Décimas por soledad / Ricardo Yáñez

- Ricardo Yáñez - Sunday, 29 Nov 2020 09:10 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp

¿Qué se supone que soy?

¿Garrapata, garabato?

¿Pelo que le sobra al gato?

¿Tristeza ésta en la que estoy?

Por lo que cuenta me doy

a la izquierda cero es mucho.

Si acaso mierda de chucho

o meados, peor, de borracho.

Lo que soy se siente gacho,

pero aquí lo desembucho.

 

Lo que soy es nada ser,

nada, nadita de nada,

una barca abandonada,

nomás puro desquehacer.

Me cuesta mucho volver

la vista hacia atrás y dar

con que nada he dejar

al morir, aunque ahora dejo,

con mi cara de pendejo,

mucho, mucho qué pensar.

 

Ay, vida, me merecieras

y te contaría mi vida.

Habrá día en que me decida,

pero puras chingaderas

invento, digo, de veras,

y no voy a lo que vine,

me miré y no me convine,

me dije mejor me voy,

yo qué hago aquí, aquí no estoy,

es como si viera cine.

 

¿Mi vida contar? ¿Y cuál?

Esto no es vida, pariente.

Estar de mi vida ausente,

parado en un sol de sal,

es más bien muerte cabal.

Me doy, a pesar de mí,

cuenta de que me perdí

de mí mismo ya hace tanto

que no sé cómo me aguanto

ni cómo hoy amanecí.

 

Párale a tu guitarreo,

deja ese mortificarte

con que buscas adornarte

y que te sale tan feo.

Di lo que quieras, te creo,

pero dilo bien, carajo,

ahi andas siempre en el ajo,

y nomás, nomás no aprendes,

un cerillito que enciendes

te parece incendio majo.

 

Ya despídete, canijo,

de la audiencia tolerante.

Puedes pasar el turbante,

ese mugroso amasijo

do algunos centavos, hijo,

han de cair, y vete yendo

donde que me estoy riyendo

de ti no cuenta te des.

Todo te salió al revés

en este mundo tremendo.

 

¿Ya te juites? ¿Pues a quioras?

¿Qué procuras o qué añoras?

De una vez, adiós, ya vete.

¿No se te termina el brete

de ser poeta a la Pérez

Prado? ¿O qué es lo que quieres?

Me pregunto, te pregunto.

Anda muy mal este asunto

de andar en palabrerío

torrencial pero vacío.

 

¿Punto final y hasta luego?

Entonces, punto y seguido.

Ya dejemos de hacer ruido.

Ya mi credencial entrego

a la Muerte. Si he cumplido

o no, no sé. Ya no alego.

 

Versión PDF