Tres canciones / Ricardo Yáñez

- Ricardo Yáñez - Sunday, 07 May 2023 10:04 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp

 

Canción de unos ojos

 

Los ojos se me volvieron

ojos, sí, cuando te vi.

Desde que te vi ojos fueron,

es así.

 

Ni yo mismo lo creí,

pero sí:

los ojos se me volvieron

ojos desde que te vi.

 

 

 

Canción de una entretención

 

Soy un pedazo de furia,

un maltratado rufián,

soy si usted quiere la incuria

de un cura sin su sotán,

soy aguja sin imán,

brújula destartalada,

carricoche de bajada

que sin frenos se ataranta,

espada más que oxidada,

gargajo de cuál garganta.

 

Soy lo que soy, lo perdido,

lo que nunca, lo jamás,

las cenizas de lo ardido,

la paz que nunca verás,

me dije, ¿cuenta te das?

Soy atole con el dedo,

soy el que no tiene miedo,

soy mazacote de engrudo,

arrimado que ya jiedo,

quien por cantar quedó mudo

 

y sigue intentando el canto.

Tarántula soy sin patas,

¿cómo es que ando o me levanto?

Nido soy de garrapatas

y montón de corcholatas

que se cree monedas de oro.

Ay cómo pierdo el decoro

por demás jamás tenido.

Siendo azor cómo me azoro

o me azorrillo aturdido.

 

Divaga mi pensamiento,

que pensamiento no es.

Más que yo piensa un jumento

de la cabeza a los pies,

digo, las patas, ¿qué pues?

Más que yo vale una oruga

que si sueña sueña bien

que las alas desarruga

y deja el capullo, amén,

mientras que de mí yo en fuga

 

ando siempre, sin parar,

sin respiro, sin descanso.

Eterno soy naufragar

en mar del que nunca alcanzo

el fondo a ver, fondo manso,

espero, no revoltoso,

revuelto no, ni espantoso.

Empero siento temor

de que todo sea dolor

y dolor nunca amoroso.

 

Ya debiera despedirme,

ya me despido, me voy,

aunque me oigan ya no estoy

aquí, donde nunca estuve

en verdad de modo firme,

me he disuelto como nube,

ya no siento, ya no soy.

Perdón si los entretuve.

 

 

Canción de otros ojos

 

Me quedé sin ojos yo

y mi voz nada miró.

 

Si mi lengua quiso hablar,

sin saliva ¿qué iba a dar

 

con la palabra precisa?

La cosa estaba de risa.

 

Pero me acordé de mí

y del problema salí

 

escribiendo lo que veía

el alma mía,

 

que nada miraba, cierto,

porque yo ya estaba muerto.

 

Me quedé sin ojos yo

y mi voz ya nunca habló.

 

Versión PDF