Reiner Stach y la singularidad kafkiana

- Contornos, sombras y reconstrucción - Sunday, 29 Aug 2021 07:42 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
En '¿Éste es Kafka? 99 hallazgos', traducido recientemente al español, Reiner Stach (Rochlitz, Sajonia, 1951) –autor de la prodigiosa biografía 'Kafka. Los primeros años. Los años de las decisiones. Los años del conocimiento'– desmonta el mito del escritor perpetuamente atormentado a través de noventa y nueve “imágenes alternativas” que revelan aspectos poco conocidos de la personalidad y de la vida del escritor praguense.

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Contornos, sombras y reconstrucción

Reiner Stach (Rochlitz, Sajonia, 1951) es el autor de la portentosa biografía Kafka. Los primeros años. Los años de las decisiones. Los años del conocimiento. De 2 mil 368 páginas, la obra fue traducida por Carlos Fortea y publicada por Acantilado en dos volúmenes con un estuche en noviembre de 2016. S. Fischer Verlag publicó la obra en tres tomos independientes, en 2002, 2008 y 2014.

En el ensayo “Un Kafka diferente”, John Banville escribió: “En su biografía de Kafka, Reiner Stach también busca un conocimiento íntimo de su sujeto, y del tiempo y del lugar en el que vivía y trabajaba. Stach es al mismo tiempo altamente ambicioso y admirablemente modesto. Desea, nos dice, experimentar ‘cómo era ser Franz Kafka’; sin embargo, no deja de comentar que el esfuerzo de ‘acercarse aunque sea un poco’ es ilusorio”. El escritor irlandés dijo sobre Stach: “Se impuso la tarea proustiana de reunir, y resumir, un mundo entero, y ha realizado esta tarea con un éxito notable. El resultado es un retrato desconcertantemente presente de uno de los maestros más enigmáticos y perdurables de la literatura.” Banville sabe que Stach compara la evidencia biográfica con la evidencia autobiográfica incluida en la obra y se ciñe estrictamente a la inmensidad de información que conoce, sin especulaciones.

Richard T. Gray, germanista de la Universidad de Washington, ahondó en las limitaciones inherentes a la biografía literaria. Enfatizó que la reconstrucción biográfica está restringida por la casualidad de la cantidad y tipo de documentación que sobrevive. “Stach admite que, en muchos casos, ‘los biógrafos no tienen nada para continuar mas que pistas dispersas en la documentación existente. Hay contornos, sombras y gestos mudos; el resto es reconstrucción’”, dice Gray.

Imágenes alternativas

En 2012, dos años antes de publicar el tercer y último tomo del magno proyecto, Stach lanzó, también en S. Fischer Verlag, ¿Éste es Kafka? 99 hallazgos (traducción de Luis Fernando Moreno Claros, Acantilado, Barcelona, 2021), libro en el que el biógrafo se propone desmontar el mito del escritor perpetuamente atormentado a través de noventa y nueve fragmentos –“imágenes alternativas”– que revelan aspectos poco conocidos de la personalidad y de la vida del genio praguense.

Se perciben los contornos y las sombras referidas: “Mientras se documentaba para su monumental biografía de Kafka, Reiner Stach visitó numerosas bibliotecas y archivos de Praga e Israel, donde hizo incontables hallazgos fascinantes”, infieren los editores de Acantilado. En ¿Éste es Kafka? 99 hallazgos, Stach escribió que en cierto sentido “toda la vida de Kafka fue literatura”.

Entre los hallazgos están el dibujante, el hombre que “no podía mentir”, el atento oyente de su canción favorita, el enemigo del médico y escritor Ernst Weiss, el caballero de ojos de color “gris azulado oscuro”, el ávido bebedor de cerveza, el individuo que lloraba desolado, el visitante de burdeles, el espectador de un cuadro de Edward John Gregory, el paciente que no cree a los médicos, el autor que describe su escritorio, el sujeto fascinado por una tarjeta postal, el admirador de Voltaire, el poeta de intentos líricos, el lector de sucesivas galeradas de Un médico rural, el redactor en el Instituto de Seguros de Accidentes de Trabajo, la persona a la que le dan miedo los ratones, el viajero en Europa, el destinatario de un poema de amor, el experimentado nadador y remero con aspiraciones olímpicas, el doctor en Derecho, el falsificador de firmas, el descriptor de un accidente automovilístico en París, el elegido por la Editorial Kurt Wolff en Leipzig, el pasajero del Metro parisino, el testigo del desdén de Karl Kraus, el signatario de notas testamentarias, el letraherido que en marzo de 1924 regresó a Praga por muy poco tiempo y escribió Josefina la cantante, el enfermo que en abril se alojó en el sanatorio Wienerwald en Ortmann –Baja Austria– por tuberculosis de laringe, el compañero cuidado por Dora Diamant que ingresó en la Clínica Universitaria de Viena y después en el sanatorio del doctor Hugo Hoffmann en Kierling, el pensador acompañado de Diamant y del médico Robert Klopstock, el ser humano que padeció insoportables dolores y que con gran dificultad podía tragar, el eminente creador de mundos desconcertantes que se volvió “un bebedor apasionado”, el fallecido el 3 de junio hacia el mediodía, el artista cuya necrológica fue escrita por Milena Jesenská, el fantasma que lee la inscripción en su propia tumba.

Esta suma –y mucho más– compone la singularidad kafkiana en el imaginario de Reiner Stach.

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