Bemol sostenido

- Alonso Arreola | t: @LabAlonso / ig: @AlonsoArreolaEscribajista - Sunday, 25 Apr 2021 07:51 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Buscando a los buscadores

 

Habíamos terminado la clase de Sofía. Su mano derecha descansaba tras las exitosas evoluciones a tres dedos sobre “We Are Family”, himno de la música disco que en el bajo eléctrico exige brincos de octava entre cuerdas no consecutivas… disculpe usted los tecnicismos, lectora, lector (serán los únicos). Estábamos allí, decíamos, cuando llegó Chepo, su pareja, armado con un bajo Fender Precision japonés. Algo le habían arreglado o ajustado en un taller cercano. No recordamos bien. No importa.

La plática pasó pronto del sonido de estos instrumentos a la técnica para abordarlos. Hablamos del uso de la púa o plumilla y del indeseable comportamiento de los músculos que quieren el control en cada mano; esas inercias primitivas que debemos diluir para alcanzar una motricidad fina. La conversación así llegó al tenis de mesa o ping pong. Sobrevolamos la técnica de revés con la inusual “toma oriental” o “toma de lapicero”, usada en nuestros años de juego febril, cuando el abuelo modificaba raquetas de corcho con balines y hules de rara composición.

Esto nos puso en el territorio de los buscadores, de los necios, de los creadores y compositores que no se están quietos; de los que incluso habiendo encontrado lo que buscaban continúan en una oscuridad autoimpuesta, pues el camino es lo que cuenta. Ellos muestran sus tesoros y los explotan en la superficie para ganarse la vida, pero vuelven a sumergirse siguiendo, imaginando nuevos rastros. Estado natural del artista insatisfecho, puede confundirse con facilidad escuchando –y sobre todo mirando a intérpretes notables pero que actúan usufructuando la conquista ajena (algo inevitable de toda evolución). Nos explicaremos mejor.

Grupos mayormente instrumentales que hoy impresionan a melómanos y músicos en ciernes –proyectos como Snarky Puppy, Dirty Loops o Vulfpeck–, sustentan su propuesta en un virtuosismo sonriente y relajado parecido al de un heredero que maneja el yate de su padre millonario. No hay dolo ni hacen daño. Es verdad. Al contrario: contribuyen al mapa musical con una calidad plena en sobresaltos que –incluso siendo gratuitos– despiertan nuestra atención. Sí. Pero… les “falta algo”. No nos consta pero parecen –suenan– ignorantes de lo que implicó llegar a sus alturas. Los imaginamos como usuarios de calculadoras que no conocieron la multiplicación sobre papel. Como gente que da por hecho conquistas que el cuerpo logró con sufrimientos distantes, olvidados.

El asunto es de una subjetividad volátil. “¿Cuál sería la contraparte de tal comportamiento?”, preguntaron los amigos de tertulia. Pusimos “Teen Town”, de Jaco Pastorius. La respuesta parecía demasiado obvia, poco reveladora. Sin embargo, era pertinente pues ellos habían lanzado la primera piedra: “Dean Town”, de Vulfpeck, famosísima y reciente composición que rinde tributo a la primera –la cita textualmente– al tiempo que contribuye a su olvido. Nuestros interlocutores, verbigracia, no la conocían y son personas muy dedicadas a tocar. Sabemos que a muchos de sus feligreses les pasa lo mismo.

Comparándolas con videos en vivo llegamos a la necesidad de escribir este domingo. En los de Jaco hay un trance, un sonido que en su momento era único y revelador; había un acto revolucionario que rasgaba las costumbres. Buscaba algo. En los de Vulfpeck, en cambio, se ve al talentosísimo bajista Joe Dart surfeando las olas con destreza, pero en una zona distinta de la tabla. Su gesto es justo el que espera la audiencia que lo canta con él. No se nos malentienda. Nos parece loable. Pero no hay riesgo. La trama consiste en dar gusto y entretener. En Jaco, empero, hay una alquimia constante que alumbra novedades.

¿Somos injustos al comparar? Perdón. Sólo respondemos a esa pregunta que nos han acercado no pocas veces: ¿qué les falta a tantos de los ejecutantes actuales? Buscar. No sólo encontrar. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.

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