Tomar la palabra

- Agustín Ramos - Saturday, 05 Jun 2021 21:33 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Tierra santa (II de III)

 

1.1. Toda la tierra es santa y que nadie –sea quien sea, de donde sea y como sea– venga ahora a reclamar herencias escrituradas, envilecidas y derivadas de un folclor milenario (J.G. Frazer, 1918). 1. 2. El pueblo judío es y será tan bienaventurado como cualquier otro pueblo –sea árabe palestino, precolombino chibcha, mexicano maya, náhuatl, mazahua, tzeltal u otro– que tenga derecho a pasear sin riesgo de discriminación en la colonia Polanco de México. 1. 3. Decir –a estas alturas– que sólo hay un pueblo elegido, queda para whitexicans, oligofrénicos y abajofirmantes sin vergüenza, viudos y huérfanos del presupuesto. 1.4. Israel como ideal, y hasta como invocación religiosa, no es lo mismo que el Estado israelí fundado apenas en 1948 por colonialistas e imperialistas mediante la fuerza –más física que moral, más material que espiritual– y con una doctrina que siendo sueño mesiánico de israelíes nativos, de judíos errantes y/o sobrevivientes del antisemitismo, del Holocausto y los pogromos, constituye la pesadilla de palestinos autóctonos, desplazados o resistentes radicados, desterrados e impedidos de volver y de generaciones nuevas condenadas a la extinción por obra y maniobra del belicismo financiero. 1.5. El sionismo, movimiento nacionalista decimonónico derivó, hacia mediados del siglo XX, de solución de compromiso neurótico a neoliberalismo anticipado –naco, regionalista– y en este XXI a solución final del capitalismo global. “Si quieren conocer a Hitler vengan hoy a Palestina.”

2.1. Pese a la bancarrota capitalista disimulada por la pandemia, el presupuesto mundial para armas llegó en 2020 a dos billones de dólares. Israel destinó 5.3 por ciento de su Producto Interno Bruto y siguió como campeón mundial armamentista por décimo tercer año consecutivo, con 20 mil millones de dólares (AA News). El gobierno colombiano gastó 9 mil 216 millones de dólares en armamento, sólo menos que el gobierno brasileño en América Latina (MinDefensa/Sipri). 2.2. El armamentismo israelí es el eje central de la extinción del pueblo palestino, que continúa a pesar del reciente alto al fuego en Gaza. 2.3. En Cali, Colombia, la represión militar y paramilitar se ceba en la ciudadanía que sostiene heroicamente el paro cívico nacional. 2.4. En México los zánganos –sus medios de comunicación, su intelectualidad de papel higiénico, sus narcopartidos (PRI y PAN y MC), hoy al mando de un doctor Frankenstein a quien le avergüenza llamarse Xicoténcatl– alientan la guerra climatizada cuya gran mayoría de muertos es gente común, y se unifican electoralmente a la sombra del INE para recuperar el gobierno. 2.5. Y tanto el israelí Netanyahu, como la mancuerna colombiana Uribe/Duque y los poderes fácticos de México, ponen de pretexto su seguridad para bombardear, balear y cometer fraude electoral. “¿Ante quién y por qué se sienten amenazadas las satrapías de EU?”

3.1. La violencia –armada, propagandística y legitimadora del racismo, el narcoestado colombiano y el prianismo mexicano– sólo defiende un único dios verdadero, el capital. Los depredadores –y peones notables y gleba apendejada– bombardean ciudades, fusilan a manifestantes y articulan el golpe de Estado blando para defender, recuperar o extender privilegios de los señores y su corte. 3.2. En el caso mexicano tanto los artilleros de la guerra sucia como los revisionistas de la historia y los elaboradores de otra realidad de couché y mass media, ven lo que ocurre y lo ignoran, saben pero simulan, fingen neutralidad y festinan la peste, arguyen polarización y aconsejan –al fin nihilistas– votar por nadie, es decir por el retorno al gobierno de quienes se enriquecieron ilícitamente en el último cuarto del siglo XIX, en todo el XX y en dieciocho años del XXI; votar a los cómplices, sicarios y tiples de los saqueadores multinacionales; echar el voto al canal del desagüe de “’la república, la democracia y la libertad’ porfirista-salinista”. (Continuará.)


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