La otra escena

- Miguel Ángel Quemain | [email protected] - Sunday, 12 May 2024 19:38 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Breve apunte sobre el teatro infantil actual

 

Salvador, dirigida por Lourdes Pérez Gay en la Titería, con funciones vespertinas, en una abierta transición a la ausencia luminosa de Lucio Espíndola, es un pretexto para revisar lo que sucede en el teatro infantil mexicano. Es un sobrevuelo que irá limando sus omisiones, sobre todo las que tienen que ver con el enorme esfuerzo que se hace en el interior del país para ofrecer un teatro de calidad y sobrevivir en esa aventura escénica que generalmente se enfila con la ambición de cumplir con la teatralidad que implica: maquillaje, vestuario, escenografía, música, si es en vivo mejor, sonorización, iluminación (como se pueda).

La condición de la puesta en escena del teatro infantil tiene como signo de identidad la trashumancia, el nomadismo estructural y estructurante, que convierte todo el esfuerzo en un gran pujido portátil para cargar, llevar y hacer caber lo más posible en la cajuela que se extiende en todos los espacios rellenables del coche.

La estabilidad de una compañía permite tener materiales bien conservados que puedan reciclarse y trabajos al modo de un taller como el que han logrado algunas compañías, justo como Marionetas de la Esquina, que tiene un conjunto deslumbrante de artistas plásticos, desde la iluminación (Gabriel Pascal) hasta la factura de títeres (Emiliano Leyva y Humberto Camacho).

Me detengo en primer lugar en este espacio fundado en 2014, con su sede en el centro de Coyoacán (Vicente Guerrero 7), porque de ahí parte mi mirada que intenta lograr los 360 grados de visión y pensar en los antecedentes de un teatro que tiene protagonistas extraordinarios, algunos que se han extinguido, agónicos, por la precariedad en la que realizan su trabajo y la inexperiencia de las instituciones para apoyar donde más se requiere.

Abro un paréntesis para señalar que las instituciones no han podido invertir en la estabilidad de las compañías sin techo. El apoyo, que lo hay y se va como agua entre los dedos, se ha limitado al cada vez menos arbitrario ejercicio de comprar funciones, pagar ensayos, intentar coproducir y tratar de apoyar con la difusión de los montajes.

El esfuerzo de José Antonio Zúñiga pasará a la historia de nuestro teatro por su voluntad de acabar con las desigualdades a la hora de los repartos. Sé que es polémica la referencia a Zúñiga en un medio en el que todos se sienten absolutamente prioritarios y muchos artistas gozan de un derecho de picaporte equivalente a: “¿Dónde está el gerente? ¡Quiero hablar con el gerente!”

El Circuito Nacional de Artes Escénicas en Espacios Independientes, que empujó Zúñiga, ha demostrado que su visión del interior del país no es una retórica, ni una propaganda institucional hueca; incluye un numeroso repertorio de teatro infantil que muy difícilmente podría tener esa visibilidad.

Pero antes de una valoración de conjunto, quisiera advertir que ya los resultados de la convocatoria para establecer la programación de 2024 se hacen visibles con los estrenos de Kankani Ok, la aventura de soñar (sábados y domingos hasta el 26 de mayo) de la compañía teatral
La Trouppe y Badulake Teatro; La leyenda de pie sucio en la composición y autoría de Toño Canica, y el estreno, este fin de semana y hasta junio, de Jacinto y Nicolasa de Camila Villegas, con la dirección de Alberto Lomnitz. Un trabajo para adolescentes a partir de diecisiete años, en funciones vespertinas de sábado y domingo.

En la convocatoria 2024 no sólo es el rigor artístico lo que va por delante, sino un hilo fino y firme en el aspecto ético, congruente con el pensamiento de la compañía que no tiene una doble cara: una que da a la opinión pública y otra voraz hacia sus compañeros, por ejemplo en materia de coproducción y/o en los casos en que cuenten con apoyos externos. La convocatoria es un pequeño manual de gestión que deberían atender las compañías debutantes. Una propuesta mucho más allá del entretenimiento.

 

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