Cartas desde Alemania

- Ricardo Bada - Sunday, 31 Mar 2024 15:08 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
El cine de animación

 

En mi Carta anterior, y por dedicarle la mayor atención al centenario del primer corto de los Estudios Disney, me dejé en el tintero (virtual) una referencia a la historia del cine de animación, que no lo inventa ni descubre Walt Disney.

En la fabulosa obra Arqueología del Cine, de C.W. Ceram (que sólo se encuentra en librerías de viejo; yo tengo un ejemplar que guardo como oro en paño), se recogen todos los testimonios visuales que dieron como producto final el cine, tal y como hoy lo conocemos.

Parece haber consenso poco menos que universal en que el lejano ancestro del cine es el fotógrafo inglés Eadweard Muybridge (1830-1904), quien en los años setenta del siglo XIX realizó en California un experimento fotográfico en forma secuencial, recogiendo en él un caballo al galope. Así pues Race Horse es el principio del desarrollo que culminaría en el cine, y fue consecuencia de una apuesta: dos potentados californianos sostenían un duelo verbal acerca de si, durante una carrera, había o no un instante en que las cuatro patas del caballo estaban en el aire. Para documentarlo era necesario un gran fotógrafo y eligieron a Muybridge, ya famoso allí gracias a sus fotos del parque nacional Yosemite y de San Francisco. Fueron tres los experimentos de Muybridge entre 1872 y 1878. Cito de Wikipedia: “El resultado fue una secuencia de 12 fotografías que se realizó aproximadamente en medio segundo [y] la serie de fotografías mostraba claramente todos los movimientos de una yegua de carreras de Kentucky llamada Sally Gardner.” En efecto, quedó demostrado que hay varios instantes en que las cuatro patas de Sally Gardner están en el aire.

Diecisiete años más tarde, los hermanos Lumière presentaron su primer filme, que es en realidad una película semidocumental titulada Salida de los obreros de la fábrica Lumière, de la que realizaron tres versiones antes de proyectarla en la primera sesión pública, el 28/XII/1895 en el conocido Salón Indio del Gran Café de París. Ello inspiró a Georges Méliès para establecer un hito en la animación: en El viaje a la Luna (1902), un cohete tripulado por seres humanos vuela hasta el ojo de la Luna, que a su vez tiene un rostro humano. Quizá sea éste el verdadero nacimiento del cine, pero uno protagonizado por seres humanos.

Los hermanos Fleischer (fundadores en Nueva York, 1921, de los estudios homónimos) fueron los primeros competidores de Disney. Sus personajes, como Betty Boop, Popeye y luego Superman, siguen siendo conocidos hoy en día, sobre todo como una alternativa humorística atrevida y a menudo picante a la competencia: hay quienes opinan que una primera versión de 7’ de Blancanieves (1933, dirigida por Dave Fleischer) con Betty Boop, parece una parodia lasciva del posterior largometraje de Disney. el cual, como se sabe, le hizo ganar a Disney en 1939 su segundo Oscar (el primero fue en 1932 por su creación del ratón Mickey), reconociéndolo “como una importante innovación en la pantalla que ha encantado a millones de personas y es pionera en un nuevo gran campo del entretenimiento: una estatuilla y siete estatuillas en miniatura)”.

No quiero cerrar mi Carta sin dedicarle unas palabras a la pionera alemana Lotte Reiniger, quien realizó en 1926 Las aventuras del príncipe Achmed, el primer largometraje cien por ciento animado. Su película, de la que poseo un DVD, es una maravilla contando un pastiche de varias historias como de Las mil y una noches… pero en siluetas recortadas de papel, no en dibujos. Reiniger se anticipó en una década tanto a Walt Disney –once años antes de su Blancanieves–como a Ub Iwerks (el diseñador de la figura del ratón Mickey), utilizando en ciertos momentos la cámara multiplano con la que se consigue un efecto 3D. A todos estos pioneros les debemos que en el crucial año 1968, George Dunnig filmara el que es para mí el mejor filme de dibujos animados que conozco, surrealista a carta cabal, protagonizado por The Beatles y que se titula Yellow Subamrine.

 

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