Cinexcusas
- Luis Tovar | @luistovars - Sunday, 18 Feb 2024 12:57
Hace poco menos de dos décadas, en 2005, la narradora bonaerense Claudia Piñeiro obtuvo el Premio Clarín de novela, uno de los trofeos literarios argentinos más buscados, por Las viudas de los jueves. Un par de años más tarde la misma editorial transnacional que desde entonces la acogió en su catálogo publicó Elena sabe, otra novela que, con la antedicha, las previas y las posteriores de Piñeiro, comparte entre otras la característica de abordar, desde diversos flancos, la condición femenina contemporánea.
Dieciséis años después de publicada la novela, un crew preponderantemente femenino encabezado por la productora y realizadora Anahí Berneri, también argentina, ha puesto en cine Elena sabe, con un reparto encabezado por la muy solvente actriz Mercedes Morán, en compañía de Érica Rivas. No es indiferente el rasgo: salvo la fotografía, todas las funciones esenciales para la realización del filme fueron ejecutadas por mujeres.
La resistencia femenina
Mercedes Morán y su capacidad impresionante para transformarse y transmitir emociones y matices le dan vida a Elena, mujer que al aproximarse a las siete décadas de vida se resiste como puede a la periclitación impuesta por la edad o, mejor dicho, por los muchos años previos trabajando sin descanso, haciéndose cargo ella sola de su propia subsistencia y la de Rita (Érica Rivas sin desmerecer ni un solo segundo), hija única que, a sus cuarenta y tantos, no ha dejado la casa familiar aunque oportunidad no le ha faltado. La condición de Elena, combatida a fuerza de carácter y dureza emanadas de la necesidad, es agravada por un Parkinson atípico que la somete cada día a la vejación de que la ayude todo mundo hasta en lo más básico; no tiene más remedio pues sus piernas, sus brazos y su espalda no responden como otrora, pero Elena se resiste a no ser ella misma o, al menos, la que recuerda que era. Berneri, la realizadora, contrapuntea presente y pasado de la vida familiar de madre e hija mostrando diferencias y constantes, así como un evento que, sin saberlo ellas, resultaría capital para su futuro: siendo Rita adolescente, una compañera de la escuela acude en busca de ayuda cuando quiere abortar, pero el modo de pensar de Rita, que sin reconocerlo es más cercano al de su madre de lo que quisiera, la lleva a traicionar a su amiga, de modo que ésta será madre a la fuerza.
El punto de vista narrativo elegido por Berneri, con la resistente y al mismo tiempo agridulce Elena al centro, necesariamente conduce a la empatía con ella; empero, con los matices de egoísmo, de ceguera o de crueldad involuntaria en la conducta de la madre, que la realizadora disemina a lo largo del pietaje, a la vez que va contra el mito de la maternidad incuestionable humaniza al personaje; como cualquier otra persona, Elena tiene fallas, se aferra a su versión del mundo, escucha poco o nada otras opiniones, incluida la que todos tienen respecto de la muerte súbita de su hija: para Elena, Rita no se suicidó sino que la mataron. El argumento principal que opone a la tesis del suicidio es que en la noche fatal llovía muy fuerte y Rita, desde niña temerosa de los truenos y relámpagos, habría sido incapaz de caminar hasta la iglesia, subir al campanario y colgarse.
En Elena sabe todo lo resuelven ellas; las figuras masculinas se limitan a participar de manera marginal, ya sea el cura de la iglesia sobre el cual Elena se muestra suspicaz desde que su hija era adolescente, el policía mal dispuesto a colaborar con ella en una indagación criminal innecesaria, o el novio de Rita, que a lo largo de los años no tuvo los arrestos de carácter para separar a la hija de la madre y vivir ellos su propia vida. Un mundo de mujeres obligado por ausencia, indiferencia o debilidad, es el que trata de enderezar Elena, pero torcida ella misma tanto en lo físico como en su visión de dicho mundo si bien, como le sucede con el Parkinson, no tiene otro remedio: toda la vida ha estado sola y, lo que le reste, seguirá renuente a aceptar la razón de que su hija se haya suicidado.