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- José Rivera Guadarrama - Sunday, 18 Feb 2024 12:43 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
El art toy, entre el arte y el negocio

 

Un art toy es un juguete que puede ser intervenido por artistas plásticos, diseñadores o grafiteros, que plasman alguna característica distintiva para que, además, se vuelvan coleccionables. Son producidos en edición limitada y pueden estar hechos de diferentes materiales. El art toy forma parte del arte pop y es una de las actividades artísticas más contemporáneas. Recuerda el día en que Claes Oldenburg presentó, como obra de arte en una exposición, una hamburguesa gigantesca, poniendo en entredicho si la intención es criticar el consumismo o si su objetivo es fomentarlo. Las fronteras entre crítica y aceptación se difuminan.

El cubismo partía de la base de que la imitación artística era una cualidad inferior. “El único error posible en arte es la imitación”, consideraban aquellos artistas a finales de 1912, sobre todo en el texto Du cubisme. La creación o actividad artística era entendida como un proceso de alejamiento de lo natural y de una aproximación a realizaciones de tipo más intelectivo, en el convencimiento de que alejarse de la naturaleza significaba acercarse al arte. Por el contrario, el art toy prioriza la reproducción de objetos, sin importar que su tiraje sea limitado, exaltando anécdotas más o menos atractivas de la realidad circundante. Se aleja cada vez más del arte previo, de las ilusiones ópticas y de las proporciones locales para explicar el paso de los objetos esenciales a las formas plásticas más concretas.

Con su producción y reproducción, podría incluso considerarse que ya no se busca esa especie de eternidad producida mediante la gran obra, única e indivisible, destinada a conservar su aura. Podría decirse que es más bien una postura alejada de la magnificencia del arte. Una actividad efímera y aparente, si se quiere. Pero también es cierto que esta reproducción mecánica, con el objetivo de vender la mayor cantidad de piezas, las hace derivar a objetos de ornato, decorativos, que rellenan espacios frenéticos de nuestra agitada actividad reproductiva, los cuales se intenta llenar.

Se considera que las primeras producciones de art toy se remontan a mediados de la década de los años noventa, en Hong Kong, cuando los artistas visuales Michael Lau y Eric So emplearon el vinilo para crear versiones limitadas de juguetes coleccionables, dirigidos sobre todo a compradores adultos. Con el paso de los años han surgido variantes en cuanto a su forma de creación, dando origen al art toy (juguete artístico), designer toy (juguete de diseñador), vinyl toy (juguete de vinil), o juguete de autor.

No se trata de un movimiento o conglomerado de productores de art toy que defiendan o teoricen; obedecen a la producción y reproducción mercantil y se enfocan sobre todo a lo coleccionable o decorativo.

Su rápida aceptación lo ha hecho extenderse por otros países, variando en tamaños, formas, materiales, colores y tendencias, como los custom toys (figuras personalizadas). La mayoría de las veces, estas modificaciones se realizan retomando personajes de cómic, del cine, de novelas gráficas, de personajes históricos, que son de dominio popular. También es aprovechado por algunas compañías trasnacionales, al hacer uso de tendencias urbanas como la moda, el diseño, el arte pop y la música, mediante colaboraciones con artistas para la producción de juguetes de ediciones limitadas que aludan a sus productos.

En México también hay creadores de art toy; algunos reproducen aspectos prehispánicos, mitos o personajes históricos. Entre ellos están Miguel Basurto, enfocado en el diseño de ajolotes; otro es Mr. Mitote, quien plasma elementos de la estética punk; además de Joe Chip, entre otros. Esta actividad es una forma expresiva de gran alcance.

 

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