Bemol sostenido
- Alonso Arreola t: @LabAlonso / ig: @AlonsoArreolaEscribajista - Sunday, 27 Nov 2022 11:20



Conocimos a Sara Valenzuela hace veinte años. Fue en Guadalajara, la ciudad donde vive y por la que ha hecho tanto musicalmente. En esa ocasión, según recordamos, nosotros íbamos haciendo rock. Se trataba de una fiesta grande y extraña que incluía malabaristas de fuego. Tenemos un tanto borrosa aquella noche, pero sabemos que platicamos un buen rato con ella y que los intereses en común resultaron numerosos.
También coincidimos en el club SOB’s de Nueva York, durante una de las reuniones iniciales de la LAMC (Latin Alternative Music Conference). Allí cantó algo con nosotros. Hacía poco que se había desintegrado su banda, La Dosis, conjunto de pop funk que destacara a finales de los años noventa (y con la que ha vuelto a sonar). Hablamos del grupo que Sara fundara junto a colegas como el talentoso bajista y productor Richie Arreola (Belanova) y el saxofonista Giancarlo Fragoso (Telefunka).
Fue después de eso cuando nos pidió grabar dos temas para su disco En la cocina y, alrededor de ello, a tocar alguna canción en el Foro del Tejedor y la Sala Roberto Cantoral de Ciudad de México. Justo en ese espacio, hace casi una década, Sara produjo el ciclo de música experimental Alterna Jazz. Por su invitación sonamos junto a los colegas Trey Gunn y Michael Manring, lo que derivó en la formación de Three Below, trío que en gran medida se debe a ella. ¿Cuántos más compartirán esta sensación de gratitud?
Por el lado pedagógico, Sara impulsó la Fundación Tónica, de la cual se desligó pero con la que alcanzó momentos de gran relevancia cultural y social. Lo sabemos porque también nos tocó participar en alguna de sus iniciativas. Allí promovía conciertos, conferencias, conversatorios, clases magistrales, residencias… Encuentros variopintos que contaban con elenco nacional e internacional de altos vuelos. Y allí otro aspecto a señalar este día, lectora, lector.
Sara Valenzuela ha entablado relaciones creativas, educativas y amistosas con músicos notables del jazz estadunidense, para quienes ella ha sido vital en su relación con México. De Marc Ribot a Jay Rodríguez, pasando por Steven Bernstein o John Medeski, entre muchos más, su papel como puente y conector entre escenas ha producido incontables sesiones, entrevistas radiofónicas –también televisivas e impresas–, así como shows en cualquier cantidad de festivales, foros alternativos y salas reconocidas como los teatros Diana y Degollado.
Pues bien. Actualmente Sara es directora de Jalisco Radio y está celebrando el trigésimo segundo aniversario de su programa Sólo Jazz, que se puede escuchar diariamente en Guadalajara (y en línea para todo el mundo por jaliscoradio.mx). Con tal motivo nos invitó a conceptuar a su lado un concierto que incluyera a colaboradores y amigos cercanos; músicos dispuestos a improvisar según provocaciones sugeridas por su propia audiencia. Así se formó la Perla Jazz Collective.
El resultado de tal ocurrencia fue estimulante y conmovedor. Sucedió hace un par de semanas en el Guanamor Teatro Estudio (gran espacio de espectáculos, allí donde estaba el otrora Cabaret). Primero pasaron las reacciones a contra reloj de La Perla y su docena de participantes; luego salió Breast Fist, banda invitada –y disfrazada– de Nueva York que compartió su jazz psicodélico con una audiencia que sólo esperaba abrazar a Sara; hacerle saber que su esfuerzo ha tenido y tiene sentido; que su presencia nos hace mejores a todos y que no hay oscuridad, ni decepción, ni desencanto que pueda apagar su luz.
¿Verdad que debimos dedicarle una columna hace mucho tiempo? Nos deteníamos porque Sara Valenzuela es nuestra amiga. Pero… ¿qué programas dedicados al jazz han superado los treinta años de vida en México? ¿Cuántas personas han hecho tanto por su ecosistema sonoro trabajando con humildad? Sólo Sara. Sintonícela. Escúchela hablar y, sobre todo, siéntala cantar. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.