Bemol sostenido

- Alonso Arreola - Sunday, 17 Apr 2022 07:03 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Meshuggah, 'Immutable'

 

Lectora, lector, esta será una lectura difícil. Lo sentimos. No hay manera de acercarse a Meshuggah evitando laberintos. Son parte de su naturaleza. ¿No la conoce? Entendemos. Aunque es la banda más respetada del djent (subgénero del metal inclinado a rítmicas complejas, largos tramos instrumentales, tesituras graves y pasajes contemplativos), pervive fuera del ecosistema comercial. Su importancia en la renovación del lenguaje progresivo, empero, es trascendental. Así, son muy diferentes las corrientes que se mantienen atentas a lo que sucede en su imaginación. ¿Por qué los abordamos hoy?

Meshuggah es una banda sueca nacida a finales de los ochenta que recién ha sacado su noveno disco de estudio: Immutable. Una obra que aporta cambios en su aproximación al aire. Digamos que sus miembros continúan componiendo con profundas distorsiones en guitarras de ocho cuerdas, inclinándose a construcciones de altísima sofisticación en ritmos y memorización, pero con mucho mayor interés en lo ritual; en una repetición que lleva al trance evitando las espinas distractoras que tanto han caracterizado a su baterista. Ello es significativo porque su irrupción en la historia del metal se debe, precisamente, a una inquietud permanente.

Cambio tras cambio. Compás a compás. Instrumento a instrumento. Capa a capa. Lo de Meshuggah ha sido inefable y sorprendente, como el río de Heráclito, “siempre el mismo, siempre distinto”. Ahora, sin embargo y como aluden en su nuevo título, han apostado por la explotación obcecada de riffs (melodías rítmicas) que, pese a su intrincada estructura, giran sobre sí mismos sin aguardar por ciclos de mayor longitud para alcanzar congruencia arquitectónica. Nos explicaremos mejor.

Es común que nos pregunten qué está pasando en tal o cual canción de Meshuggah (sobre todo desde una perspectiva rítmica). Lleva tiempo elaborar la respuesta y es siempre compleja. Se trata de maestros de la polirritmia y la polimetría, dos posibilidades musicales que suelen confundirse por el significado tan cercano que ostentan sus vocablos. Uno señala múltiples ritmos; el otro múltiples medidas. En la polirritmia hay dos o más pulsos con velocidades proporcionales que coinciden siempre en sus acentos principales. En la polimetría, contrariamente, los pulsos corren a la misma velocidad pero sin compartir su acento primordial, por lo que se produce un desplazamiento cuyo giro es más largo. ¿Ejemplos?

Ya hemos citado aquí a compositores como Conlon Nancarrow y Nik Bartsch. Ambos tienen muestras grandiosas de polirritmia aplicada, el primero a pianolas mecánicas, el segundo a su banda de jazz experimental. Por otro lado, hablando de polimetría, en buena parte de la canción “Discipline” de King Crimson, las guitarras de Adrian Belew y Robert Fripp se mueven en un compás de 5/8 mientras el stick de Tony Levin fluye en 17/16, lo mismo que la batería de Bill Bruford (con la diferencia de que ésta además lleva al bombo en 4/4). Es como si el oído viera una carrera de trenes con formas y colores diversos, pero a una misma velocidad. Esto también pasa con grupos como Opeth o Tool.

Volviendo a Meshuggah, Immutable se integra con trece canciones que alcanzan para llenar sesenta y seis minutos de música. Corriendo siempre a una velocidad media, ahora son las cuerdas las que mantienen el control absoluto del discurso en donde ocurren tanto polimetrías como polirritmias. Ya no se trata de apostar sólo por formas percusivas extremas, sino por el fondo armónico y melódico, como decíamos antes. La voz pasa continuamente de lo gutural al susurro, callando por muchos minutos. Otro acierto son las sutiles camas de teclados que lo oxigenan desde el fondo. Todo se suma a la conocida precisión que los distingue; una cualidad que no nace del abuso tecnológico sino de tres décadas de experiencia interpretativa. Para comprendernos mejor, búsquelos en vivo. Podrá no atraerle, pero la sorpresa será innegable. Buen domingo. Buenos sonidos. Buena semana.

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