Bemol sostenido

- Alonso Arreola | T: @LabAlonso / IG: @AlonsoArreolaEscribajista - Saturday, 10 Oct 2020 20:06 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp

Quino y Rocco, souls with a capital S

“Qué pena que se muera la gente que da contrapeso a las cosas malas, y qué pena que suceda en este momento, en este contexto.” Tales fueron las palabras de José Coronado, amigo y estudiante, lingüista con quien conversábamos hace unos días a propósito del fallecimiento de Quino y Francis Rocco Prestia. El primero, como la lectora y el lector sabrán, fue el creador de Mafalda, entre muchísimos personajes más. El segundo fue uno de los más grandes bajistas del funk estadunidense. El primero, con asombrosa lucidez, trazaba sobre papel los reflejos más interesantes de la naturaleza humana, del ser latinoamericano. El segundo, con mágico virtuosismo, trazaba las más intrincadas líneas en la base rítmica de Tower of Power, banda mítica de Oakland. Ambos dejaron la vida el mismo día. El último de septiembre.

En una caricatura, el encargado de alimentar la partitura del pianista se angustia sacando hojas que llegan a una máquina de fax puesta a su costado. En otra, la esposa del músico hace rabieta mientras saca un arco del estuche de la trompeta. De su boca sale un globo con la imagen de una orquesta en donde su marido y la violinista son los únicos vestidos de negro. En otra, un compositor de piezas contemporáneas tira los dados de un cubilete en cuyas caras hay pequeños pentagramas (parece concentrarse en las posibilidades aleatorias). En otra, un hombre pinta orejas en las paredes de su habitación; al terminar toca sonriente el violín para la atenta audiencia imaginaria. En otra, el timbalero aguarda el momento de pellizcar la piel de su instrumento en un pizzicato imposible. En otra, el solista sale al escenario para sorprenderse con una audiencia que ya ha tomado piano y tinglado formando una milonga.

¿Le parece absurdo el ejercicio que intentamos? Perdone usted. Sólo deseamos compartir con palabras algunas de las muchas obras de Quino dedicadas a la música, afición y reto del que salió airoso evadiendo, precisamente, textos que contravienen la naturaleza de ese arte… Qué tal esa en donde un gran salchichón cilíndrico con el nombre de Strauss es rebanado en lonjas que terminan como discos sobre una peculiar tornamesa. O la del intérprete de frac que con una batidora se prepara para tocar su triángulo. O una de las más tiernas, con Mafalda bailando ante un Manolito indignado: “¡Los Beatles! ¿Cómo pueden gustarte si no entiendes lo que dicen?” A lo que ella –fanática como Quino del Cuarteto de Liverpool– responde: “¿Y? A medio mundo le gustan los perros y hasta el día de hoy nadie sabe qué quiere decir guau.” ¡Qué artista!

Así, lo imaginamos a Quino en un dibujo encontrándose con Rocco Prestia en las puertas del Cielo. Allí el bajista, armado y listo con su instrumento, toca la legendaria “What Is Hip?” para luego dedicarle al argentino “Soul With a Capital ‘s’”. El caricaturista le pregunta entusiasmado sobre sus colegas y el otro responde que extraña a los otros dos gigantes de Tower of Power, Chester Thompson (tecladista) y Dave Garibaldi (baterista), cómplices por décadas alrededor del mundo. Con ellos creó un estilo paralelo al de bandas como Sly&The Family Stone o Earth, Wind&Fire. Juntos diseñaron microscópicamente un conjunto de ritmos y bases prodigiosas que, si bien permiten el juego libre, llevan al extremo la elegante complejidad del género. Ello no les impidió, empero, hacer homenajes como “Diggin’ On James Brown”, canción donde muestran dotes en torno a uno de sus ídolos. Allí escuchamos la técnica por la que se hizo tan famoso
el de las cuatro cuerdas; el ghosting o uso de notas “fantasma” que dan tono pero también percusión.

Con un riñón trasplantado en 2014, Rocco volvió a los escenarios para cumplir cuarenta y cinco años al lado de su banda, grabó un disco más y luego tuvo que retirarse de nuevo. ¡Qué músico! Qué triste no volver a verlo. Atesoramos la tarde que pasamos juntos en México durante su primera visita. Darle la mano fue un momento estremecedor. Escúchelo en su álbum solista Everybody On The Bus mientras lee un libro de Quino. Feliz combinación en tiempos de tristeza. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

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