




Una antología indispensable
Editado por Páginas de Espuma, emblemática casa española especializada en cuento y ensayo, la antología Insólitas. Narradoras de lo fantástico en Latinoamérica y España reúne a casi una treintena de autoras de doce países hispanohablantes, de diferentes generaciones, con la representación de sus mejores relatos. En el prólogo, las antólogas Teresa López-Pellisa y Ricard Ruiz Garzón apuntan (el uso inclusivo del plural femenino es de ellas mismas), que este volumen nació con el objetivo de reivindicar el trabajo de las mujeres que se dedican a escribir narrativa no realista en España y Latinoamérica. Bajo esta premisa reunieron veintiocho historias de incuestionable calidad literaria, de autoras vivas que cultivan el género fantástico con asiduidad y tienen al menos un libro de cuentos publicado o relatos escogidos en antologías relevantes.
La literatura de ciencia ficción de Colombia, México, Argentina, Ecuador, Chile, Bolivia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Perú, Uruguay y España está dignamente representada en este libro. No exagero al afirmar que cuesta trabajo elegir los mejores relatos, pues para beneplácito del lector –cosa insólita en una antología– todos son buenos.
¿Qué pero podríamos ponerle a “La casa de Adela”, la terrorífica historia de Mariana Enríquez sobre una mansión embrujada? ¿Cómo quitarnos de la cabeza la escalofriante distopía relacionada con las redes sociales que plantea Laura Gallego en “WeKids”? ¿Y qué decir de Cristina Fernández Cubas, que con “Mi hermana Elba” brinda un relato cruel que transcurre en un internado?
Ana María Shua, Solange Rodríguez Pappe y Pilar Pedraza, por su parte, acuden a la ironía para manifestar su gusto por lo extraño. La primera con “Vida de perros”, una parodia acerca de un lobisón que acude al psicoanalista; la segunda con “Pequeñas mujercitas”, cuento de hembras liliputenses y la última con “Balneario”, donde da voz a los cadáveres de una sala de disección.
“Nada que declarar”, de Anabel Enríquez, alegoría espacial sobre la inmigración, deja al lector boquiabierto. Lo mismo sucede con “Loca”, de Elia Barceló, quien cuela en su fábula una crítica en contra de la violencia machista, sazonada con saltos en el tiempo.
Cecilia Eudave, con su particular forma de abordar la irrealidad, nos convence en “Sin reclamo” que el mundo, de un momento a otro, depara sorpresas. Algo parecido plantea Raquel Castro en “¿A qué tienes miedo”?, historia sobre muerte y amistad con un desenlace inesperado. No podía faltar Amparo Dávila, quien aporta su emblemático cuento “El huésped”.
Es de celebrarse que se editen antologías como ésta, donde se reconoce el trabajo de mujeres que han permanecido silenciadas. Insólitas es, pues, un libro único que, además de saldar una deuda necesaria, invita a seguir la pista a las autoras que más nos hayan gustado.