La melodía de una idea: Monika Zgustova en la literatura checa

- Alejandro García Abreu - Sunday, 14 Jan 2024 10:12 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Celebramos la trayectoria de Monika Zgustova (Praga, 1957), gran difusora de la literatura checa en el mundo hispanoparlante, autora de libros esenciales como ‘Los frutos amargos del jardín de las delicias. Vida y obra de Bohumil Hrabal’, ‘La mujer silenciosa’, ‘Jardín de invierno’, ‘La noche de Valia’, ‘Las rosas de Stalin’, ‘Vestidas para un baile en la nieve’, ‘La intrusa. Retrato íntimo de Gala Dalí’, ‘Un revólver para salir de noche’, ‘La bella extranjera. Praga y el desarraigo’ y ‘Nos veíamos mejor en la oscuridad’. Zgustova recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Checa por el conjunto de su obra. Traductora del checo y del ruso, ha trasladado al castellano y al catalán, entre otros autores y autoras, a Bohumil Hrabal, Anna Ajmátova, Marina Tsvetáieva, Jaroslav Hašek, Václav Havel y Milan Kundera.

 

Literatura e identidad

Monika Zgustova nació en Praga y reside en Barcelona. Pasó sus años formativos en Estados Unidos. Escritora magistral, extraordinaria difusora de la literatura checa en el mundo de habla hispana, periodista –colabora en medios nacionales e internacionales– y traductora del checo y del ruso, ha trasladado al castellano y al catalán, entre otros autores y autoras, a Bohumil Hrabal, Anna Ajmátova, Marina Tsvetáieva, Jaroslav Hašek, Václav Havel y Milan Kundera. Por sus traducciones recibió los premios Ángel Crespo y el Ciudad de Barcelona. Entre sus libros destacan Los frutos amargos del jardín de las delicias. Vida y obra de Bohumil Hrabal (1997, 2014), La mujer silenciosa (2005), Jardín de invierno (2009), La noche de Valia (2013) –con el que obtuvo el premio Amat-Piniella 2014 a la mejor novela del año–, Las rosas de Stalin (2016), Vestidas para un baile en la nieve (2017) –volumen galardonado con el premio Cálamo–, La intrusa. Retrato íntimo de Gala Dalí (2018), Un revólver para salir de noche (2019), La bella extranjera. Praga y el desarraigo (2021) y Nos veíamos mejor en la oscuridad (2022).

Su obra se ha traducido a una docena idiomas. También estrenó dos obras de teatro: Un día de éstos y Las aventuras del buen soldado Švejk, adaptación de la novela de Jaroslav Hašek. Actualmente Galaxia Gutenberg es la editorial que publica a la escritora. Zgustova recibió el Premio Gratias Agit del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Checa por su trayectoria literaria.

La obra de Zgustova es fascinante. Los frutos amargos del jardín de las delicias. Vida y obra de Bohumil Hrabal revela su admiración por el creador checo. Hrabal (Brno, 1914-Praga, 1997) –uno de los más importantes escritores europeos de la segunda mitad del siglo XX– narró su vida a la autora praguense en entrevistas. El libro es producto, primordialmente, de las conversaciones que mantuvo con el genio de las letras. A lo largo de los cuatro años que duró la preparación de su texto, se reunía con él en su casa inmersa en los bosques de Kersko o, más seguido, compartía sus perennes visitas a las cervecerías del barrio antiguo de Praga. La mayoría de las citas y de los datos los recogió de la voz del propio Hrabal. Otras citas fueron extraídas de las Obras completas de Bohumil Hrabal. También tradujo múltiples libros del autor de La pequeña ciudad donde se detuvo el tiempo, Personajes en un paisaje de infancia, Mi gato Auticko y Una soledad demasiado ruidosa. El editor –Joan Tarrida– y la autora confirman que para el autor nacido en Brno “la falta de sentido trascendente […] se manifiesta en su recurso al alcohol, en su falta de creencias en la práctica, que se plasma en su muerte –se deja entrever que se suicidó–, en algunas de sus obras literarias y en detalles irreverentes.” Zgustova escribe:

La tormenta se fraguaba sobre Europa. Sobre la vida de Bohumil, la tormenta se había instalado ya antes de su nacimiento. Un día, precisamente un domingo a mediodía, su madre, una chica joven que entonces vivía su primer amor, tras una larga lucha interior, anunció a sus padres que estaba embarazada. Su padre, con mucha rabia, la arrastró de la mano al patio y la apuntó con el fusil rugiendo: “¡Arrodíllate, te voy a matar de un tiro!” Por suerte, en ese momento salió al patio su mujer, que conocía perfectamente los estallidos de cólera de su marido, y dijo: “¡Venga, ya es hora de comer y la sopa se enfría!” Ese episodio, en el que Hrabal insistía, y por lo tanto intentaremos creerle, acompañará a Bohumil toda la vida; tanto cuando era niño como cuando era mayor, nunca dejó de ser asustadizo. “Mi mundo se reduce a la vida en un vientre extramatrimonial y a una sensación de miedo permanente, que sólo he intentado superar escribiendo”, confesó ya en su madurez.

Hrabal anhelaba reclamar algo bello y significativo del pasado, asevera la autora de la biografía. Recuerda: “Del mismo modo que en Baudelaire y en T.S. Eliot, en Hrabal los gatos acompañan toda su obra. El escritor confesó que nunca ha dedicado tanta atención y tanta ternura a una mujer, nunca ha sentido tanta devoción por una amante. Ni siquiera por su madre sintió tanto cariño como por los gatos.”

La traductora deslumbrante escribió La mujer silenciosa, libro en el que cuenta la historia de Sylva, una mujer en la Praga sometida a la invasión nazi y a la ferocidad soviética. Jardín de invierno trata las circunstancias históricas de
la Europa Central, el estalinismo, la Primavera
de Praga y la transición hacia la democracia. La protagonista de La noche de Valia fue acusada injustamente de espionaje y pasó años en el gulag. Las rosas de Stalin aborda la vida de Svetlana Allilúyeva, la única hija del dictador soviético. Vestidas para un baile en la nieve recupera el testimonio de nueve mujeres sobrevivientes del gulag. La intrusa. Retrato íntimo de Gala Dalí es una aproximación a la musa surrealista. Un revólver para salir de noche reconstruye el vínculo entre Véra y Vladimir Nabokov. La bella extranjera. Praga y el desarraigo versa sobre su ciudad natal y Nos veíamos mejor en la oscuridad narra el devenir de una familia –de una hija y de una madre en particular– que huyó del totalitarismo. En la mayoría de sus libros trata la condición de la mujer en el siglo XX y reflexiona sobre el exilio y la identidad en los regímenes tiránicos.

 

La existencia compartida: Véra y Vladimir Nabokov

En Un revólver para salir de noche Zgustova examina a Véra Nabokov, “un ejemplo diáfano de la mujer que, consciente de que comparte su existencia con un hombre extraordinario, decide convertir en su razón de ser el éxito de su marido”, Nabokov conoció a Véra Slónimen –su apellido de soltera– en Berlín, el 8 de mayo de 1923. Se casaron. Ella acompañó al autor de Lolita durante toda su vida. Procuró controlar las amistades femeninas de Vladimir: “a él no habían dejado de interesarle ni las chicas ni las mujeres.” Zgustova escribió que un día, hacia el final de su vida, “Vladimir volvió a sentarse, no sin cierta dificultad, ante el escritorio y fingió escribir, aunque no podía concentrarse. Pensaba en Véra y en él, cuando tenían poco más de veinte años…” La clave del libro está en una pregunta: “¿Hubiera sido Nabokov uno de los más grandes escritores del siglo XX sin Véra?” En una misiva a Véra se lee: “Sí, te necesito, mi cuento de hadas... Porque eres la única persona con la que puedo hablar sobre la sombra de una nube, sobre la melodía de una idea y sobre cómo hoy, mientras iba a trabajar, he mirado un girasol a la cara y él me ha sonreído con todas sus semillas.”

Véra –escribió Zgustova– “tenía una cualidad: mientras transcribía Lolita y otras novelas nunca se sorprendió de la carga erótica de numerosos pasajes, como mucho observaba que estaban escritos como poesía en prosa. El principio de Lolita fluyó de la pluma de Vladimir por sí solo; aquellas palabras marcaban un ritmo y una melodía, una atmósfera nostálgica a toda la novela”. La autora dijo que eran palabras intraducibles que sólo podrían degustar los que dominaran bien el inglés.

Una de las conclusiones de Zgustova es que Véra “se propuso realizar la obra de su vida a través de la creación de alguien al que ayudaría hasta fundirse con él y convertirse en parte de su creación.” Véra, a sus ochenta y ocho años, “llevaba una vida estoica dedicada a la obra de su marido, que ella consideraba la obra de ambos…”

 

Una madre y una hija en el exilio

Nos veíamos mejor en la oscuridad –novela sobre aquello que fracturó el exilio, finalista del Premio de los Lectores en Praga en 2022– inicia con la sensación de extrañamiento de Milena, la narradora: “Me parecía que los hechos que habían tenido lugar eran la vida real, los veía luminosos, dignos de atención y hermosos, mientras que el presente era una mera sombra./ La sensación de que la vida transcurría fuera de mí no era nueva. Me sentía anclada en algún lugar mirándola como si se tratara de una película. Tenía la sensación de que la vida estaba en otra parte.”

La novela de Zgustova también contiene una excursión a la niñez de la protagonista. Con el paso de los años, madre e hija rehicieron sus vidas en lugares distintos. Milena, la narradora, asevera que “Jana [su madre] expresaba su desesperación; ella, que por amor a su marido había planeado y preparado paso a paso y concienzudamente el exilio, no sabía qué más hacer. Ella, que cuando yo era pequeña había pasado días y semanas en consultas médicas y en clínicas psiquiátricas y nuestro exilio era la obra de su vida, necesitaba comprensión.”

La escritora plantea que Jana “tenía unas experiencias traumáticas y devastadoras de su infancia. Por supuesto, el rechazo de su madre, pero también tienes que pensar en todo lo que pasaba a su alrededor: la guerra, el nazismo, el comunismo, el exilio”.

Monika Zgustova afirma: “Un emigrante está en casa en cualquier lugar del mundo. O al contrario, no lo está en ninguna parte.” Pienso que los escritores y las escritoras –en el exilio, en la bruma de las circunstancias– consideran que la lengua constituye una especie de hogar.

 

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