Artes visuales

- Germaine Gómez Haro | [email protected] - Saturday, 05 Jun 2021 21:29 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Ciudad y territorio en el arte de Paloma Torres

 

La creación de Paloma Torres comienza en las calles, o para ser más precisa, en las grandes construcciones de nuestra urbe, donde la cimbra, los castillos, las varillas y los andamios entreveran en su imaginario interesantes formas geométricas. Mayormente reconocida por sus esculturas en barro y en acero, Paloma ha experimentado en los últimos años con la creación en textil en obras que han viajado por el mundo y ahora se presentan por primera vez en Ciudad de México en la exposición El hilo de la tierra, en el Seminario de Cultura Mexicana.

La exhibición está integrada por veintinueve piezas realizadas en barro, bronce, petates intervenidos con bordado, gobelino y fieltro. “Toda mi obra tiene que ver con el proceso y la investigación, de otra manera, no me interesa”, me expresa en el recorrido por esta muestra espléndidamente museografiada que da cuenta del extenso campo de experimentación que ha atravesado a lo largo de su quehacer plástico, para construir obras bidimensionales y tridimensionales con una inagotable libertad creativa. Sus esculturas en barro la han colocado entre los más relevantes ceramistas de nuestro país con un amplio reconocimiento internacional. Aquí se hace patente su maestría en el trabajo realizado durante los meses de confinamiento: la serie Columnas de arena integrada por siete pilares de más de dos metros de altura, modelados en diferentes arcillas con texturas diversas y formas orgánicas en movimiento que evocan un bosque imaginario. Sus piezas murales, también de barro, nos transportan a las culturas arcaicas en las que se inspiró para indagar en el empleo del encausto, la hoja de oro y el vidrio que ahora integra a sus relieves en arcilla. Las piezas que conforman la serie Huellas casi parecen intaglios y nos hacen recordar sus orígenes como grabadora en el prestigiado taller de S.W. Hayter en París.

Una de las piezas centrales de la muestra que marca el inicio de su experimentación en la producción de textiles es el imponente gobelino Camino a Puebla, de 230 x 360 cm, realizado en Guadalajara. Comenta la artista: “Es una vista aérea de Ciudad Nezahualcóyotl que capté desde un helicóptero rumbo a Puebla y me pareció como un amplio textil de concreto que cubría las montañas.” Su acuciosa investigación sobre la ciudad se da en los tres planos: desde las alturas, en la superficie donde vivimos y padecemos el caos urbano y en el subsuelo que desconocemos y que con gran curiosidad escudriña a profundidad: “Amo Ciudad de México y me interesa ver cómo funciona desde sus entrañas, cómo se mueve por dentro.”

En el Taller de Afelpado del Centro de las Artes de San Agustín Etla en Oaxaca (CASA) fundado por Francisco Toledo produjo obras en fieltro de tal precisión técnica que parecieran pinturas. Con el material de deshecho de los artistas y restos de lanas importadas y teñidas con colorantes naturales destinados a la basura, elaboró una suerte de collages de formas abstractas en composiciones de pequeño formato presentadas en marcos de acrílico que permiten apreciar sus dos vistas. Asimismo, vemos una pieza de fieltro color marfil con recortes de láser que colocó sobre un pedestal dando una bella y sutil forma orgánica a lo que era la merma de un trabajo de Jan Hendrix. El ingenio de la escultora y su ojo sensible hacen de estas piezas de reciclaje singulares objets trouvés. También aprovecha ese material de deshecho para construir pequeñas esculturas verticales en fieltro cosidas a mano que, de alguna manera, remiten a sus monumentales columnas de barro.

Paloma Torres des-construye el paisaje urbano como un comentario crítico sobre la necesidad de repensar el espacio público, en una reflexión sobre la condición existencial de las grandes urbes sobrepobladas. Su cavilación va desde lo estético hasta lo antropológico para proponer diversas lecturas sobre la masificación de la ciudad y nos plantea hasta qué punto afecta la arquitectura en el ánimo de sus habitantes.

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