La otra escena

- Miguel Ángel Quemain - Sunday, 25 Jul 2021 10:13 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
'Meditación', una propuesta de contenido textual explícito

 

Meditación, dirigida por José Alberto Gallardo y escrita a tres manos, en trío (la sexualidad y el erotismo siempre es una cuestión de tres, Freud dixit), con Osvaldo Sánchez e Itzhel Razo, es un punto de llegada escénico a un alto grado de experimentación en el terreno de la interpretación, la construcción del personaje, desde varias perspectivas complejas y de enorme riqueza artística, en este decidido retorno al teatro por incosteable que sea cumplir las reglas del aforo.

Los tres artistas que protagonizan en lo visible esta apuesta han trabajado desde hace muchos años sobre la interioridad: la que crea como proceso de subjetivación, la que busca ir en pos de nuevos lenguajes, destronar las fronteras entre ejecutante y creador, fronteras que se busca derruir cuando se piensa en la clasificación por géneros, tan útil para periodistas, críticos, académicos e incluso el propio público, que busca ponerle nombre a sus ansiedades con las equidistantes clasificaciones comerciales y enciclopédicas.

Los tres son intérpretes y de alta tensión. Itzhel Razo es una bailarina reconocida, pero eso no le basta. Esto no quiere decir que “dé para más” o que la danza le sea insuficiente; lo que ha demostrado es que dan para más los lenguajes que ha mostrado cómo atraviesan su instrumento corporal y traducen de un modo distinto lo que haría un bailarín o un actor en la convención de lo que suponemos hace un bailarín, bailar y no actuar, actuar y no bailar, o moverse, o trazar, como nos los han demostrado coreógrafos que saben hacer moverse a los actores.

Justamente José Alberto Gallardo puso a prueba su instrumento con una de las grandes maestras de la danza y el teatro, Rossana Filomarino. La amplitud del registro de la coreógrafa supo tomar lo que Gallardo le ofreció y pudo darle lo que seguramente Gallardo ignoraba de sí mismo, de la danza en ese altísimo nivel y de su sentido coreográfico/actoral/autoral (porque Gallardo está tocado por ese demonio de la escritura escénica que busca cauces, pero no ésos tan restrictivos como los exigidos en los talleres de creación escénica o los que pueden pedir en las escuelas de escritores, tan necesarias para muchos que no logran escuchar esa voz de la que hablan quienes escriben y narran sin haber tomado cursos).

En un mundo con tantas opciones eróticas, ofrecer una Meditación desconstructiva sobre la pareja es un gesto de valentía. Muchos dúos se quedaron juntos a esperar que la pandemia terminara, otros se fueron en el ahora o nunca, y otros se quedaron en los hogares fraternos o parentales a imaginar esas mieles.

A propósito de las pasadas elecciones políticas se habló mucho de la clase media, sus representaciones y ambiciones. Me atrevo a preguntar si la pareja mexicana actual no será una invención de la clase media. Por lo pronto, no encuentro una pregunta sobre su naturaleza entre quienes están por debajo de la línea de pobreza. En la pirámide socioeconómica, esas preguntas sólo se las hacen los abogados que separan o ejecutan legados.

Es difícil pensar el teatro mexicano sin ese tema: la pareja como imaginario e invención de un mundo del que muchos intentan rebelarse e imponer sus propias reglas y desdecirse de los mandatos conyugales, de la emocionalidad como patrimonio que termine por gratificarnos con una forma de pensión sentimental y una indemnización frente a los sinsabores continuados del matrimonio. En el corazón de esta pandemia hemos visto una reflexión permanente sobre la pareja, su fortalecimiento y derrumbe. La violencia que la rodea con sus infancias periféricas dependientes y maltratadas por la insatisfacción y el agobio de quienes hacen extensivo su infierno personal e incendian todo a su alrededor.

Esta Meditación, de lunes y martes a las 20 horas en el teatro experimental El Milagro, es una propuesta de “desmantelamiento de la intimidad” y propone la certeza de que los roles hombremujerhombre son absolutamente dinámicos.

Versión PDF