La flor de la palabra

- Irma Pineda Santiago - Sunday, 07 Jan 2024 10:47 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
¿Con quién vamos a conversar?

 

Despertar muy temprano los domingos en una ciudad fría, en los años noventa, era una gozosa necesidad para una joven y solitaria estudiante binnizá, porque había que llegar a buena hora al puesto de periódicos para alcanzar los pocos ejemplares que ahí llegaban. Tres razones me movían a primera hora los domingos: una, que la precaria economía de estudiante sólo me permitía adquirir el periódico La Jornada un día a la semana; dos, que ese día se publicaban las divertidas Histerietas y tres, ese mismo día aparecía Mar de Historias, la columna que puntualmente escribía Cristina Pacheco, a cuyos textos llegué por invitación de mis profesores en la universidad. Estas historias me hacían sentir acompañada, mientras intentaba entender la diversidad de mundos que se entrelazan en el enorme mar de asfalto, y que eran otras formas de tragedias, distintas, aunque no menos dolorosas, que aquellas que conocía desde los pueblos por los que transitó mi infancia.

Casi una década después, en 2000, de pronto me vi reflejada en el monitor de pantalla del programa Conversando con Cristina Pacheco, invitada como joven poeta, al lado de una maestra de la poesía maya, Briseida Cuevas Cob. Me sentía tan emocionada y nerviosa frente a la admirada anfitriona, que apenas pude responder a sus preguntas. Durante los siguientes años seguí atenta a sus programas donde entrevistaba y charlaba con diferentes personas provenientes de pueblos originarios; mas adelante tuve oportunidad de volver a conversar con ella, en compañía del escritor nahua Natalio Hernández y el promotor cultural Marco Polo Hernández. En esos años de leer sus escritos y escuchar sus diálogos con la gente, en el programa Aquí nos tocó vivir y en Conversando con Cristina Pacheco, pude observar que si algo caracterizó el quehacer de esta periodista, fue su habilidad para ponerle rostro a lo invisible, para darle voz a los discriminados, para compartir su calidez con muchos de quienes sólo conocen la frialdad del mundo.

En Cristina Pacheco los creadores indígenas encontramos una gran aliada y promotora de las culturas originarias, pues lo mismo hacía programas especiales para conmemorar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que invitaba a funcionarios públicos a hablar acerca de las políticas lingüísticas en este país, o que hacía llegar al estudio de televisión a distintos artistas o personajes, hablantes de alguna de las sesenta y ocho lenguas mexicanas. En las entrevistas que realizó por las calles de Ciudad de México, pude ver los rostros de varias personas que migraron desde sus comunidades y que, buscando mejores futuros, se enfrentaron a la violencia del racismo y la discriminación. En su compañía pude conocer a quienes han puesto en alto el nombre de sus culturas, como Claudia Ruiz Sántiz, destacada chef tsotsil con reconocimiento internacional; o disfrutar del arte de diversos músicos tradicionales y cantantes en lenguas originarias, como las Palomitas Serranas, Feliciano Carrasco y Los Juchilangos.

Para esta escritora fue importante hacer visible y fortalecer la presencia de las mujeres en las artes, por ello, en varias ocasiones invitó a escritoras en lenguas indígenas provenientes de todas las regiones mexicanas, como María Dolores Bautista, del pueblo rarámuri de Chihuahua; Angélica Ortiz, originaria de la cultura wirrárika de Jalisco; Elizabeth Pérez, poeta purépecha de Michoacán; Enriqueta Lunez, de la lengua tsotsil de Chiapas, por mencionar solamente a algunas que iluminaron los estudios del Canal 11 y que, con la diversidad de sus lenguajes, seguramente llenaron de música los oídos de Cristina Pacheco, quien hoy, desde la concepción de los pueblos indígenas, aun recorre el Ba’ o el largo túnel por el que debe transitar para llegar a la presencia de las deidades que le aguardan con su amoroso abrazo, en ese plano donde las almas que dieron amor y alegría a la gente pueden reposar tranquilas.

 

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