Dos poemas / Shoja E. Sepehri Shoravi
- Shoja E. Sepehri Shoravi - Sunday, 04 Aug 2024 09:02



El fin no es saber sino la realización
Al Hallaj
Los locos atraviesan ventanas...
Los locos atraviesan ventanas paredes horas
andan días enteros en otros días
se asoman a las tinieblas y ven luces
confunden los muertos con los vivos los cerros con las nubes
no saben distinguir el día de la noche discernir lo perpetuo de
lo breve
Los locos no conocen la soledad
tan sólo están solos siempre abrazados de alguien conocido
siempre aferrados a algo ignoto
remiendan zapatos viejos zurcen añosos abrigos antes de
acostarse
siempre se despiertan soñando estar en otra parte siempre
están yéndose quién sabe a dónde
balbucean porque hablan con todos y consigo mismo al unísono
Los locos no entienden de duraciones y distancias
andan a la vez por páramos y jardines
hacen ramilletes de púas y espinas
se les cortan las manos con las gardenias y los jazmines
les es fácil llorar mientras sonríen
Los locos son bizcos tienen un ojo de tornasol el otro está
atado a la luna
aguzan el oído para escuchar las entonaciones del viento
les gusta remojarse los labios con la lluvia y el polvo
nunca caminan derecho porque se les mueve la tierra
siempre están agachados porque les pesa el cielo
Los locos no creen en las apariencias
saben que las imágenes son borrosas ambiguas inciertas
equívocas
Los locos han atravesado el lienzo de las figuraciones y las
formas
habitan el lado verdadero de la realidad
donde se descubre el sonido de Dios donde se percibe su
perfume
Para ver la luz cubren sus ojos sus ojos amorosos tímidos
llorosos
y caminan descalzos entre llamas que no queman incendios
que no se apagan
Has dejado de respirar...
Has dejado de respirar
Mientras la muerte borra tus pasos
con el oído perplejo por tu súbita mudez
con ojos que abrigan tu cuerpo inánime
con el olfato habituado aún a tu precario perfume
me despido de tu solitaria muchedumbre
Todavía no se disuelve en el aire tu aliento último
se ha aferrado a la brevedad de la tarde
lo sostiene el delgado hilo del instante
Has dejado de respirar
atravieso un puente larguísimo y endeble vuelvo a donde
estuviste donde estuve
pero aquí ya no es aquí
en este apocado paraje nada es igual
el silencio es otro es otra la luz la vida es otra
es brumoso este sitio es distinto su frío sus neblinas son de
fuego su helor es de brasas
Tristeza de saber que te has ido
Alegría de soñar que sigues aquí
Oscilo entre la salvación y la condena la duda es el paraíso el
infierno es la certeza
Has dejado de respirar
esparcí tu última sonrisa por el mundo
y el mundo entero se llenó de cenizas
Nada quedó de ti tan sólo el traslúcido manto de tu ausencia
Estoy solo como un páramo sin nubes un río sin destino solo
como la vida ante la muerte
Miro las estrellas que tus ojos miraban años de luz que juntabas
en tu mirada de horas
Poco a poco la noche es más oscura tan noche como la noche a la
que no sigue el día
Lentamente el infinito es menos firme el firmamento se aleja de
la tierra más a prisa
hace un instante se apagó la parte más cercana del cielo.