmar su constitución humana (con el tiempo, la relación tiene tintes de esclavitud). Para el tío Apolonio, ella es la única esperanza de vivir, el aliciente para retomar el aliento, las ganas de seguir y el ejercicio de esa autoridad moral, habitual en la familia. Tal vez esos sean los componentes para entender la motivación y la acción de los personajes.

Un tema fundamental a tomar en cuenta en la lectura es la transformación psicológica y social de Luisa. La ternura, la inocencia y el orgullo, elementos constitutivos al inicio de la trama, se destrozan por la brutalidad del matrimonio con el tío Apolonio. En términos estructurales,
si un cuento
consiste en la evolución progresiva de una situación o de un personaje para llegar a un estado distinto (físico, emocional, psicológico), ese cambio, esencial en “La sunamita”, cobra sentido en el plano psicológico y en la naturaleza femenina de Luisa. El paso de la inocencia –cuando las miradas del pueblo resbalaban por su cuerpo impoluto– a la malicia –cuando las miradas del pueblo resbalaban por su cuerpo, su carne corrompida–, marca los dos puntos centrales en los desarrollos psicológico y estructural: son el giro radical del personaje, de su interioridad y del resto de su vida. Sin marcha atrás.

Al hablar de “La sunamita”, de Inés Arredondo, en el aspecto formal, es necesario subrayar la contundencia narrativa: cada elemento tiene un espacio insustituible en el texto para determinar la evolución de la trama. Por el trabajo de construcción literaria y por el rigor de su hechura dramática, este cuento magistral es una gran celebración del dominio del lenguaje directopor plasmar emociones y conflictos con nitidez– y una celebración de la manera de tramar la inocencia y la malicia a las cuales se enfrenta Luisa con inigualable vertiginosidad.

 

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