Prosaísmos
- Orlando Ortiz - Sunday, 07 Mar 2021 08:10



Este Leduc es un olvidado joven que, todavía adolescente, se enroló como grumete en la Marina Armada, meses después se dio de baja y comenzó a incursionar en el periodismo. Llamó la atención en el medio intelectual por sus cuentos. Colaboró en El Universal, El Nacional, El Noticioso, El País y en las revistas El Mundo Ilustrado, Artes y Letras y la Revista Moderna. Su cuento “Fragatita” aparece en numerosas antologías, creo que todos sus textos cortos se publicaron en periódicos y revistas, y yo conozco solamente los que se reunieron en un volumen publicado por Premiá Editora y el Instituto Nacional de Bellas Artes. Sus contemporáneos le censuraban la utilización de galicismo y descuidos gramaticales. Tal vez por eso es uno más de los autores olvidados injustamente. No hay investigaciones sobre su vida ni se ha reunido su obra para al menos contar con una buena relación de ella, lo que permitiría realizar un análisis detallado de la misma. Se sabe que escribió también dos novelas cortas, María del Consuelo y Un calvario. También se sabe que fue padre del merecidamente célebre Renato.
Alberto Leduc (1867-1908) es un escritor de prosa eficaz y capaz de ahondar en mentalidades, psiques y actitudes enfermizas; de prever los horizontes de una sociedad que se deja llevar por los “avances” de la tecnología y valores bastante dudosos, vislumbrando oscuridades sin opciones. Es, en otras palabras, pesimista a partir del mundo que le tocó vivir y, supongo —porque no hay datos suficientes para aventurar el juicio—, padecer. Sus temas son la soledad, el desequilibrio emocional, relaciones amorosas frustradas, espíritus melancólicos y conflictos que se dan en la gente de mar (producto, quizá, de sus experiencias como grumete). Atisba también, en cierta forma, que los grandes cambios científicos y sociales de fines del siglo xix no serán del todo positivos.
El cuento más conocido de Alberto Leduc trata de “una prostituta a quien sus compañeras llamaban Fragatita, porque sólo gustaba de la gente de mar”. Este cuento da fe del manejo espléndido de la narración, sencilla y fluida, sin complicaciones de ningún tipo, de una trama tal vez previsible pues no aporta nada nuevo a este tipo de historias, pero la economía y eficacia de su lenguaje cumple su cometido con fortuna. Tiene otros cuentos que me parecen más interesantes en cuanto al tratamiento y organización. Algunos, por ejemplo “En el litoral Pacífico”, sorprenden realmente por su agilidad narrativa y desenlace.
En cuanto a las críticas que sus contemporáneos le hacían, respecto al uso de galicismos, no me parecen excesivos ni gratuitos; por ejemplo, la inclusión de unos versos de Verlaine en el cuento “Pierre Douaire”, que aborda una tragedia en el mar, apostrofan el final espléndido del cuento: Il pleut sur la ville,/ comme il pleure dans mon coeur... (sic). Es posible que algunos lectores lleguen a fastidiarse con ciertas reiteraciones y enumeraciones, pero no demeritan la fuerza y penetración de la mayoría de los cuentos. En algunos hay cierto humor ácido, como “La bachillera”, que contrasta tremendamente con otro titulado “¡Neurosis emperadora fin de siglo!” o “Nupcias fúnebres”... En fin, estoy cierto de que este autor merece que un estudioso del cuento le dedique un buen tiempo a revelar sus recursos narrativos.
En principio, en este volumen se evidencia una fuerte tendencia a la escritura transgénero, es decir, que varios de los cuentos están muy relacionados, al grado de que con un poco de esfuerzo podría haber convertido esos textos en aquello que actualmente llaman novela fragmentaria. El caso es que Alberto Leduc, en opinión de Rubén m. Campos, presentaba muchísimo talento, sensibilidad, recursos técnicos, y su obra “promete ser vasta, dilatada, y ha aventajado ya mucho en su estudio humano. A través de la negrura insondable de su espíritu sin luz, suele verse una lejana claridad hiperbórica, y entonces pone matices espectrales y desfallecientes que dan a sus cuentos fulgores de arco iris lunar”. Por desgracia falló en la cuantificación.