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- José Rivera Guadarrama - Sunday, 12 Nov 2023 10:40
En su significado más simple, la tecnología es cualquier herramienta que el ser humano pueda utilizar para lograr un objetivo preciso, como la solución de algún problema o la satisfacción de alguna de sus necesidades más básicas. No es necesario que los individuos las elaboren, ya que cualquier utensilio que pueda ser empleado en ese sentido puede colocarse dentro de esta definición.
La elaboración de cualquier tipo de tecnología o herramienta es una constante destreza humana. Nuestra especie está dotada de una asombrosa capacidad para producir utensilios que le han permitido adaptar y adaptarse al entorno, han propiciado incluso la evolución y reproducción humana y permitido sobreponernos a las adversidades externas e internas, naturales o artificiales.
Desde el punto de vista de su naturaleza humana, el determinismo tecnológico plantea cuestiones respecto al sentido y la necesidad que tiene todo ser humano en cuanto a la necesidad de elaborar diferentes tipos de herramientas para poder existir. Sobresalen aquellos aspectos que lo describen como un “sometimiento del individuo” a los instrumentos y designios mecánicos, poniendo énfasis en que la evolución de los instrumentos es acumulativa y lineal, destacando el criterio en cuanto a su eficiencia técnica, en la que los artefactos más recientes van reemplazando a otros, dejándolos obsoletos.
Pero no es así del todo. Ya durante buena parte de la Antigua Grecia se puso mucha atención a estos aspectos. Uno de los vocablos más empleados durante aquellos siglos para definir esta actividad era techné, que definía dos aspectos fundamentales: uno que designaba un saber práctico, una manera de obrar de alguna persona; otro, aplicable a un saber hacer, a una actividad que requería emplear instrumentos ajenos al cuerpo humano.
Para esas sociedades antiguas, la techné no se limitaba al simple proceso de producción (ergón); también se refería a un “saber hacer”, donde el artífice tenía una cierta representación de cómo sería el objeto una vez concluido el proceso de su producción. Además, con este vocablo también se puede distinguir entre el proceso de fabricación (ergón) y la techné, esta última más completa, que lleva implícito un saber hacer.
Alicia Olabuenaga insiste en la necesidad de diferenciar entre techné y técnica instrumental moderna. En esta última se busca sólo la producción de un objeto útil, mientras que la techné busca un acto perfecto que contribuya a una vida buena y justa. En su texto “De la técnica a la techné”, Olabuenaga sostiene que la técnica moderna, como saber y hacer instrumental de los humanos, ya no busca satisfacer sus necesidades generales, más bien la demanda de una estructura económica desgajada de la sociedad que pretende ser la medida real de lo humano.
Por lo tanto, techné podría englobar lo que hoy se entiende por herramientas, por tecnología. Es un saber que no designa sólo lo práctico y se refiere de manera clara al saber hacer y al saber obrar. Cntiene, de manera conjunta e inseparable, el proceso por medio del cual algo se hace, produce o elabora, así como la razón con la que se procede para lograrlo. Es un conocimiento humano, implica aspectos racionales únicos de nuestra especie, es un “hacer” material integrado o ideado desde la razón que busca el bien común.
También hay aspectos que ponen énfasis en que el progreso técnico lleva una fuerte carga como sistema de dominación, pero al mismo tiempo la sociedad contemporánea parece ser capaz de contener el cambio social, un cambio cualitativo que establecería instituciones diferentes, diseñando nuevas direcciones de los procesos productivos, encaminadas a proponer nuevas formas de existencia humanitaria.
En su significado más primario, la tecnología no puede separarse del empleo que la especie humana le da. Ambos participan de su origen y continuación.