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Abraham Nahón. Imagen tomada de la presentación del libro 'Imágenes en Oaxaca. Arte, política y memoria'

Arte, cultura y fotografía en Oaxaca

‘Imágenes en Oaxaca. Arte, política y memoria’, Abraham Nahón, UABJO-BUAP, México, 2020.
Jorge Pech Casanova*

 

El libro Imágenes en Oaxaca. Arte, política y memoria (UABJO-BUAP, 2020) que nos entrega el investigador Abraham Nahón, viene a renovar en un momento por demás oportuno el discurso crítico de Robert Valerio, logrando ampliar la perspectiva histórica del ensayista inglés. En la publicación del académico oaxaqueño, el examen de las diferentes etapas por las que ha atravesado el arte en Oaxaca ocupa un espacio mucho más extenso; fundamenta sus afirmaciones con un aparato crítico que se echa de menos inclusive en la meticulosa revisión conceptual que Valerio hizo en Atardecer en la maquiladora de utopías. Ensayos críticos sobre las artes plásticas en Oaxaca (1999), cuya edición fue recibida con asombro y entusiasmo por algunas de las voces más autorizadas de la crítica de arte latinoamericana, como Teresa del Conde.

El análisis de Nahón, además de considerar valores desprendidos del lenguaje de las obras, incorpora la crítica sin concesiones que W. Benjamin, T. W. Adorno, S. Kracauer y M. Horkheimer, dirigieron a la reproductibilidad de la obra de arte, función que en el capitalismo global ha sido instrumentalizada para darle fuerza devastadora a la explotación de los valores estéticos. Asimismo, el autor integra agudos análisis para reflexionar en las imágenes, dialogando con pensadores como Berger, Didi-Huberman, Barthes, Rancière, Sontag, Mraz, Debroise, Flusser, Debord, Bourdieu, Buck-Morss, Bolívar Echeverría, entre otros. Y obtiene una profunda visión interdisciplinaria al implicar también investigaciones sociológicas, antropológicas, estéticas e históricas sobre Oaxaca.

En su estudio, el también director y fundador de la revista Luna Zeta –publicación sobre arte y literatura que ha durado más de veinte años– desnuda los mecanismos que han desvirtuado la producción artística en beneficio de una factoría de iconos complacientes, cuando no en accesorio iconográfico de la propaganda oficial. La contundente exposición que Nahón logra de los entretelones de la maquiladora de utopías no le impide señalar fisuras o grietas creadas por los autores, por donde también ingresan a este proceso productivo “intenciones artísticas que exigen rebelarse contra el mundo opresivo y deshumanizado”, para “filtrarse, otra vez las posibilidades de invención del imaginario de la belleza de lo Nuevo que se insubordina contra la fealdad del mundo de lo dado”.

El espacio disponible me impide ahondar en la calidad de las aportaciones que Imágenes en Oaxaca –merecedor del premio Cátedra Jorge Alonso, 2015, coeditado en su primera edición en 2017 por CIESAS, UdeG y la Cátedra– reserva a quien recorra con detenimiento sus páginas. Sin embargo, considero ineludible señalar que un aporte largamente esperado de este libro es su profundo análisis sobre la dimensión cultural de la fotografía en Oaxaca y sus resonancias sociales. Incluyendo imágenes fotoperiodísticas y documentales surgidas en 2006 y 2007 que el autor llama socio-telúricas. Además de la necesaria revisión histórica del arte, la cultura y la fotografía, Abraham Nahón efectúa la revaloración de la memoria visual, no sólo mediante el análisis de numerosas imágenes, sino con el testimonio de diversos protagonistas y actores.

Investiga y muestra en esta reedición imágenes de fotógrafas y fotógrafos contemporáneos relevantes para la historia visual de Oaxaca y México, como: Jorge Acevedo, Alejandro Echeverría, Cecilia Salcedo, Graciela Iturbide, Iván Alechine, Judith Romero, Mauricio Toro-Goya, Nadja Massün, Pedro Miranda, Baldomero Robles, Octavio López, Eleuterio Xagaat, Conrado Pérez, Félix Reyes, Blanca Hernández, Ezequiel Gómez, Luis Alberto Cruz, entre otros. Esto se suma a los estudios que el volumen reserva a las artes más documentadas en la entidad, a saber, la pintura, la gráfica y la escultura. Dentro de la que destaca el análisis de la obra de Francisco Toledo, Rubén Leyva y Alejandro Santiago, así como Shinzaburo Takeda y todo el caudal de expresiones de colectivos de gráfica –ASARO, Arte Jaguar, Movimiento Contracultural Oaxaqueño, Tlacolulokos, Lapiztola, entre otros– que actualmente han derivado en una gráfica contemporánea, enriquecida por nuevos lenguajes, artistas y talleres.

Cabe celebrar la utilidad que esta investigación acuciosa, documentada, fruto de una sensibilidad perspicaz, tendrá no sólo para los espectadores del arte, sino para sus creadores. Este estudio sociológico, histórico y estético de Abraham Nahón en torno a las obras de arte, las políticas y la memoria generadas en Oaxaca debe ayudarnos, como él señala, “para tratar de construir ámbitos de autonomía; así como en la disputa y disenso por la construcción de una memoria colectiva y visual”.

 

*Crítico de arte y escritor

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