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- José Rivera Guadarrama - Sunday, 14 Apr 2024 10:22 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
La profecía de los artistas Nabis

 

A pesar de que la integración del grupo conocido como los artistas Nabis fue de corta duración, sus integrantes conjuntaron prácticas que derivaron en la armonización de propuestas y estilos que influirían en las corrientes estéticas de finales del siglo XIX y principios del XX, diversificando de esta manera las tendencias
y preocupaciones estilísticas de esas generaciones de artistas.

Fue el poeta simbolista Henri Cazalis quien nombró a ese grupo bajo el concepto “nabis”, término derivado de la palabra hebrea y árabe nabi, que significa “profeta”, al observar la naturaleza devota y casi espiritual que prevalecía en esa hermandad artística.

Dicho grupo de artistas postimpresionistas surgió en 1888 y se disolvió a los pocos años, hacia 1900. El objetivo de aquellos jóvenes creadores era la búsqueda constante de una revitalización de la pintura, anteponiendo las formas y los colores como un medio de expresión individual y sin intermediarios.

El grupo se reunió entorno a Paul Sérusier, joven artista y estudiante que durante aquellos años vivía en París y tomaba clases en la Académie Julian, una escuela de arte privada en la que conoció a Paul Gauguin, quien ejercería una influencia importante en la concepción estilística de los Nabis.

Se cuenta que, durante sus largas pláticas, en una ocasión Gauguin le sugirió a Sérusier pintar lo que veía, es decir, que trasladara esa emoción que le producía todo lo que contemplaba en su cotidianidad, pero que no intentara reproducirla como era en la realidad. Sérusier se puso a pintar y así logró completar El talismán, el cuadro más representativo e inaugural de los Nabis, ya conformados como grupo. Esta pieza representa la idea central del movimiento artístico; es una composición que representa un bosque, un paisaje sin forma, sintético, de colores puros, basado en las sensaciones de libertad creativa, sin adherirse a algún otro estilo específico. La búsqueda estética que los caracterizaría estaba unida por el objetivo compartido de evocar emociones en lugar de replicar formas y figuras de la vida real. Otra particularidad clave de los Nabis es que produjeron cuadros con deliberadas formas planas.

Los pintores más representativos de este grupo incluyen a Paul Sérusier, Pierre Bonnard, Maurice Denis, Paul Ranson, Ker-Xavier Roussel, Felix Vallotton y Édouard Vuillard. Juntos, durante el tiempo que duró esta congregación, experimentaron con las posibilidades de las artes plásticas, articulando el color y sensibilidad en sus proyectos.

El historiador del arte español Francisco Calvo Serraller realizó una enumeración de elementos específicos de este movimiento artístico, destacando que estos pintores eran partidarios de las ideas y obras del simbolismo. Además, continúa Serraller, es notorio que estudiaron con atención las estampas japonesas que apasionaban a los artistas occidentales desde el impresionismo, cautivados sobre todo por su increíble forma de narración visual muy aplanada. Otra característica es que estaban interesados por retomar el arte cotidiano, lo que les permitió realizar muchas decoraciones, interesándose también por el diseño de algunos tipos de muebles. También realizaron papel tapiz, cerámica y vitrales.

Los pintores Nabis no buscaban imitar del todo a la naturaleza; querían dotar de mayor dinamismo sus creaciones mediante la expresión e incorporación de sentimientos, transmitir estados de ánimo y formas de sentir, colocando dichos elementos en la base fundamental de la representación.

A pesar de que el movimiento Nabi fue breve y no se extendió al resto de Europa ni del mundo, sí preparó el terreno para el desarrollo posterior del arte abstracto. La primera exposición realizada como grupo fue en 1891; además de Bonnard participaron Sérusier, Maurice Denis, Paul Ranson, Henri-Gabriel Ibels, Ker-Xavier Roussel y Édouard Vuillard.

 

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