Artes visuales
- Germaine Gómez Haro | [email protected] - Sunday, 31 Dec 2023 07:33



El Colegio de San Ildefonso presenta la magna exposición Un fantástico viaje, del artista oaxaqueño Sergio Hernández (1957) con más de 150 obras que abarcan una década de trabajo reunidas en diferentes grupos temáticos. En un video realizado para acompañar la muestra, el artista expresa: “Si yo resumiera todo lo que he hecho, me parece que ha sido un fantástico viaje en mi vida hacia ver y expresar un momento. Yo no digo que estoy en el final, pero
no hay tiempo; el tiempo no existe cuando está uno haciendo dibujos, rayas, creando, como le llamemos, el tiempo desaparece y el mismo cuadro de hace veinte años hoy en día aparece otra vez.” Al recorrer la extensa muestra entendí que Sergio percibe su quehacer artístico como el resultado de una larga travesía visual y ontológica por muy diversos parajes geográficos y estadios existenciales, que se ven reflejados en las distintas series a lo largo de la exhibición. Los viajes han sido la inagotable fuente de inspiración de gran parte de su creación desde sus inicios. El punto de partida fue su terruño natal, Santa María Xochixtlapilco, pequeño poblado enclavado en la sierra mixteca, en la región de Huajuapan de León, desde donde la familia emprendió el primer viaje a Ciudad de México en 1973. Su formación en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y posteriormente en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado conocida como La Esmeralda, lo llevaron a viajar por la historia del arte de todos los tiempos, hasta su primera estancia en París en 1986 donde permaneció cerca de un año, parteaguas fundamental en su trayectoria. De esta época vemos exhibido uno de sus exquisitos cuadernos de apuntes donde comenzó a realizar con inusitada maestría y frescura las historias del Popol Vuh, libro sagrado de los Mayas que desde entonces ha sido uno de sus temas predilectos. Por sugerencia de Francisco Toledo, viajó a Colmar, pequeño poblado en Alsacia, donde se encuentra el altar de Isenheim, obra del gran Matthias Grünewald cuya imagen del Cristo en la cruz es uno de los más conmovedores iconos de la historia del arte. Desde entonces, la cabeza espinada del Cristo de Grünewald ha aparecido una y otra vez en en diferentes escenas y contextos, fusionada con otros elementos simbólicos de su muy personal iconografía. En esta exposición se presenta la serie de Los Dolientes y Los Antoninos, pinturas de gran contenido dramático que evocan el dolor del Cristo de Grünewald transportado a nuestro mundo moderno y convulso. A partir de entonces, Sergio se volvió un viajero incansable y sus experiencias captadas en parajes por todo el mundo han aparecido directa o indirectamente plasmadas en sus series temáticas como guiños que viajan de ida y vuelta. Sus viajes incluyen inmersiones en el mundo de la literatura, la filosofía, la historia, el ensayo político y social, y de sus lecturas extrae referencias que el espectador acucioso puede leer entre líneas en sus pinturas y grabados. En los últimos tiempos se ha interesado por el estudio de los códices antiguos, como el de Yanhuitlán y la Relación de Michoacán, cuya libre interpretación forma parte esencial de esta muestra. Otra lectura fundamental es el trabajo del sociólogo y antropólogo Roger Bartra que vemos interpretado por el artista en sus cuadros protagonizados por el ajolote, y el tema de la abrumadora corrupción política de la actualidad, expresado a través de las mentiras de Pinocho. La violencia también está presente desde el conflicto de la APPO en 2007 en Oaxaca. Con ironía y humor ácido recurre a la imagen de Benito Juárez para manifestar una crítica social. Del inframundo en sus comentarios de denuncia política se traslada a la belleza metafórica en sus jardines imaginarios y selvas portentosas, su zoología fantástica y su inmersión en el fondo del mar: el recuento poético de sus viajes de ida y vuelta bellamente expuestos en esta gran exposición.