Gabriel García Márquez en su laberinto (de Macondo a Austin, Texas)

- Sanjuana Martínez - Sunday, 02 Jun 2024 10:21 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Este texto presenta, celebra y comenta el archivo de Gabriel García Márquez (1927-2014) que el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas adquirió de sus herederos para su estudio, resguardo y difusión. Se trata de ochenta cajas, sesenta y siete discos de computadora, cuarenta y tres álbumes de fotografías con mil 482 imágenes digitales y veintidós libros de recortes, que documentan la vida del gran escritor latinoamericano universal.

 

Austin, Texas. Por estos pasillos, el coronel Aureliano Buendía se ha encontrado con su madre Úrusla Iguarán y aunque la exuberancia de Macondo contrasta con el escenario de abigarradas estanterías con cajas, carpetas y libros, por aquí se pasea María del Rosario Castañeda y Montero, mejor conocida como la Mamá Grande; mientras Florentino Ariza busca a Fermina Daza en un arrebato de pasión y Sierva María de todos los Ángeles tropieza con la determinante Nena Daconte y se cruza con la casi desconocida Ana Magdalena Bach.

Los personajes de las novelas y cuentos del escritor colombiano deambulan en el segundo piso del Harry Ransom Center de la Universidad de Texas de esta ciudad, donde se han depositado ochenta cajas de sus documentos y sesenta y siete discos de computadora con sus manuscritos, borradores originales de sus obras publicadas e inéditas, correspondencia recibida y enviada, cuarenta y tres álbumes de fotografías con mil 482 imágenes digitales y veintidós libros de recortes.

Hay decenas de guiones de cine de él y sus alumnos, material impreso, ephemera y una grabación de audio de su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura en 1982. También están sus escritos de teatro, discursos, recortes, declaraciones, artículos, ensayos, crónicas, prólogos e introducciones, agendas personales, su diploma de bachiller, su pasaporte de soltero, casetes de audio inéditos, videos, premios, contratos, facturas, sus dos máquinas de escribir Smith Corona y las distintas ediciones de sus libros en varios idiomas.

La intensa vida de Gabo, sus relaciones con escritores, actores políticos de México, América Latina y Estados Unidos; sus vínculos de amistad y amor, han quedado confinados en esta gran sala de lectura con ocho mesas dobles y treinta y dos sillas que reciben a estudiosos, académicos, curiosos, periodistas, amigos y profesionales interesados en su extensa obra.

Harry Ransom Center compró la colección de sus documentos en 2014 a los herederos del escritor colombiano radicado en México, por 2.2 millones de dólares. De ese material, que abarca cincuenta años de su vida, el centro ha digitalizado 27 mil 500 documentos, gracias a la subvención del Council on Library and Infomation Resources.

“Como biblioteca de investigación y museo, el Centro Ransom adquiere colecciones como ésta por la información que la colección puede brindar sobre el proceso creativo de uno de nuestros mejores escritores. El archivo nunca será vendido y por ello deja de tener valor monetario”, dice en entrevista con La Jornada el director del centro Stephen Enniss.

El busto en bronce del escritor Premio Nobel de Literatura, realizado por Kate Murray, recibe al visitante. Para ingresar a este sacrosanto lugar se requiere permiso y cita previa. Prohibido entrar con plumas o lápices, sólo se permite el celular, una computadora y guantes de látex para ver y tocar las fotos originales; separadores de cartón para hojear los documentos, y todos los sentidos para oler y acariciar sus manuscritos llenos de anotaciones con pluma, marcador o lápiz.

La institución ofrece ahora becas de tres meses para todos aquellos interesados en sumergirse en las aguas profundas del apasionado océano de la vida y obra del escritor universal de la literatura latinoamericana: “A través de nuestro programa de becas, brindamos apoyo financiero a los académicos que requieren acceso a los documentos originales aquí en el Ransom Center”, comenta Ennis.

 

Cinco versiones, cinco razones

¿Por qué García Márquez no quiso publicar su novela En agosto nos vemos? La respuesta está aquí. La decisión fue de sus herederos, pero la razón por la que Gabo se negó a hacerlo se encuentra en estas cajas que contienen las cinco versiones de la novela con correcciones, tachaduras y comentarios a mano que el escritor hizo entre junio y julio de 2003.

“Este libro no sirve, hay que destruirlo”, fue su sentencia después de enviar una versión final en 2004 a su editora catalana Carmen Balcells. Sin embargo, sus hijos, Rodrigo y Gonzalo, decidieron aceptar la generosa oferta económica de la editorial Planeta y publicar la novela el pasado mes de marzo en cuarenta idiomas.

El recorrido de las cinco versiones de la novela ofrece los matices que finalmente convencieron al escritor para que no fuera publicada. Nunca se arrepintió. Fue una decisión que Gabo sostuvo durante diecisiete años, hasta su muerte el 17 de abril de 2014.

¿Cuál de las cinco versiones fue publicada? ¿Cuáles correcciones fueron respetadas? ¿El título fue elegido por Gabo? ¿Hay una mezcla de todas en el resultado final? ¿Cuántos personajes cambiaron? ¿Dónde decidieron que se desarrollara la historia? Finalmente, todas las respuestas están aquí.

Esta próspera institución cuenta además con un manuscrito de la Divina Comedia de Dante, las primeras ediciones de Copernicus, una copia completa de la Biblia de Gutenberg, primeros volúmenes de Shakespeare, los papeles del Watergate, más de trescientos manuscritos de la época medieval y archivos de James Joyce, Oscar Wilde, Virginia Woolf, J.M. Coetzee, David Foster Wallace, Dylan Thomas, Edgar Allan Poe, Robert Louis Stevenson, Elliott Erwitt, Mike Wallace, Henry James, John Keats, José Guadalupe Posada, Joseph Conrad, Lewis Carroll, Walt Whitman, Maximiliano “emperador” de México…

Enniss reconoce que hay un interés particular por los archivos de Gabo frente a todo su acervo: “El archivo de Gabriel García Márquez es uno de los fondos más solicitados año tras año.”

Entre el vasto archivo de estas colecciones, las cinco versiones de la novela póstuma de Gabo, a la que en algunos manuscritos llama “Agosto total”, ofrecen las claves de su quehacer literario. En los manuscritos es común leer sus anotaciones al margen con tinta roja o negra; las tachaduras en rojo, la eliminación de párrafos y páginas completas; la ida y vuelta de una a otra versión. Por ejemplo, escribe para completar el texto de la tercera versión: “Ir a carpeta versión 1, cap. 2, pag 4”.

Algunas páginas están escritas de manera accidentada, con minúsculas, mientras en otras hay secciones en mayúsculas, algo que seguramente para él tenía algún significado. Las correcciones incluyen páginas completas anuladas, tachadas; otras con grandes flechas en rojo.

Aparentemente, García Márquez termina los manuscritos de la novela no autorizada en julio de 2004, cuando escribe el final del capítulo 6 de la tercera versión: “No te asustes, le dijo. Ella lo entiende. Más aún, creo que es la única que ya lo había entendido desde que decidió que la enterraran en la isla.”

Sin embargo, en la quinta versión, escribe: “No
te preocupes, le dice, ella lo entiende. Y concluye. Se preguntó si no lo había pedido porque quizás había sufrido la misma desilusión que ella por su viaje a la isla. Más aún: es la única que lo había entendido desde que decidió que la enterraran en la isla.”

Para el director del centro, la novela póstuma de Gabo ha sido en los últimos meses uno de los materiales más solicitados: “La reciente publicación de En agosto nos vemos de García Márquez, aunque controvertida, también ha atraído a un número importante de lectores”.

Las cartas

La correspondencia de García Márquez esta guardada en 11.5 cajas con fechas que van desde 1961 a 2013, subdividida en correspondencia recibida y correspondencia enviada. Hay cartas, invitaciones, de recomendación y peticiones de autógrafos de lectores y admiradores. Y un gran intercambio entre el escritor y su editora catalana, Carmen Balcells.

Las cartas fueron divididas en grupos de relevancia posiblemente por su esposa Mercedes Barcha. Hay una sección de “personas muy importantes”, donde se encuentran las cartas y mensajes, algunos de ellos de puño y letra, de Kofi Annan, Emilio Azcárraga, Placido Arango, Belisario Betancour, Álvaro Uribe, Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero, Boutros Ghali, Francis Ford Coppola, Woody Allen, Akira Kurosawa, Julio Cortázar, Umberto Eco, Carlos Fuentes, Milan Kundera, Augusto Monterroso, Juan Rulfo, Pablo Neruda, José Donoso, Mario Benedetti, Graham Greene, Norman Mailer, Salman Rushdie, Yoko Ono, Joaquín Sabina, Wim Wenders, Robert Redford, Gregory Rabassa, Indira Gandhi, François y Danielle Mitterrand, George Papandreou, George Bush, Bill Clinton, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

La colección contiene un gran archivo fotográfico con amigos, conocidos notables, políticos, escritores, presidentes. Son quince cajas con cuatro disquetes de computadora. Ahí es posible hacer un recorrido de la vida de Gabo, desde sus fotos con pocos meses de nacido, hasta las imágenes de su Premio Nobel de Literatura y sus relaciones con actores políticos. Las fotos documentan la vida personal y profesional del escritor. Destacan tres fotos del escritor con Andrés Manuel López Obrador.

Entre la marea epistolar hay un gran número de documentos de la relación entre García Márquez y Fidel Castro por dos décadas, con un manuscrito de un discurso y tres artículos mecanografiados por el presidente cubano para su columna “Reflexiones del compañero Fidel”, uno de ellos titulado “El Descanso”, publicado en el periódico Granma, que data del 10 de julio 2008, con una foto de ambos en la portada. También hay una carta que Castro escribió al presidente estadunidense Franklin D. Roosevelt cuando tenía doce años.

A través de estas cartas es posible suponer que García Márquez intentó hacer un puente de comunicación entre Castro y Bill Clinton para tratar el largo embargo económico que Estados Unidos mantiene hoy en día contra Cuba.

El 22 de septiembre de 1994, Castro le escribe a Gabo: “Leí por cable internacional que usted se reunirá con Clinton el lunes y que uno de los temas a tratar sería Cuba. Sé que usted tiene mil y un temas de interés mexicano e incluso personal que tratar con Clinton. Pero cuánto me alegra esa posibilidad de contactar con él en este oportuno instante. Tengo la seguridad de que usted no olvidará nunca nuestras históricas comunicaciones en aquellos días dramáticos. Hablo de históricas conversaciones porque para Cuba y su futuro lo son. Igualmente, menciono la palabra dramáticos porque para Cuba y su futuro lo son. Igualmente, menciono la palabra dramáticos porque así lo fueron ya que en ese delicado y complejo enfrentamiento estaban en juego la existencia de nuestro país y tal vez la vida de no se sabe cuántos compatriotas nuestros decididos a defenderlo. No dejaría de ser tampoco muy elevado el costo de Estados Unidos, situados ante un posible problema insoluble a corto, mediano y largo plazos… ”

Ilusionado, Castro le escribe al escritor colombiano para señalarle que a través de su relación con Clinton se “abre una nueva página” para Cuba: “De usted depende mucho. Es necesario que ahora Clinton haga realidad sus palabras en relación con las medidas del 20 de agosto, en el plazo prometido y que ello no se dilate un día más y se incluyan todas y cada una de las medidas anunciadas ese día, ni una más ni una menos, tal como se expresaba claramente en el párrafo que eliminamos del comunicado de Nueva York, a solicitud de Clinton.”

El tercer involucrado en estos planes fue el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. En una carta del 18 de octubre de 1994 dirigida a Fidel Castro: “Haber llegado a un primer acuerdo sobre migración y haber comprometido Clinton acciones para noviembre y después (llegando a afirmar que en la relación bilateral Cuba-Estados Unidos todos los temas podrían tratarse) confirma la perspectiva positiva hacia adelante.”

En una carta fechada en Ciudad de México el 29 de enero de 1997, Gabo le escribe a Clinton: “Hace unos seis meses declaré en una revista norteamericana: si Clinton es reelegido será uno de los grandes presidentes de Estados Unidos. Esta carta es para enviarle mi congratulación cordial por su reelección, y para reiterarle el pronóstico. Créamelo: el único oficio que ansío es el de profeta.”

En la carpeta hay media docena de cartas firmas por Bill Clinton, entonces presidente de Estados Unidos, algunas de su puño y letra. En ellas le agradece haberle firmado su ejemplar de Cien años de soledad o lo felicita junto a Hillary Clinton por su cumpleaños, o bien le cuenta sus planes de programas culturales: “La necesidad de lugares comunes de aprendizaje ha aumentado sustancialmente y mi administración, a través de las agencias de información de los Estados Unidos, está trabajando para ampliar el acceso a los sistemas bibliotecarios en el hemisferio occidental”, escribió Clinton el 18 de julio de 1996 con papel membretado de la Casa Blanca.

Gabo le contesta el 28 de agosto de 1996: “Creo, en efecto que el mundo del Siglo XXI depende en esencia de lo que empecemos a hacer hoy mismo por la cultura, y sobre todo en su expresión básica: la educación.”

La posición política de García Márquez se muestra a través de sus cartas a políticos, como la que le envió a George Bush recién llegado al poder para interceder a favor de Nicaragua y señalar la política equivocada de su antecesor: “La paz debe conseguirse de manera urgente, fortaleciendo la vía de la negociación y el diálogo que establecen los Acuerdos de Esquipulas, suscritos por los Presidentes Centroamericanos, para que sean estos países los que resuelvan sus propios asuntos sin interferencias extrañas de ninguna parte. Creemos que este es el momento en que usted como nuevo gobernante de Estados Unidos, debe iniciar el diálogo directo con Nicaragua… Por otra parte, usted puede dar un paso trascendental al inaugurar su administración cumpliendo con el fallo de la Corte Internacional de Justicia que ordena cesar toda injerencia interna en los asuntos de Nicaragua.”

En la colección de imágenes están las fotos de Gabo con el Subcomandante Marcos, con quien tuvo un intercambio epistolar. Hay una carta enviada el 21 de julio de 1994 por el Ejército Zapatista de Liberación, invitándolo a la convención y advirtiéndole de un posible fraude electoral: “Como nos lo han mostrado los indigenas chiapanecos desde el principio del año, en nuestras manos está evitar que siga prevaleciendo un sistema presidencialista autoritario erigido sobre las bases de un partido de Estado.”

Sus cartas también ofrecen aspectos de su vida doméstica. La misiva que le escribe a Moisés el 1 de abril de 1988 en Ciudad de México, para arreglar sus problemas con el aire acondicionado, exhibe el lado más cotidiano del escritor: “En junio, cuando vuelva, estará el calor en su apogeo y lo menos que puedo desear es un sitio confortable para escribir. Te ruego pensar en mí. La primera vez te dije que no me importaba cuánto costaba el aire acondicionado, a condición de que fuera eficaz y silencioso, y no sirvió para nada. Ahora te lo repito: tira ese a la basura, hazme instalar uno bueno sin pensar en lo que cueste, y hazme feliz, que de veras lo merezco.”

El Centro Ransom sigue adquiriendo documentos de Gabo, según comenta Enniss: “Siempre buscamos ampliar la colección con cartas y documentos que pueden haber estado muy dispersos durante la vida del autor. La incorporación más reciente a la colección fueron las cartas que Gabo le escribió a su traductor de inglés Gregory Rabassa”.

 

Obras y cine

Las cuarenta cajas y nueve disquetes de computadora que contienen las actividades literarias de García Márquez incluyen borradores y materiales de obras largas, obras breves, cine y teatro.

Al hojear el manuscrito en papel carbón de Cien años de soledad (1967), es posible advertir las pocas correcciones que el escritor le hizo. Apenas hay algunos tachones y ligeros cambios de palabras o pequeñas frases. Aunque el escritor destruyó al principio de su carrera la mayoría de los borradores de sus libros, el centro ha clasificado el material de cada obra con la producción literaria, el material que Gabo investigó, los borradores finales, las pruebas de impresión y finalmente el libro publicado.

Stephen Enniss explica: “A numerosas bibliotecas y archivos les hubiera gustado adquirir los documentos de Gabriel García Márquez, y nos sentimos profundamente honrados de que la familia de Gabo eligiera el Centro Harry Ransom. Creo que uno de los factores de su decisión fue la capacidad del Centro de
brindar acceso al archivo a los lectores de Gabo en todas partes.”

Añade: “Tras la adquisición de la colección, el Centro digitalizó gran parte de ella, lo que significa que los lectores de Colombia, de América Latina y de todo el mundo ahora pueden acceder a estos documentos en sus computadoras desde cualquier lugar y de forma gratuita.”

–¿Por qué sólo se digitalizó una parte de los documentos?

–La familia García Márquez otorgó permiso al Centro para digitalizar materiales cuyos derechos de autor poseían, con excepción de la última novela inédita de Gabo. Habríamos necesitado obtener el permiso de los autores de cartas individuales que están en el archivo de García Márquez, para poder digitalizar materiales de otros titulares de derechos de autor.

En la sección de cine hay numerosos guiones del escritor y otros autores, y están incluidos dos guiones de la periodista, cineasta, escritora y poeta Susana Cato, con quien Gabo mantuvo una relación de pareja durante más de tres décadas. Con ella tuvo a su única hija, Indira, actualmente de treinta y tres años. Cato trabajaba en la revista Proceso dirigida por Julio Scherer, cuando conoció al escritor colombiano, quien la invitó a talleres de cine en La Habana. Los dos guiones, cuyos derechos de autor fueron cedidos, según consta en cartas, son: Asesinato de odio (1990) y Wedding present (1989).

La vida y obra de Gabriel García Márquez aún contiene aspectos inéditos y sigue siendo centro de atención de investigadores, por lo que la institución pretende incrementar su acervo, según señala Enniss: “El Centro Ransom siempre está interesado en escuchar a cualquier persona que tenga cartas, manuscritos, fotografías u otros documentos de fuente primaria relacionados con la vida y obra de García Márquez” l

 

 

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