La flor de la palabra

- Irma Pineda Santiago - Sunday, 14 Apr 2024 10:19 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Las otras formas del amor

 

“Seguimos buscando el amor aun cuando todo parezca perdido”, aparece en la fotografía de un graffiti que bell hooks cuelga en la pared de su cocina. Esto lo narra ella en su texto “Amor: estado de gracia”, donde habla también de su preocupación por el miedo que los jóvenes actuales tienen de este sentimiento, o de nunca encontrarlo, lo cual me hace pensar que quizás el problema es que hemos naturalizado muestras de afecto que nos han vendido desde las versiones románticas con que nos saturan los medios de comunicación y no aprendemos a leer los otros lenguajes del corazón. La imagen de la autora reflexionando acerca del amor desde la cocina, me llevó a recordar que es precisamente en ese espacio donde más se expresan las formas del amor en muchas familias y comunidades indígenas.

Pero algunos investigadores asumen, al vernos en la cocina, que las mujeres indígenas estamos en una posición subordinada, ejerciendo “la amorosa obligación casera”, sin comprender que cocinar para nuestros seres queridos es uno de los regalos más preciados que podemos hacer, no sólo como muestra de afecto, sino como importante acto de resistencia, al conservar la memoria de nuestras ancestras cifrada en las recetas más sencillas o complejas, desde un humilde caldo de frijoles con hierba santa o una compleja variedad de moles de todos los colores, que requieren una enorme lista de ingredientes, condimentos, diferentes tipos de chiles, chocolates, panes y variados procesos.

Conversando con amigas de distintas culturas originarias, coincidimos en que en nuestras familias el amor rara vez es verbalizado, mas siempre hemos sabido que la gente de casa
y del pueblo nos aman, nos quieren, porque lo expresan a través del cuidado, la protección, los consejos para vivir bien, las enseñanzas para cuidar el entorno o para reconocer las estrellas, los cuentos y leyendas que narran los abuelos, el canto de los animales que nos enseñan a identificar desde la infancia, los recordatorios de que la tierra es la madre que nos alimenta y que, por lo tanto, también requiere cariño y atención.

A través de estas acciones, nuestra ascendencia nos habla de las otras formas de amor, principalmente desde de la cocina, donde las madres y abuelas, con una sencilla sopa, un caldo de guías de calabaza o una ensalada de nopales, nos dicen: “Bienvenida a casa, te queremos, qué bueno que volviste bien”, o mediante un sofisticado mole de guajolote, de cadera de chivo, un chileajo, una barbacoa de res o de borrego, que se comparte con la comunidad, nos felicitan y muestran su amor y orgullo por el cumpleaños, la graduación, la boda, la primera casa o la mayordomía.

Hoy más que nunca es urgente deshacernos de la idea de que para mostrar que alguien nos importa debemos gastar mucho dinero en regalos ostentosos, a veces inútiles. Es necesario aprender a leer esas otras formas de amor, esos otros lenguajes con los que, en los pueblos, hablamos del cariño, de los afectos. Por ejemplo, es tradición en varias comunidades que, cuando se logra levantar la primera cosecha, la familia prepara un delicioso atole de elote que se obsequia a vecinos, familiares y amigos, como una forma de agradecer el alimento, de expresar el cariño por las otras personas del entorno y, sobre todo, de fortalecer los lazos afectivos entre los miembros de la comunidad, lo que permite la reciprocidad y el cuidado mutuo que se expresan en momentos importantes, como el nacimiento de un nuevo ser o en los días difíciles de enfermedades, desgracias y muerte que requieren el amor comunitario. En este sentido, cuando la desesperanza se asoma, vale la pena volver al idioma revolucionario, el que hace que los pueblos se muevan, que puedan tejer redes fuertes, capaces de sostener a un individuo, a una familia y a la comunidad entera; necesitamos con urgencia reconocer las otras formas del amor, para sostener la esperanza y construir otros futuros posibles l

 

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