La narrativa oscura de Patricia Highsmith

- Alejandro García Abreu - Sunday, 14 Feb 2021 07:52 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Conmemoramos el centenario del nacimiento de la estadunidense Patricia Highsmith (Fort Worth, Texas, 1921-Locarno, Suiza, 1995), creadora del mítico Tom Ripley y caracterizada por la psicología oscura de sus personajes.

 

Autora de una extensa obra narrativa, entre otras, las muy famosas novelas La máscara de Ripley, El amigo americano, Extraños en un tren, Tras los pasos de Ripley, Gente que llama a la puerta, Mar de fondo, Carol, Ripley en peligro, además de muchos libros de relatos, nunca fue aceptada del todo en su país natal y, a su vez, ella llegó a afirmar: “No sabría dónde vivir en Estados Unidos.”

Maestra de la literatura psicológica, Patricia Highsmith (Fort Worth, Texas, 1921-Locarno, Suiza, 1995) “fue una de las escritoras más originales y perturbadoras del siglo XX”, aseveró el editor Jorge Herralde, fundador de Anagrama. Su fascinación por la escritora estadunidense sólo creció. Lo mismo ocurrió con otros editores europeos.

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La editorial Anagrama publicó las novelas El talento de Mr. Ripley (Premio Edgar Allan Poe y Gran Premio de la Lite­ratura Policíaca), La máscara de Ripley, El amigo americano, Crímenes imaginarios, El juego del escondite, Extraños en un tren, Tras los pasos de Ripley, Un juego para los vivos, Rescate por un perro, Gente que llama a la puerta, El hechizo de Elsie, Mar de fondo, El cuchillo, Carol, Ripley en peligro, Small g: un idilio de verano, El diario de Edith, Ese dulce mal, El temblor de la falsificación, El grito de la lechuza, La celda de cristal y Las dos caras de enero; los libros de relatos Sirenas en el campo de golf, Catástrofes, Los cadáveres exquisitos, Pájaros a punto de volar, Una afición peligrosa, Pequeños cuentos misóginos y Crímenes bestiales; y el libro de ensayos Suspense. Cómo se escribe una novela de intriga.


Una personalidad sumamente compleja

La personalidad de Mary Patricia Plangman era tan compleja como sus obras. Tardó en reconocerse como homosexual, era alcohólica, sus ideas políticas eran cercanas al comunismo en una época en la que en Estados Unidos eso se consideraba traición a la patria y reconocía llevarse mejor con los animales –especialmente los gatos– que con los seres humanos”, escribió la periodista española Alicia García de Francisco en Perspectivas suizas en diez idiomas, publicación de la Sociedad Suiza de Radiotelevisión.

Mary Patricia Plangman escogió el nom de plume Patricia Highsmith, cuyo centenario de nacimiento se conmemoró el 19 de enero de 2021. Creadora de la saga de Mr. Ripley –desarrollada a lo largo de treinta y seis años–, la célebre escritora fue evocada en Página 12 por Daniel Gigena: “‘Que dios me perdone por emplear mi talento a favor de la fealdad y la mentira’, expresó antes de la publicación de su primera novela, en la que dos desconocidos hacen un pacto asesino.”

 

Tom Ripley: un Odiseo contemporáneo

Se volvió famosa y acaudalada, recuerda Gigena, gracias a la serie de novelas protagonizadas por Tom Ripley, falsificador que escala en el jerarquía social por sus dones para la artimaña y el asesinato. “Desde El talento de Mr. Ripley, de 1955, hasta Ripley en peligro, de 1991, Highsmith dio vida a un Odiseo contemporáneo: inteligente, seductor, con sentido de la oportunidad y muy poca compasión. Alain Delon, John Malkovich, Dennis Hopper y Matt Damon, entre otros, encarnaron al personaje, tan encantador como libre de una conciencia culpable.”

Personaje de penetración psicológica, Tom Ripley surgió en El talento de Mr. Ripley (1955), la novela más famosa de Highsmith. Apareció en otros cuatro libros: La máscara de Ripley (1970), El amigo americano (1974), Tras los pasos de Ripley (1980) y Ripley en peligro (1991).

Las cinco novelas de Ripley son divertidas, admirables comedias negras”, escribió el crítico John Williams en The Financial Times. El quinteto presenta personajes acechados por la muerte. Creó “fábulas pesimistas con antihéroes que, por conveniencia o fatalidad, aspiran ser impersonales.”

 

La vocación humanista

La periodista Kera Bolonik escribió en la revista The Nation que Highsmith se opuso vehementemente a la participación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam y más tarde se manifestó abiertamente en su apoyo a la liberación Palestina. Dedicó su novela de 1983 Gente que llama a la puerta al pueblo palestino (“A la valentía del pueblo palestino y sus líderes en la lucha por recuperar una parte de su patria. Este libro no tiene nada que ver con su problema.”)

 

El debut: Extraños en un tren

En Extraños en un tren (1950), la primera novela de Highsmith, “dos desconocidos acuerdan asesinar cada uno al enemigo del otro, forjando así una coartada indestructible.” La novela se convirtió en una película de Alfred Hitchcock, estrenada un año después de la publicación del libro.

Desde Extraños en un tren, Highsmith dejó sentadas las bases su obra. García de Francisco destacó su “estilo sencillo y directo, sin florituras, para ahondar en los secretos más oscuros de los seres humanos y en la más pura amoralidad (con algunas excepciones).”

 

Claire Morgan

Antes de alcanzar el reconocimiento y la fama con Ripley, la escritora había creado, bajo seudónimo, una novela que tenía mucho más que ver con ella misma, recuerda García de Francisco. Titulada El precio de la sal, apareció en 1951 y su autora era Claire Morgan. Se volvió a publicar en 1990 con el título Carol y con su autoría.

Cuando escribió la novela, dice García de Francisco, Highsmith decidió no firmarla con su nombre para que no la etiquetaran como escritora de libros lésbicos, pero posteriormente se mostró orgullosa del libro que resultó un éxito. Es una historia de amor entre dos mujeres en una época en la que era imposible vivirla públicamente.

 

El rechazo estadunidense

La propia Highsmith consideró que la principal razón por la que nunca había sido aceptada como escritora seria en Estados Unidos se debía a su clasificación como autora de ficción criminal”, aseveró Fiona Peters, profesora de ficción criminal en el Reino Unido y experta en la obra de Highsmith. En Anxiety and Evil in the Writings of Patricia Highsmith (Ashgate Publishing, Londres, 2011) (Ansiedad y maldad en los escritos de Patricia Highsmith) Peters asevera que, históricamente, los campeones de ese tipo de ficción han tendido a ser otros escritores de literatura criminal en lugar de críticos.

En 2003 se publicó la biografía Beautiful Shadow. A Life of Patricia Highsmith (Hermosa sombra. La vida de Patricia Highsmith) de Andrew Wilson, que contenía abundante información sobre su vida privada (tenía acceso ilimitado a sus diarios privados, prohibido a los visitantes del Highsmith Archive en Berna, Suiza, donde se atesoran). Antes de eso, Patricia Highsmith de Russell Harrison, publicado en 1997, era el único libro disponible sobre ella. A diferencia de la biografía, éste se concentró únicamente en los textos, intentando dar cuenta de todos ellos en un trabajo breve, mientras defendía simultáneamente la validez de una explicación existencialista (específicamente a través de Sartre y Camus) de los temas y motivos de su obra, afirma Peters.

Highsmith se había instalado en Suiza tras vivir en Reino Unido y Francia desde que abandonó Estados Unidos en 1963, una deserción de su cultura.

 

La gran escritora psicológica

El estilo de Highsmith y la capciosa claridad de su escritura, dice Fiona Peters, juegan un papel importante en su falta de aceptación en Estados Unidos. No se encuentra cómodamente dentro de ninguna categoría genérica, asunto sustancialmente menos problemático para ella en Europa. A lo largo de su carrera como escritora, y especialmente en la década de 1980, experimentó dificultades para conseguir y mantener una editorial estadunidense, mientras que en Europa se la veía como una “fuerte autora psicológica”. Anthony Thwaite escribió sobre su falta de éxito comercial en Estados Unidos y la contrastó con el éxito en Europa:

A través de Ripley y sus otros libros, Highsmith tiene un gran número de seguidores en Europa, donde Diogenes Verlag de Zúrich se desempeña como agente mundial y editor en alemán. Cuando Diogenes Verlag publicó Ripley en peligro el año pasado, no menos de una docena de libros de Highsmith se exhibieron en un quiosco en el aeropuerto de Zúrich.


Normalmente etiquetada como una escritora de misterio, aunque sus libros claramente trascienden el género, sus personajes complejos son fascinantes porque sus obsesiones malvadas acechan bajo una fachada convencional, Highsmith es una de las favoritas del propietario de Diogenes Verlag, Daniel Keel, quien la califica como escritora psicológica por delante de Georges Simenon.

En consonancia con su mayor éxito en Europa, alega Peters, la relación personal de Highsmith con Estados Unidos siempre fue problemática. Como autora “exiliada” expresó una mezcla de repulsión y obsesión hacia su país nativo a través de sus opiniones y de sus textos literarios. Sus protagonistas son prácticamente siempre estadunidenses. Ya sea en el extranjero o en su país, siempre se enfrentan a situaciones inquietantes, desarraigadas.

Peters recuerda una entrevista de Highsmith con Craig Little: “No sabría dónde vivir en Estados Unidos.” Ella dice de la vida suburbana estadunidense: “Yo no pondría un pie en ella. Es mortal.” Highsmith trastoca los límites de la gente del crimen; al mismo tiempo, perturba desestabilizando las experiencias existentes y las experiencias de sus personajes dentro de sus entornos específicos. “Los asesinatos evolucionan y se desarrollan como un elemento integral e inevitable de la domesticidad de cada situación, y cuando ocurren, el lector apenas se da cuenta. Su prosa […] rechaza cualquier alivio de la ansiedad asfixiante dentro de sus textos.”

Highsmith se caracterizó por la psicología oscura de sus personajes. Uno de los mayores elogios a su obra fue el de Graham Greene: “Patricia Highsmith no es la poeta del miedo, sino del recelo. El miedo, como todos aprendimos durante la guerra, después de un tiempo deviene narcótico. La fatiga del miedo puede sumirnos en el sueño, pero el recelo ataca sutil y permanentemente nuestros nervios y tenemos que aprender a vivir con él.”.

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