'Imágenes brillantes': la poesía de Lu Menezes

- - Sunday, 24 Mar 2024 10:31 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Lu Menezes nació en São Luís de Maranhão, en 1948, y creció en Río de Janeiro, donde vive actualmente. De los trece a los veintitrés años vivió en Brasilia, en cuya universidad se graduó como socióloga. Se doctoró en Literatura Comparada en la Universidad Estatal de Rio de Janeiro y trabajó como investigadora en el Archivo Nacional (1981-1992). Ha publicado los libros de poesía ‘O amor é tão esguio’ (1979/80), ‘Abre-te, rosebud!’ (1996), ‘Onde o céu descasca’ (2011), ‘Gabinete de curiosidades’ (con Augusto Massi, 2016), ‘Querida holandesa de Vermeer’ (2020) y ‘Labor de sondar. Poesia reunida’ [1977-2022] (2022). También ha escrito ensayos sobre poetas y artistas como Francisco Alvim y Cildo Meireles.

 

La poesía de Lu Menezes está poblada de imágenes brillantes y cuidadas asociaciones, cuyo desarrollo se podrá apreciar en poemas como “Papeles de la plata” y “Puente suspendido”. Posee una dicción compleja que invita a la relectura, donde los significados se adensan, como sucede en “Tinta del cielo” y “Brillo de almas”. Por otra parte, “Instante” y “Como casa japonesa” remiten a reflexiones de corte metafísico. Esperamos que el lector disfrute del territorio poético que plantea esta breve muestra, tomada de Labor de sondar. Poesia reunida [1977-2022] (2022).

 

Interpretando un sueño

 

Contemplábamos

una cortina azul celeste

cuando teatralmente se abría

como si nuestra mirada la moviera

y sin embargo nada mostrara.

 

Sí, la interpretación de los sueños

cayó en desuso, y se ignora aún

contra la levedad de la telaraña onírica

qué peso el abuso de somníferos tendría

 

Pero siendo el sueño un señor arácnido

bricoleur fingidor de imprevistos

materiales imagísticos, me acordé

que el mismo tono de azul estaba

 

tanto en el edredón

del centro de fisioterapia donde me trato

ingrata tendinitis de rodilla,

como en el impermeable que es mi

única prenda de alta costura.

 

El sueño sumario

insinuaría, entonces, ser el Tiempo –teatro.

¿Y ante la alerta de su telón

ya en tercer acto sólo nos queda

con elegancia “representar”?

 

No sé, no sé, tal vez.

Cualquier sueño, una vez interpretado,

acaba, al final, deslizándose con certeza

en una abismal incerteza.

 

 

Tinta del cielo

 

Cada vez que un señor feudal

–disfrazando la blasfemia a petición de la Iglesia–

gritaba Par le sang bleu! en lugar

de Par le sang de Dieu!

 

en los oídos de los siervos

el Verbo

color se hacía

Teñíase de azul la sangre señoril

 

Atrás

del biombo bleu, divino desde el más

remoto amanecer, el azul, sangre de Dios,

en sangre noble así se convirtió

 

Plebeyo o noble, bastardo

en el unicel de una caja de huevos,

legítimo en toda especie de flor,

toda suerte de azul

del cielo desciende

 

Nómada, artesano de la Distancia,

diluidor de montañas

o sedentario, aislado en los ojos de un pescador,

con su fiel frescor, el azul – globe-trotter mayor –

errando más allá de los aires

en lagos, mares, ríos de la Tierra y de la sangre,

tinta del cielo aún es.

 

 

Entre panes de azúcar

 

Una vez decantado

llamábase “pan de azúcar”

el terrón de cristales concentrados

en molde cónico de barro

Pasó al cerro

el nombre

–puente–

de pan a Pan

erguido por los golosos

largos dedos de los ojos

 

Salado, granítico,

el grande

se mantiene tan bonito que resiste

al tedio turístico-postal

Casi extinto, el pequeño

pan de azúcar colonial

sólo en el Norte de África

–alfarería inmensa–

todavía se produce

en molde de cónica cerámica

y se vende

envuelto en papel

azul, ceniciento o pardo

en el aire ocre arcilloso

de las mercerías afro-orientales

 

 

Papeles de la plata

(A Hileana y a Mario Carneiro in memoriam)

 

Calle de fotografía blanco y negro antigua

en playa de luz convertida

por la migración de la plata a la superficie del papel

 

como si la naturaleza fotoquímica

a lo largo del tiempo forjase

una copia aún más fiel del esplendor local un día

 

Como si con tal fenómeno

la plata declarase

ser extenso su espejo...

 

y en la calle de esta foto se mirase

el rostro manifiesto

de una carretera de plata que lo Real atraviesa

 

 

Brillo de almas

 

Alma, obsoleta

medida demográfica vigente

en las poblaciones brasileñas de otrora…

hoy sobreviviente

cuando anochece, cuando se encienden

las lámparas de las casas

y se reaniman las pequeñas ciudades

repobladas

de almas que a lo lejos –a lo ancho de la carretera lucen.

No lucen

en la mondrianesca cuadriculecencia de la urbe,

en el boogie-woogie nocturno tan bello de la urbe

o en cualquier refulgente

favela en ella incrustada.

 

Demasiada gente

apaga la lámpara del alma

–alrededor

ella requiere

vacío que reencienda

su aura– eléctrica en la era

de reproductibilidad electrónica.

 

Llama para la cual

es clara condición

la soledad

se llama alma.

 

 

Ornitomancia

(a mis padres, in memoriam)

 

Ella no sabía de la ornitomancia,

“adivinación por el vuelo o el canto de las aves”,

cuando se preguntó

 

–¿Será suyo

ese canto colorido que resuena prolongado y libre

como liberado de largas penas?

 

–¿Será él

ese pájaro escondido?

 

Su madre

ahora llora cuando ve

alas de gallina en la cazuela:

“Era la parte que más le gustaba”

 

Hija mayor, trinante y ornitomante,

anuncia que el padre, con su espíritu de pájaro,

voló hacia no muy lejos…

de la gran jaula de días, noches y penas.

 

 

Puente suspendido

 

Mujer tensa

que piensa mientras se peina

en cómo desenredar su vida

 

Puente colgante

entre cabello y mente

entre

nudos amotinados

e inevitable naufragio

 

el peine

 

cede al llamado del ángel coiffeur

cede su turno

a una tijera

 

que corta pensamiento falaz

delegando al espejo

reflejar

un fleco rojo

demasiado corto

 

Como casa japonesa

 

–Alma–

como casa japonesa

leve seas

 

Pueda en torno a ti

–a cada instante, a cada gesto–

haber

no falta ingrata, mas vacío tutelar

con valor similar

al que está alrededor

de las cosas en el país

“del sol naciente”

 

Pueda en torno a ti

prosperar

como sol naciente

el vacío

como elogio

al puro acto

de estar en el espacio,

ser, existir, respirar

 

Y cuerpo –quien me diera–

alimentando el esprit de finesse de un gastrónomo delgado

nutrieras tal vacío;

quien me diera en alta –el alma– y así la dejaras.

 

 

 

Lengua

 

Lodo seco chasquea bajo los pies

de un pueblo del desierto que habla

una lengua que chasquea

 

Se afina

albísima arena silbando

finísimo

a cada paso

nuestro

su sonido de seda

 

Mas allá

de humana habla,

desde muy lejos

la lengua también

suela del pie

es

 

 

Instante

 

Instante gigante,

instante espacio del instante

donde ilocalizable fuente ofrece

rara agua errante

tan rala que el corazón

bebe a gatas

desnudo como un caballo

 

 

 

Versiones de Rodolfo Mata y Marco Antonio Campos.

 

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