John Ford: de la tierra prometida a la ruta 66
- Moisés Elías Fuentes - Sunday, 30 Jul 2023 09:33



El 31 de agosto de 1973 falleció en California John Feeney, hijo menor de un matrimonio irlandés emigrado a Estados Unidos y asentado en Maine, donde nació el primero de febrero de 1894, aunque fue como John Ford que, muy joven, ingresó en el cine, al que además de su sorprendente intuición narrativa aportó su admiración, no falta de crítica, por la historia de Estados Unidos. Director prolífico, Ford incursionó en diversos géneros; sin embargo, está indefectiblemente ligado al western, porque lo elevó a mito fundacional, epopeya de un país construido por millones de migrantes europeos que le tributaron familias herederas de ancestrales tradiciones culturales. Pero si exaltó la formación de Estados Unidos, aun con el genocidio de los pueblos originarios y la explotación de los migrantes, también fue su crítico, porque para Ford la crítica implicaba reinvención individual y social.
Tales contrastes se expresan en tres filmes que, sin ser trilogía, exponen continuidad: La diligencia (Stagecoach) y El joven Lincoln (Young Mr. Lincoln), de 1939, y Las uvas de la ira (The Grapes of Wrath), de 1940, en los que develó los sueños del mito y la áspera realidad.
Con base en la novela The Stage to Lordsburg, de Ernest Haycox, adaptada por Dudley Nichols (con ecos de Bola de sebo, de Guy de Maupassant), Ford reelaboró en La diligencia el western al equilibrar drama, romance, violencia, comedia y crítica social, concediendo desarrollo pleno, aparte de otorgar al sonido peso dramático, de la secuencia de créditos con el Monument Valley fotografiado por Bert Glennon en intensos planos generales, al duelo con los hermanos Plummer, del que sólo escuchamos los disparos.
Como en la mayor parte del cine de Ford, en La diligencia aparece la familia, aquí en dos vertientes: la familia que engendra el mal, representada por los Plummer, y la familia contrapuesta a la injusticia, que es unidad y refugio, surgida de las circunstancias, que es la que el fugitivo Ringo (John Wayne) y la prostituta Dallas (Claire Trevor), pasajeros forzados, encuentran en el sheriff Wilcox (George Bancroft) y el alcohólico doctor Boone (Thomas Mitchell), figuras paternas que los respaldan en su viaje a la tierra prometida.
Épica de la clase baja, en La diligencia los héroes son seres comunes, acosados en el camino por los guerreros indios y en la ciudad por el rapaz Gatewood (Berton Churchill), banquero que remite a la codiciosa élite financiera que instigó la Gran Depresión. Codicia a la que Ford opuso, en El joven Lincoln, la epopeya ética de Abraham Lincoln (Henry Fonda). A partir del guion de Lamar Trotti, Ford realizó un entrañable retrato del héroe en su sencillez y grandeza a través de diálogos y monólogos que traslucen la moral del futuro presidente.
Si en La diligencia Ford se inclinó por la celeridad rítmica, en El joven Lincoln prefirió la pausa, por lo que los fotógrafos Glennon y Arthur C. Miller se ciñeron a tenues planos medios, en picada y contrapicada y juegos de luz suave y dura para exponer la vida en el Estados Unidos de 1830. Con este recurso mostró sin sensiblerías a Lincoln, marcado por las muertes de su madre, su hermana, su primer amor; pérdidas que le confirmaron que la mujer cohesiona a la familia, por lo que, antes de defender a los Clay, charla con la madre de ambos (Alice Brady) y comprende la necesidad de justicia social; por eso el filme termina con una evocación bíblica: Lincoln va por una senda incierta, bajo la amenaza de una tormenta.
La Biblia también signa Las uvas de la ira, con su título que remite al Himno de batalla de la república, escrito para los unionistas en la Guerra de Secesión por Julia Ward Howe (inspirada por textos como el Apocalipsis de San Juan Evangelista) y que preconiza el castigo a los desleales a la Unión y subraya la condición de Estados Unidos como pueblo de Dios. Sustentado en el guion de Nunnally Johnson, inspirado en la novela de John Steinbeck, Las uvas de la ira presenta la migración de los Joad de Oklahoma a California por la ruta 66, en que sólo hallan los efectos del Tazón del polvo, sequía que extremó el dolor de la Gran Depresión. Un país yermo, que Ford reprodujo con humanismo, apoyado por la fotografía expresionista de Greg Toland, quien utilizó la profundidad de campo para realzar la intimidad de personajes como Ma y Pa (Jane Darwell y Russell Simpson), Jim (John Carradine) y Tom (Henry Fonda), quien, mientras va por la carretera, atisba que su delito es la pobreza.
Los padres de Ford emigraron de Irlanda en busca de la tierra prometida que Lincoln defendió. El país de la libertad y de la ruta 66, que, en vez de unir, separa. País que aplasta a quienes lo construyen, La diligencia, El joven Lincoln y Las uvas de la ira develan al Estados Unidos Prometeo y Saturno. Testimonios de un director que amó su país, incluso asumiendo sus contradicciones y que, a cincuenta años de su muerte, tiene aún mucho que decir l