Bemol sostenido

- Alonso Arreola | t: @LabAlonso / ig: @AlonsoArreolaEscribajista - Sunday, 13 Sep 2020 07:57 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp

Un conversatorio intolerante

 

Hace una semana fuimos invitados a un conversatorio conducido por Sal Toache y Henry González para Intolerancia Radio. El encuentro virtual incluyó también a los colombianos Octavio Arbeláez y Juancho Valencia, así como a Félix Allueva de Venezuela. Tres personas notables en la creación y gestión de contenidos culturales en Latinoamérica. La idea era platicar sobre nuestra experiencia en cuarentena, la música en el entorno virtual y el futuro de la industria tras –y con– el Covid. Las coincidencias fueron muchas, pese a las diferentes geografías.

A saber: los gobiernos han sido ineficientes en su apoyo sistémico a los artistas, de quienes más se echa mano al paliar estragos del encierro pero a quienes se deja al final en la escala de prioridades y creación de políticas públicas para, además, llamarlos de último a la “nueva normalidad”. Igualmente, coincidimos en que la tecnología representa una oportunidad creativa que los músicos han atendido con cierta lentitud, a diferencia de otros creadores escénicos.

Pese a utilizar cámaras y micrófonos como vehículos de transmisión, muchos de quienes comparten contenidos independientes soslayan las posibilidades que este acercamiento hacia la piel ofrece; las oportunidades de una producción que va más allá del buen sonido interviniendo el espacio con una perspectiva de 360 grados, con escenografía e iluminación innovadoras, con vestuario y maquillaje de corta distancia más una “dramaturgia” renovada.

Asimismo, hablamos sobre los beneficios de plataformas como www.patreon.com, en donde se puede hacer contacto directo con audiencias reducidas pero dispuestas a pagar directamente a los artistas, evadiendo a intermediarios tecnológicos de leonina especie. Justo allí está el nuevo trabajo de Puerto Candelaria, la banda del talentoso y lúcido Juancho Valencia (el del cuadro inferior izquierdo de nuestra pantalla). Se trata de The Secret of the Shadow. Una obra hecha en el confinamiento y que sólo puede escucharse entrando como mecenas de su proyecto, uno de los más consolidados y propositivos de la Colombia que baila con los pies pero también con la cabeza. Búsquelo ahora y póngalo en su fiesta privada, ésa donde el aliento y las risas no sean amenaza.

Félix Allueva (abajo y a la derecha de nuestra pantalla), con resignado y chispeante humor negro, compartió pensamientos sobre la migración que viven tantos músicos venezolanos, expulsados por las necesidades de un país con enorme complejidad política. Esto enriquece nuestras culturas, desde luego, aunque empobrezca la suya propia por una ausencia multiplicada. También hizo algunas recomendaciones musicales que deseamos compartirle, lectora, lector. La primera es Noga Erez, cantante israelí cuyo álbum Off the Radar debemos subrayar para usted. Pop experimental y desenfadado, este es de los que se acompañan con imaginerías visuales igualmente interesantes. Todo un descubrimiento. Otro nombre que cruzó sus labios fue el de Arca, a quien ya conocíamos por aquella estrafalaria versión a “Caballo viejo” que tanto sorprendiera a Björk (una de las estampas más provocadoras del pop contemporáneo). Creadora no apta para espíritus frágiles, la venezolana avanza. Prueba es su reciente pieza “Nonbinary”.

Por su lado, Octavio Arbeláez (arriba y al centro de la pantalla), propuso que escucháramos a dos autores colombianos disímbolos. Alba Fernanda Triana y Mario Galeano. Ella se acerca a orbes invisibles para gestar esculturas de luz y sonido, objetos vibracionales y espacios resonantes en que la música sucede, incluso, de forma lumínica o magnética mas no audible. Galeano, por su cuenta, tiene una carrera asumiendo la cumbia y el folclor de manera valiosa, motivo por el cual ha hecho comisiones para el Kronos Quartet. “Tolo Midi” es la más reciente. Un juego divertido y sincopado que lleva los aires de su tierra a una poderosa universalidad. Brillante.

Y bueno, claro que se dijeron y recomendaron más cosas en esa conversación “intolerante”, pero el espacio se acaba en esta columna y… no queremos cansar a nadie. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

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