Cinexcusas

- Luis Tovar | @luistovars - Sunday, 07 Nov 2021 02:40 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Morelia 19 (II de III)

 

La décimo novena edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, recién concluida, entregó sus premios a las categorías más visibles –largometraje documental y de ficción– respectivamente a Las hostilidades, de M. Sebastián Molina, y a 50 o dos ballenas se encuentran en la playa, de Jorge Cuchí, abordada aquí mismo hace ocho días. Este último fue todo un “mariachazo”, como diría Ernesto Diezmartínez, porque tenía enfrente trabajos claramente más meritorios, verbigracia El otro Tom, cuyos directores Rodrigo Plá y Laura Santullo ganaron el trofeo a Mejor Dirección, y sobre todo Nudo mixteco, que obtuvo el Premio al Mejor Guión y el del público al Mejor Largometraje de Ficción. Como dice un dicho: jurados vemos, absurdos no sabemos… No sólo esas dos, sino este otro par a continuación, tienen más miga y hechuras que la flamante ganadora:

Estación Catorce

Segundo largoficción y tercero absoluto en su haber, Diana Cardozo escribe y dirige Estación Catorce, relato contado desde la perspectiva de un niño nativo del pueblo homónimo, que crece siendo testigo del acontecer atrozmente violento que nos dejó a los mexicanos la absurda y genocida “guerra contra el narcotráfico” iniciada hace tres lustros por un alcohólico espurio. La convivencia cotidiana del pequeño Luis (muy bien Gael Vázquez) con súbitos arribos de sicarios, “daños colaterales” en forma de viejos conocidos abaleados, la rapiña de los lugareños que aprovechan la ocasión de tomar aquello que quedó sin dueño y la pobreza secular del pueblo entero, se yuxtapone al atestiguamiento involuntario e inevitable de cómo son adultos los adultos: su padre, sobre todo, le pone frente a los ojos un modo de hacer y pensar que, si Luis tuviera la edad suficiente para comprender, se daría cuenta que es idéntico al de un conejillo de Indias en un laberinto: desesperanzado, repetitivo y sin salida. Empero, tanta crudeza no le impide a Cardozo dar certeras y discretas pinceladas de belleza a un relato de suyo áspero: los juegos infantiles de Luis con una niña y un niño más o menos de su misma edad, por ahí de los siete años, funcionan como alegoría de resistencia emocional y vital, desde luego avant la lettre, de quienes tan temprano se resisten a ser fagocitados completamente por el horror.

El hoyo en la cerca

En la filmografía mexicana reciente ni pretérita abundan las obras que se planteen, pero sobre todo logren, revisar críticamente los ámbitos de las clases sociales llamadas “altas” en función de su acaudalamiento, pero también de los espacios físicos que poseen y controlan, las preferencias e intereses que los mueven, la formación que le imponen a su progenie y, en general, el tinte idiosincrásico que los caracteriza y, sin ellos darse cuenta, los reduce a la práctica del segregacionismo, el racismo y un clasismo sin fisuras. Un caso afortunado es La zona, de Rodrigo Plá, y desde aquel ya lejano 2007 hay que dar un salto hasta el presente, al segundo largometraje de Joaquín del Paso titulado El hoyo en la cerca (2021), que pormenoriza la ideologización temprana a la que son sometidos –sin protesta por su parte, al contrario– los hijos pubescentes, aquí masculinos todos, de familias extremadamente adineradas. Teñida hasta el tuétano de los “valores” católicos que hacen posible eso que Gramsci define como la coherencia interna de un aparato social, la escuela de verano a la que son enviados los jóvenes protoclasistas exhibe los prejuicios, maniqueísmos y otras taras que gobiernan la mente de quienes se consideran llamados a dominar: endiosamiento de lo material, desprecio por quien es diferente –en particular si se trata del color de piel y el nivel socioeconómico–, homofobia hipócrita y fementida, etcétera. Histriónicamente coral para desplegar un abanico entero de actitudes, El hoyo en la cerca cuenta bien eso que tantos filmes tienden a escamotear: la miseria espiritual, no absoluta pero sí muy frecuente, de la mexican high society.

 

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