Albania y la fábula de la libertad
- Alejandro Badillo - Sunday, 10 Dec 2023 08:11



I
Quizá, como nunca en la historia, la palabra libertad está en boca de todos. En una época en la cual regresan con fuerza los nacionalismos y la segregación, la ideología de Occidente se aferra a la palabra “libertad” como un acto de fe. La globalización ha perdido fuelle y hay una vuelta a los bloques económicos y militares. Sin embargo, el discurso empresarial –modelo a seguir en muchas universidades– sigue celebrando el libre comercio y el crecimiento económico. Por otro lado, la libertad se ha vuelto marca registrada de movimientos reaccionarios como el de Javier Milei en Argentina, cuyo partido, La Libertad Avanza, ataca las regulaciones del Estado ya que impiden la libre actuación del poder empresarial, varita mágica que traerá prosperidad al país.
Uno de los ejemplos más interesantes –aunque poco publicitados de los espejismos de la libertad que nos han vendido en las décadas recientes, fue lo que pasó en Albania a finales del siglo XX. El 7 de agosto de 1991 miles de albaneses llegaron al puerto de Durres, el principal del país, en búsqueda de barcos que los llevaran a Italia. Se había corrido la voz de que había oportunidad de huir y muchos albaneses empacaron sus pertenencias para buscar un espacio en el puerto. El barco que estaba por zarpar –una chatarra que apenas podía navegar, según reportes de la época se llamaba Vlora y pronto quedó repleto de personas que se hacinaron en cualquier espacio que estuviera disponible. Las fotografías del barco cuya silueta apenas se puede ver por la cantidad de gente que se aglomera en la cubierta e, incluso, en la cabina se difundieron ampliamente en la época y, años después, gracias a internet, se hicieron virales, ya que fueron usadas para difundir noticias falsas. El primer éxodo de refugiados de la historia moderna de Europa surgió, justamente, poco después de la caída del Muro de Berlín y de la puesta en marcha de las principales políticas de libertad económica propuestas por Occidente y llevadas a cabo por los países que habían estado en la órbita de influencia soviética, entre ellos Albania.
Lea Ypi (1979), académica albanesa de la London School of Economics, describe la génesis de ese éxodo y lo que pasó después en su libro Libre: el desafío de crecer en el fin de la historia. En el texto, publicado este año por editorial Anagrama, cuenta el derrumbe de la Unión Soviética y la entrada del capitalismo de libre mercado, vistos a través de su experiencia personal. Ypi describe no sólo los saldos negativos que tuvo esa transformación en su país, sino cómo era Albania antes de los años noventa, cuando era gobernada por el dictador Enver Hoxha. Como se sabe, el país se mantuvo aislado no sólo de Occidente sino también de la URSS, pues Hoxa y el Partido Comunista de esa nación se consideraban los herederos legítimos del comunismo, ya que éste –según la narrativa oficial– se había corrompido más allá de sus fronteras. No es gratuito que el escritor albanés Ismaíl Kadaré retrate a su país, en aquella época, como un territorio en el limbo, lejos de la historia y sometido a un control gubernamental absoluto. Sin la abundancia que, en apariencia, existía en Occidente, la familia de Ypi –que pertenecía a la élite política del país– moldeó su forma de ver el mundo a través del aislamiento, pero también a partir de la comunidad. Acostumbrados a lidiar con muchos problemas debido a la situación precaria de su nación y, sobre todo, por el control absoluto del gobierno, hicieron fuertes lazos para salir adelante.
II
Albania y su historia reciente condensan los múltiples significados de la libertad. Como en cualquier régimen autocrático, toda la sociedad se movía en la dirección señalada por el gobierno. Más allá de las fronteras de Albania existía un mundo desconocido y, por supuesto, vedado para el grueso de la población albanesa. Bajo el manto protector de Hoxha –un paternalismo que podía coaccionar a través de la intimidación o de la violencia explícita– no eran libres políticamente hablando, pero la libertad que erosiona los pactos sociales y el narcisismo individualista propio de los países capitalistas eran contenidos por la comunidad. Una vez que cayó el régimen de Hoxa, la desregulación económica echó a la calle a miles de personas. Sin la contención del Estado, los albaneses tuvieron que entrar a una feroz competencia que muy pocos lograron ganar. Al poco tiempo buscaron la salvación huyendo al extranjero. Irónicamente, los países de Occidente vecinos de Albania que criticaban la falta de libertad para que los ciudadanos cruzaran las fronteras de la dictadura comunista, fueron los primeros en cerrarse a los migrantes. Mientras tanto, como escribe Ypi, “sólo quedó una palabra: libertad. Aparecía en todos los discursos de la televisión, en todos los eslóganes que se vociferaban con rabia en las calles. Cuando por fin llegó la libertad fue como si te sirvieran comida congelada. Masticamos poco, tragamos rápido y nos quedamos con hambre.” .