Bemol sostenido

- Alonso Arreola | t: @LabAlonso / ig: @AlonsoArreolaEscribajista - Sunday, 06 Dec 2020 09:28 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Miscelánea 'El desvelo'

 

Las menciones a Atto Attie han ocurrido por muy diversas causas. Buscando en nuestros archivos podemos decir que una de las primeras fue hace quince años, a propósito de su divertimento al lado de Sabo Romo, Los Flash Tacos. Otra fue hace diez, justo cuando el club El Imperial cumplía su segundo aniversario. ¿Recuerda ese espacio fronterizo entre las colonias Roma y Condesa, lectora, lector? Fundado por él, se trató de un espacio esencial para el desarrollo de la música viva en Ciudad de México. Otra más fue de cuando nos invitó a presentar su libro Miscelánea “El deseo”. Algo hemos hablado, también, de su grupo Atto and the Majestics. Hoy, empero, queremos echar luz sobre el segundo y reciente disco de su Orquesta 24 Cuadros: El desvelo. Algo extraordinario.

Apenas comienza “I’ll Soon Be With You” notamos que la apuesta es de altos vuelos. Sus referentes son muchos, aunque impera el rock británico. Lo mismo hay guiños a Pink Floyd, The Beatles y Peter Gabriel que a The Verve u Oasis, aunque también caben el cabaret alemán y la canción francesa; la música mexicana y el tango; el espíritu klezmer y el jazz. Así como lo lee. Con una dotación clásica de guitarra, batería y bajo, a estos 24 Cuadros se insertan otros elementos: cuerdas, piano, acordeón, teclados, trompeta… todos en expresiva e inteligente sumisión, tal como escuchamos en “Heart of Stone”, un ebrio poema en seis octavos que enciende la madrugada.

“Mundo vulgar”, la tercera del disco –y que naciera junto a un videoclip animado de gran factura–, presenta un arreglo en compasillo de factura impecable. Pesante, cortante, exhibe su crítica a una forma de vida que rehúsa el poder de la fragilidad y entierra su espejo. Esta va en español, mientras que otras suceden en un inglés plenamente justificado. “Hold My Tongue”, lento shuffle que dialoga con el Roger Waters más aguardientoso, es otra obra excepcional. Su arreglo tiene algo de Yann Tiersen. Singular. Acertado. “Sueña Sofía” es de una extravagancia difícil de abordar. También atresillada, cuenta con uno de los desarrollos de voces, cuerdas y alientos más ambiciosos del disco. Un verdadero crisol multigénero. Blues, mariachi y música de concierto contemporánea hacen una orgía aérea inapelable.

A Name”, por su lado, inaugura una profundidad afro con metales que sacarían una sonrisa a Frank Zappa. Su coro, como la gran mayoría en el disco, encuentra vetas deslumbrantes que abren los ojos. “Los cuervos” (sí, “te sacan los ojos, furiosos”) se acerca a la tradición mexicana con mayor cinismo, pero mantiene la apuesta general de un álbum harto complejo. Cuando parece que una melodía nace para mantener su infancia, algo sucede para darle vueltas y variarla, para elevar las conjeturas que encierra.

“For You and I” va derecha como saeta. Brillante. “Lo que queda de mí” es otra composición de compás compuesto binario. Lo mencionamos porque el número tres unifica buena parte de este encomiable insomnio sonoro. De letra esmerada –como todas, a decir verdad–, termina para dejar lugar a un gran final que quita el aliento. “Scenes From a Marriage” es un divertimento extra de gran necedad; un colofón circense que nos vomita de mañana y en duermevela. Podría sobrar tras la potencia anterior, pero nos gusta porque retorna a un estado de acidez gástrica; porque coquetea con el Mr. Bungle de Mike Patton aunque, claro, inoculado por momentos de Tom Waits y Roland Orzabal… ¿A qué tantos nombres? Perdone quien nos lee.

El desvelo es uno de los mejores y más originales discos que hemos escuchado últimamente. Una auténtica miscelánea de deseos. Sí. Despojémoslo de influencias por un momento. Incluso de su geografía, su autor y su productor (Gerardo Rosado). Escuchándolo así creemos que, pese a no ser valorado con justicia en su propio y pandémico tiempo, vive ya en la tierra autónoma de las grandes obras. Las múltiples referencias usadas hoy no son sino un torpe intento de cortesía. Discúlpenos por ello pero por favor escúchelo… Ah, y visite el Hey Hey Club, la nueva y cabaretera aventura nocturna de Atto. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

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