Renata von Hanffstengel Pohlenz y Gloria Frausto Flores: una cierta mirada

- Omar López Monroy - Sunday, 02 Oct 2022 06:59 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
La trayectoria y los rasgos principales de la obra de dos fotógrafas notables: Renata von Hanffstengel Pohlenz (1934-2018) y Gloria Frausto Flores (1949), cuya mirada sobre lo femenino las distingiue en la historia moderna de la fotografía en México.

 

En la historia reciente de la fotografía mexicana, las primeras décadas del siglo pasado fueron fecundas para la revaloración de la fotografía como medio de expresión artístico en Latinoamérica y por ende en nuestro país, el cual jugó un papel destacado al respecto. La fotógrafas y fotógrafos en torno al Consejo Mexicano de Fotografía (CMF/1978-2014) fueron el principal artífice de dicho impulso, visible en la realización del I Coloquio de Fotografía Latinoamericana en 1978, en México.

De entre las fotógrafas de esa época, Renata von Hanffstengel Pohlenz (1934-2018) y Gloria Frausto Flores (1949) se dedicaron algunos años de lleno al quehacer fotográfico, y en el caso de Renata lo vinculó a sus actividades profesionales a lo largo de su vida. Acercarse a su obra aporta nuevas líneas de investigación en torno al trabajo de las mujeres en la fotografía latinoamericana.

 

Ausencias

Renata fue fundadora del Consejo Mexicano de Fotografía y, en sintonía con las corrientes temáticas fotográficas en torno a la mitad del siglo XX, realizó obras de tipo documental social; además creó piezas con un consistente discurso ideológico enmarcado en la corriente feminista de su época.

En su serie Recorrido por la vida de una mujer evidenció las marcadas condiciones de inequidad entre mujeres y hombres que padecen sobre todo aquellas mujeres en situación de marginación y pobreza desde su infancia. Esta serie apareció en la revista Fem en 1978, publicación creada en 1976 por Alaíde Foppa (1914-1980) y Margarita García Flores (1922-2009) –de inmediato, la revista se convirtió en un espacio de reunión para el movimiento feminista de aquellos años. Esta obra es un vaso comunicante con el portafolio Ausencias en la Santísima Trinidad (1985), una pieza pionera para su época, donde la parte faltante es la mujer.

Todas las imágenes de Renata que ilustran este texto son parte de esta pieza en sí misma, ya que ella la concibió como un pequeño álbum de postales con impresiones originales, las cuales dialogan con las imágenes de Gloria Frausto en las que advertimos una mirada también en torno a lo femenino que va más allá de lo documental, que ahonda en la esteticidad de las formas y texturas.

En dicho portafolio Renata teje un lenguaje fotográfico pulcro que se advierte en la elección de los encuadres y ángulos de las tomas; a través de nueve retratos de mujeres conjuga sus intereses estéticos e ideológicos. “¡Y la mujer qué! Sin ella no hay Dios padre, ni hijo, ni nada…”, me llegó a comentar respecto a esta creación, en la cual sólo algunos de sus compañeros de generación abrevaron, como es el caso del fotógrafo Gilberto Chen. Me parece que en su momento no se percibió la calidad de esta obra que deslumbra por su conceptualización y que hoy, en esta relectura, resulta un interesante contrapunto con las piezas de Gloria, quien apuesta por una reflexión en torno al espacio de lo fotografiable. De tal suerte, a poco más de tres décadas de distancia de que las imágenes de estas autoras fueran creadas, hoy resurgen como vestigios de varias historias por contar; a la par que dan cuenta de una concepción de época en torno a lo femenino en el arte fotográfico nacional y latinoamericano.

 

Cierta mirada

Gloria Frausto descubrió la fotografía en el Taller de Fotografía en Casa del Lago, siendo su guía fotográfico el maestro Lázaro Blanco Fuentes (1938-2011) –uno de los mejores fotógrafos de su generación. Al igual que Renata, Gloria formó parte del Grupo VOD 35*, el cual surgió al interior del mencionado taller, cuya actividad duró entre 1971 y 1978, según consta en archivos de sus integrantes y del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (CENIDIAP) del INBA.

La exploración de Gloria en torno al cuerpo es una inquietud que siempre ha cultivado; en sus obras se advierte una búsqueda espacial en cuanto al encuadre de sus personajes. La fotografía en color es otra veta que esta autora ha seguido cultivando en las imágenes digitales que, de manera regular, comparte en sus redes sociales (Instagram: frausto_gloria). Su obra se ha presentado en exposiciones colectivas e individuales en nuestro país. Fotografías de Renata y Gloria son parte del archivo que el CMF donó al Centro de la Imagen (CI), el cual, en 2016, obtuvo el reconocimiento Memoria del Mundo de la Unesco.

La obra de Gloria fue seleccionada para la muestra derivada del célebre I Coloquio de Fotografía Latinoamericana, realizado en Ciudad de México en 1978, impulsado por el mencionado Consejo Mexicano de Fotografía, del cual ella formaría parte hasta principios de la década de los años noventa. De tal suerte, en 2021 Gloria tuvo una suerte de revival de sus años dedicados a la fotografía y pudo participar en la exposición Autorretrato con conciencia. Mujeres, género y feminismos, así como el conversatorio en torno a esta muestra; sucesos que significaron “retomar mi vida fotográfica”. Ese mismo año apareció el libro Consejo Mexicano de Fotografía de la colección Lecturas al acervo, de la doctora Rebeca Monroy Nasr, quien ha participado en investigaciones importantes para la construcción de la historia de la fotografía mexicana, en donde se incluye la obra de Gloria y Renata.

 

Pioneras

El investigador Eckehard Dolinski descubrió en el archivo del Instituto Iberoamericano del Patrimonio Cultural Prusiano de Berlín la obra fotográfica de Caecilie Seler-Sachs, y tras comentar el hallazgo con Renata se dieron a la tarea de preparar un par de proyectos al respecto. Uno fue la creación de la exposición Caecilie Seler-Sachs. Una mirada amorosa al México de hace 100 años, presentada en la Biblioteca de México en 1998. Este nuevo ejercicio intelectual es una continuación de sus intereses reivindicativos en torno al trabajo de las fotógrafas plasmado en el mencionado portafolio Ausencias en la Santísima Trinidad; vinculado a la historia, una de sus aficiones más cultivadas, hablaba apasionadamente sobre la importancia de la historia y la palabra escrita: “Yo aún creo en lo que dijo Hölderlin: lo que perdura lo fundan los poetas.”

Esta revaloración que hizo Renata de la obra de Caecilie en términos autorales y no sólo documentales e historiográficos, es recogida en la importante publicación, en la cual puede uno abrevar en torno al trabajo de las mujeres: Fotógrafas en México.1872-1960 (Turner 2012), que el maestro José Antonio Rodríguez (1961-2021) tejió cuidadosamente.

 

Última mirada

En plena vorágine de imágenes que a diario se desborda en los medios de comunicación masiva, las fotografías de Renata y Gloria invitan a detener la mirada y ahondar en la forma en que pensaron y retrataron lo femenino, apostando a los elementos inherentes de la imagen fotográfica sin forzar su discurso o crear sustentos teóricos vacuos que, tras una lectura más amplia, revelan contradicciones éticas en su discurso. El paso por la fotografía de estas autoras las revela como parte del espíritu pionero de aquella época en que la fotografía mexicana y latinoamericana buscaban un destino propio (Pedro Meyer dixit).

 

* El nombre, aprobado por consenso de sus integrantes, hace alusión a partes de una cámara réflex y el tipo de película que usaba: 35 milímetros. El visor (V), por el cual se realiza el encuadre; el obturador (O), por medio de éste se determina la velocidad de obturación; tiempo estimado en que pasará la luz a través del lente; y el diafragma (D) elemento que regula la cantidad de luz utilizada en cada toma.

 

 

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