Primera salutación del optimista
- José María Espinasa - Sunday, 19 May 2024 11:18



Para Ana María
La sonrisa de tu rostro me ilumina,
amanece en tus ojos mi día
y crece la luz desde tu rostro,
libélula tornasol que gira
alrededor del sol de tu nombre,
mariposa que agita sus alas
para llamar la atención de tus labios
y oírlos pronunciar el saludo ritual
con que convocas a vivir las noticias
que el amanecer trae cada mañana
en la luz que sube desde tu cuerpo.
Los pájaros saludan el despertar
y hasta las cosas se desperezan
de su sueño.
Vienes de la noche y eres pura luz
en el despertar de los sentidos,
duermes insomne el sueño de dos.
De qué color es el canto de un pájaro
de qué música surge el vuelo de las hojas.
No quieres respuestas, sólo preguntas
que se vuelvan afirmaciones del deseo.
¿Cómo sales de la noche así, toda luz?
Extiendes la mano hacia mi rostro
en busca de un lugar en que se apoye
el nacimiento de la claridad.
No hay lugar más visible que tu rostro,
no hay lugar si no lo miras,
no hay otro cuerpo si no lo tocas,
solo en ti el destino nace libre y sin objeto,
destino sin blanco, luz que se nos va entre las manos,
que se escurre como agua entre los dedos
que fluye desde la fuente de tus ojos.
¿Cuál es el color del amanecer,
cuál su música callada
que no quiere despertarse
y estalla en una algarabía de pájaros?
Son, dices, sombras de los ángeles
que poblaron tu sueño,
que velaron tu reposo.
Antes de que abras los ojos
alcanzo a ver
las sombras de los tuyos,
Plenitud de un instante asombrado
y al otro el desconcierto de no verlas.
La ceguera que me aqueja
se desvanece con tu voz,
despierto a tu despertar,
atento a él lo espero
aprendiendo lo que es la espera.